Fidel Castro en La Crisis de Octubre
Источник:
Revista La Nueva Réplica
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Castro previó de antemano que existía una gran probabilidad de que ninguna de ambas potencias nucleares se atrevería a ser la primera en ponchar el botón para usar la fuerza atómica y lograr sus fines —ante el temor a las repercusiones que de ello se derivarían— y comprendía, además, que las potencias velaban más por sus propios intereses que por los de sus amigos y aliados; tampoco podía asegurar con certeza, a pesar del apoyo económico-militar e internacional brindado hasta ese momento por los soviéticos, hasta qué punto estos estarían dispuestos a llegar pues la crítica de Nikita Khrushchev, Secretario General del PCUS y máximo líder de la URSS respondía en confrontar nuclearmente a los EE.UU. por la instalación de los misiles nucleares en Turquía y máxime si se tenía en cuenta de que este no quería que su instalación en Cuba fuera de conocimiento público.
¿Entonces sobre qué base se negociaría con los norteamericanos, los que más temprano que tarde conocerían de dicha instalación?
Para evitar que eso sucediera propuso en el punto a) en que el despliegue de los misiles en Cuba aumentaría la energía nuclear soviética por detrás de la de Estados Unidos y que fuera de conocimiento público.
Entre estos y otras muchas valoraciones —las que se llevara con él — y velando por sus propios intereses, Castro tuvo que establecer su propia estrategia para defender los intereses de su gobierno. Para ello inicia su primera movida a través de un Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar siguiendo los ejes táctico-estratégicos que más le convenía.
Envió a Ernesto “Che” Guevara (Ministro de Industrias) a Moscú, el 27 de agosto de 1962— figura política de la revolución cubana no muy bien aceptado por la línea de Moscú — con un mensaje para Nikita Khruschev, donde le exponía hacer público el acuerdo militar entre las dos naciones, para que fuera de conocimiento de los norteamericanos. Khruschev se opone, y le responde a Castro que lo mantenga en secreto.
Existe la teoría conspirativa de que una vez comenzada la instalación de las bases de los Misiles Balísticos, Fidel orienta a algunos de sus Agentes de Penetración —Agentes de Juegos Operativos— dentro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), algunos de ellos trabajando en el “interior” de la propia Operación “Mangosta” para que “vendieran a su consumidor de inteligencia” el haber recibido información de fuentes confiables dentro de la isla sobre la presencia de numerosos asesores militares soviéticos arribando al Aeropuerto Internacional “José Martí” y de buques del bloque socialista al Puerto del Mariel.
A partir de ese supuesto Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar comienza la Agencia Central de Inteligencia “ a colectar inteligencia” de diferentes fuentes las que en parte les “obliga” a “quemar”, en base a Seguridad Nacional, a uno de sus “activos de penetración” más importante dentro de la KGB nombrado Oleg V. Penkovsky —un coronel del Servicio de Inteligencia de la Unión Soviética, y héroe durante la Segunda Guerra Mundial— “presionándolo” para que busque información referente a la estrategia soviética en Cuba y los tipos de cohetes que iban a ser instalados, exigencia y premura que precipitó su captura y posterior fusilamiento.
Con el propósito de “subir la parada en la disposición real de Cuba a enfrentarse a EE.UU.” Castro, entre otras medidas, aprovecha las palabras pronunciadas por el presidente Kennedy a las 3 de la tarde del 22 de Octubre durante una Conferencia de Prensa en una reunión efectuada con el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) para informar y precisar las medidas tomadas y donde anunció el Bloqueo Estratégico contra Cuba como antesala de una agresión militar, entre otros aspectos. Y donde además planteó dos interrogantes que debían ser analizadas y respondidas para el próximo día:
a) ¿Cuál será nuestra respuesta si un U-2 es derribado con cohetes antiaéreos?
b) Si continúa sin detenerse el despliegue coheteril en Cuba ¿cuál debe ser nuestro próximo curso de acción?
Ese día, 22 de octubre, con el apoyo claro de sus aliados occidentales, Kennedy toma una medida de gran dureza: establece una “cuarentena defensiva”, es decir, un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaran forzar el bloqueo, el conflicto armado entre las dos superpotencias estaba servido. Castro muestra que se mantiene firme en su posición y que no está dispuesto a ceder.
Negociaciones se imponen.
Sin embargo, la respuesta de Castro a la pregunta de Kennedy acerca de ¿cuál será nuestra respuesta si un U-2 es derribado con cohetes antiaéreos? no se hizo esperar y fue más que clara, cinco días después -el 27 de octubre- sin contar con órdenes de Moscú, ordena el derribo de un avión U-2 que sobrevolaba el espacio aéreo de Cuba por un cohete tierra-aire SA-2 soviético, cuando tomaba fotos de las bases de misiles en Banes, Provincia de Oriente, Cuba.
El mensaje era claro y terminante: estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias. El presidente Kennedy comprende que el mundo está al borde de una real conflagración mundial y que para evitarla había que iniciar negociaciones, conversa con Khruschev y un día después, el 28 de octubre, Radio Moscú anuncia que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas acepta la propuesta de los Estados Unidos para finalizar la crisis.
Finalmente, tras negociaciones secretas e intercambio de correspondencia, Khruschev lanza una propuesta aceptada por Kennedy:
a) La Unión Soviética desmantelará las bases de cohetes, y regresará estos a Rusia.
b) Los Estados Unidos garantizarán (con sus aliados), que no invadirán Cuba y retirará los misiles Júpiter desplegados en Turquía.
c) Futuras negociaciones incluirían la retirada de los bombarderos ligeros IL-28.
El presidente Kennedy termina el bloqueo de Cuba.
Siguiendo la estrategia del Arte de la Guerra de Sun Tzu “de vencer al enemigo sin combatir” Fidel Castro, aunque no aparece dentro de los estadistas que participaron directamente en los acuerdos de la Crisis de Octubre (Kennedy-Khruschev) fue sin embargo, un actor determinante dentro del mismo a través del diseño y desarrollo de su Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar —el más grande de la historia desplegado durante la Guerra Fría— dentro de una crisis que pudo haber conducido al mundo nuevamente a la edad de piedra.
Es bueno señalar y aclarar que ni en las numerosos cartas cursadas entre ambos dignatarios —cinco por ambas partes— ni en conversaciones efectuadas entre ellos se refieren o reconocen en ningún momento a los exiliados cubanos radicados en el Sur de la Florida y al Embargo impuesto a Cuba, ni como tampoco se contemplaron entre sus acuerdos la eliminación, supresión o corte de cualquier ayuda a las organizaciones contrarrevolucionarias radicadas principalmente en el Sur de la Florida. Los cubanos del exilio histórico fueron llana y sencillamente ignorados por no constituir una fuerza regular ni real de combate a tener en cuenta en contra de Fidel Castro. Ignorancia que permitió y favoreció a la Administración Kennedy el continuar ayudándolos a través del “Programa de Múltiples Vías” —sustituto de la “Operación Mangosta”,— el cual se mantuvo activo hasta dos años después de su asesinato en Dallas, Texas, asesinato que según palabras del Dr. Manuel Artime Buesa, líder político de la Brigada 2506 y el chico de oro (goldenboy) de la CIA, “la bala que mató a Kennedy también mató al Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR)…” dos años más tarde el presidente Lyndon B. Johnson decidió suspender el Programa de Múltiples Vías para priorizar la guerra en Viet Nam.
¿Entonces sobre qué base se negociaría con los norteamericanos, los que más temprano que tarde conocerían de dicha instalación?
Para evitar que eso sucediera propuso en el punto a) en que el despliegue de los misiles en Cuba aumentaría la energía nuclear soviética por detrás de la de Estados Unidos y que fuera de conocimiento público.
Entre estos y otras muchas valoraciones —las que se llevara con él — y velando por sus propios intereses, Castro tuvo que establecer su propia estrategia para defender los intereses de su gobierno. Para ello inicia su primera movida a través de un Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar siguiendo los ejes táctico-estratégicos que más le convenía.
Envió a Ernesto “Che” Guevara (Ministro de Industrias) a Moscú, el 27 de agosto de 1962— figura política de la revolución cubana no muy bien aceptado por la línea de Moscú — con un mensaje para Nikita Khruschev, donde le exponía hacer público el acuerdo militar entre las dos naciones, para que fuera de conocimiento de los norteamericanos. Khruschev se opone, y le responde a Castro que lo mantenga en secreto.
Existe la teoría conspirativa de que una vez comenzada la instalación de las bases de los Misiles Balísticos, Fidel orienta a algunos de sus Agentes de Penetración —Agentes de Juegos Operativos— dentro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), algunos de ellos trabajando en el “interior” de la propia Operación “Mangosta” para que “vendieran a su consumidor de inteligencia” el haber recibido información de fuentes confiables dentro de la isla sobre la presencia de numerosos asesores militares soviéticos arribando al Aeropuerto Internacional “José Martí” y de buques del bloque socialista al Puerto del Mariel.
A partir de ese supuesto Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar comienza la Agencia Central de Inteligencia “ a colectar inteligencia” de diferentes fuentes las que en parte les “obliga” a “quemar”, en base a Seguridad Nacional, a uno de sus “activos de penetración” más importante dentro de la KGB nombrado Oleg V. Penkovsky —un coronel del Servicio de Inteligencia de la Unión Soviética, y héroe durante la Segunda Guerra Mundial— “presionándolo” para que busque información referente a la estrategia soviética en Cuba y los tipos de cohetes que iban a ser instalados, exigencia y premura que precipitó su captura y posterior fusilamiento.
Con el propósito de “subir la parada en la disposición real de Cuba a enfrentarse a EE.UU.” Castro, entre otras medidas, aprovecha las palabras pronunciadas por el presidente Kennedy a las 3 de la tarde del 22 de Octubre durante una Conferencia de Prensa en una reunión efectuada con el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) para informar y precisar las medidas tomadas y donde anunció el Bloqueo Estratégico contra Cuba como antesala de una agresión militar, entre otros aspectos. Y donde además planteó dos interrogantes que debían ser analizadas y respondidas para el próximo día:
a) ¿Cuál será nuestra respuesta si un U-2 es derribado con cohetes antiaéreos?
b) Si continúa sin detenerse el despliegue coheteril en Cuba ¿cuál debe ser nuestro próximo curso de acción?
Ese día, 22 de octubre, con el apoyo claro de sus aliados occidentales, Kennedy toma una medida de gran dureza: establece una “cuarentena defensiva”, es decir, un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaran forzar el bloqueo, el conflicto armado entre las dos superpotencias estaba servido. Castro muestra que se mantiene firme en su posición y que no está dispuesto a ceder.
Negociaciones se imponen.
Sin embargo, la respuesta de Castro a la pregunta de Kennedy acerca de ¿cuál será nuestra respuesta si un U-2 es derribado con cohetes antiaéreos? no se hizo esperar y fue más que clara, cinco días después -el 27 de octubre- sin contar con órdenes de Moscú, ordena el derribo de un avión U-2 que sobrevolaba el espacio aéreo de Cuba por un cohete tierra-aire SA-2 soviético, cuando tomaba fotos de las bases de misiles en Banes, Provincia de Oriente, Cuba.
El mensaje era claro y terminante: estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias. El presidente Kennedy comprende que el mundo está al borde de una real conflagración mundial y que para evitarla había que iniciar negociaciones, conversa con Khruschev y un día después, el 28 de octubre, Radio Moscú anuncia que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas acepta la propuesta de los Estados Unidos para finalizar la crisis.
Finalmente, tras negociaciones secretas e intercambio de correspondencia, Khruschev lanza una propuesta aceptada por Kennedy:
a) La Unión Soviética desmantelará las bases de cohetes, y regresará estos a Rusia.
b) Los Estados Unidos garantizarán (con sus aliados), que no invadirán Cuba y retirará los misiles Júpiter desplegados en Turquía.
c) Futuras negociaciones incluirían la retirada de los bombarderos ligeros IL-28.
El presidente Kennedy termina el bloqueo de Cuba.
Siguiendo la estrategia del Arte de la Guerra de Sun Tzu “de vencer al enemigo sin combatir” Fidel Castro, aunque no aparece dentro de los estadistas que participaron directamente en los acuerdos de la Crisis de Octubre (Kennedy-Khruschev) fue sin embargo, un actor determinante dentro del mismo a través del diseño y desarrollo de su Juego Operativo de Inteligencia-Político-Militar —el más grande de la historia desplegado durante la Guerra Fría— dentro de una crisis que pudo haber conducido al mundo nuevamente a la edad de piedra.
Es bueno señalar y aclarar que ni en las numerosos cartas cursadas entre ambos dignatarios —cinco por ambas partes— ni en conversaciones efectuadas entre ellos se refieren o reconocen en ningún momento a los exiliados cubanos radicados en el Sur de la Florida y al Embargo impuesto a Cuba, ni como tampoco se contemplaron entre sus acuerdos la eliminación, supresión o corte de cualquier ayuda a las organizaciones contrarrevolucionarias radicadas principalmente en el Sur de la Florida. Los cubanos del exilio histórico fueron llana y sencillamente ignorados por no constituir una fuerza regular ni real de combate a tener en cuenta en contra de Fidel Castro. Ignorancia que permitió y favoreció a la Administración Kennedy el continuar ayudándolos a través del “Programa de Múltiples Vías” —sustituto de la “Operación Mangosta”,— el cual se mantuvo activo hasta dos años después de su asesinato en Dallas, Texas, asesinato que según palabras del Dr. Manuel Artime Buesa, líder político de la Brigada 2506 y el chico de oro (goldenboy) de la CIA, “la bala que mató a Kennedy también mató al Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR)…” dos años más tarde el presidente Lyndon B. Johnson decidió suspender el Programa de Múltiples Vías para priorizar la guerra en Viet Nam.