La exposición Somos Cuba, en tributo al más universal de los cubanos en el aniversario 164 de su natalicio y al Comandante en Jefe Fidel Castro, del artista Kamyl Bullaudy, fue abierta hoy en el Memorial José Martí, de la Plaza de la Revolución.
 
Las primeras dos obras, a la entrada de la sala, son esculturas ensambladas en acero con los perfiles del Apóstol y del Líder de la Revolución cubana, que según declaró el artista, simbolizan la nacionalidad, como pilares éticos que protegen la soberanía e independencia de este pueblo.
 
El luchador antiterrorista y Héroe de la República de Cuba René González, vicepresidente de la Asociación Cultural José Martí, y Haydee Díaz Ortega, directora del Memorial José Martí, cortaron la cinta que dejó inaugurada la muestra.
 
Jorge Lozano, especialista de la Oficina del Programa Martiano, destacó que una de las imágenes más icónicas de la Revolución Cubana es la de la Plaza abarrotada de personas, con Fidel en la tribuna y a su lado el Martí en mármol que le sonríe.
 
Subrayó que Martí es como un ángel custodio de Fidel, quien refundó las ideas y aspiraciones del Maestro, y que además expresó a un tabaquero cubano en Cayo Hueso que política significaba el arte de hacer felices a los hombres.
 
Lozano afirmó que Bullaudy ha logrado personalizar en sus obras a José Martí, al punto de que cuando uno observa una, aún sin ver la firma, se le atribuye de inmediato la autoría a este creador, el cual durante su rica carrera artística ha tenido en el Apóstol un motivo recurrente de inspiración.
 
Recordó que una de las primeras piezas realizadas por Kamyl fue la titulada Hierro, una escultura colosal del rostro del autor de La Edad de Oro, que permanece en el Memorial José Martí.
 
Otra de las obras impactantes de la actual exposición es una enorme tela de cuatro por 3.50 metros, titulada Luz, con el rostro de Martí dibujado con colores sepias y ocres.
 
En la ceremonia inaugural participó también el joven trovador Ernesto Valdés, quien interpretó las canciones Créeme, de Vicente Feliú, y Versos Sencillos de Martí, musicalizados por Eduardo Sosa.