Autoridades y ciudadanos cubanos recordarán hoy con una peregrinación hasta la capitalina Necrópolis de Colón el atentado cometido el 6 de octubre de 1976, frente a las costas de Barbados, contra un avión comercial de la isla en pleno vuelo.
 
Cuba y las familias de las víctimas condenan enérgicamente el hecho, en el que 73 personas perdieron la vida (57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos).
 
En repetidas oportunidades la nación caribeña denunció que el terrorista internacional Luis Posada Carriles, autor intelectual del atentado, vivió tranquilamente y gozó de protección en Estados Unidos hasta su muerte, sin siquiera arrepentirse de los crímenes cometidos.
 
Al respecto, los cubanos repudian la doble moral del Gobierno estadounidense, el cual, por una parte, dirige una cruzada contra quienes considera que dan refugio y financian a terroristas, y, por otra, permite el asilo en su territorio a criminales del calibre de Posada Carriles.
 
Según el diputado y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González, los familiares de las 73 víctimas de ese acto terrorista viven bajo la sombra de la injusticia, pues los responsables intelectuales terminaron sus vidas naturalmente sin pagar por sus crímenes.
 
Además de rendir tributo a los fallecidos, esta fecha debe ser una oportunidad para alertar sobre la propagación de tales acciones en el mundo, incluso en países donde nunca existieron, dijo a Prensa Latina.  
 
En Cuba el 6 de octubre es considerado de manera oficial como Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado. La fecha fue escogida precisamente para recordar el crimen contra el avión, cuyos autores tenían probados vínculos con la estadounidense Agencia Central de Inteligencia.