Carta a Fidel los trabajadores cubanos
Hace más de un siglo nuestro Héroe Nacional, José Martí, escribió: El hombre, como hombre patrio, sólo lo es en la suma de esperanza o de justicia que representa. Y eso es lo que Ud. simboliza para nuestro pueblo.
Sabemos que le gusta pasar inadvertido un día como hoy..., pero es imposible, pues para millones de cubanos se ha convertido en una celebración propia, íntima, forjada en casi cinco décadas de Revolución y cimentada en lo más profundo del corazón de todos los revolucionarios.
Por eso el silencio cómplice de tantos años, que observamos para respetar su deseo, fue rompiéndose poco a poco en el transcurso del tiempo, porque sentimos la necesidad de que supiera lo felices que nos sentimos de compartir su cumpleaños y agosto tras agosto lo celebramos a la manera que sabemos más le satisface: terminando obras, cumpliendo planes, tareas y jornadas productivas especiales, y luchando dignamente como lo hacen hoy en Beijing nuestros deportistas.
¡Y cuánto no podría decirse en una ocasión como esta de quien tanto ha significado y significa para Cuba! ¿Cómo obviar tantos y tantos momentos y circunstancias en que nuestro pequeño país ha brillado con luz y voz propias gracias a su sabia, certera y serena conducción? ¿Cómo no recordar las glorias y victorias, los sueños compartidos e, incluso los reveses, junto a Ud., a lo largo de casi medio siglo? ¿Cómo no festejar entonces, aunque sea en lo más íntimo del corazón, el enorme privilegio de ser sus contemporáneos?
Ud. sintetiza los mejores valores de nuestro pueblo y a la vez, con su ejemplo y acción, los hizo emerger, los forjó y potenció en la inmensa mayoría de los cubanos en estos años de proceso revolucionario, en cientos de combates de lucha y de trabajo, en enfrentamientos internos y externos, porque aunque no siempre hemos sido alumnos sobresalientes en todas las asignaturas, no hay dudas de que en las principales, en las que atañen a la libertad, la independencia, la dignidad, el honor, la justicia, la solidaridad, el internacionalismo, la unidad, la defensa de la Patria, de la Revolución y el Socialismo, el espíritu revolucionario y la capacidad de resistir, tenemos calificaciones excelentes.
Se aferra un pueblo a quien lo ha llevado a la victoria, sentenció Martí, y las generaciones de cubanos a quienes el destino privilegió con vivir en esta época, hemos hecho nuestro su apotegma.
Querido Comandante:
Dichosos nos sentimos un día como hoy de tenerlo entre nosotros; de amar a quien nos continúa orientando con firmeza y justicia, aun cuando Ud. solo se reconozca como méritos la constancia, la tenacidad, la lealtad y la firmeza en las ideas y en los principios en que cree.
Felices y orgullosos estamos los que este 13 de agosto, contra vientos y mareas, frente a todo maldiciente augurio, seguimos fieles a su pensamiento, conscientes de que, como nos alecciona cada día en todos los escenarios, dentro y fuera de Cuba:
Lo importante es tomar en cuenta que estamos viviendo uno de los momentos más difíciles de la vida del mundo; que tenemos una batalla por delante muy grande, enorme, y que el hombre no puede perder la fe en las posibilidades de vencer obstáculos, en las posibilidades de triunfar. Esa confianza, esa fe hacen mucha falta en estos tiempos.
Con Martí nos llena de "gran gozo vivir entre hombres en la hora de su grandeza". Con Ud., somos soldados de esa batalla crucial que sigue encabezando, en este mundo globalizado y convulso que nos ha tocado vivir, en la búsqueda de conceptos e ideas que permitan "un mundo viable, un mundo sostenible, un mundo mejor".
Comandante en Jefe:
Le dedicamos hoy nuestros mejores pensamientos, le expresamos los mayores deseos por su total recuperación y le reiteramos nuestra gratitud por sus enseñanzas y su ejemplo.
Reciba el más sincero y cálido mensaje de amor por su 82 cumpleaños y la firme decisión de seguir adelante, unidos, junto al Partido y a Raúl, de hacer sólida la Patria e indestructible la Revolución, y de convertir en realidad todos sus sueños.
Los trabajadores cubanos
Sabemos que le gusta pasar inadvertido un día como hoy..., pero es imposible, pues para millones de cubanos se ha convertido en una celebración propia, íntima, forjada en casi cinco décadas de Revolución y cimentada en lo más profundo del corazón de todos los revolucionarios.
Por eso el silencio cómplice de tantos años, que observamos para respetar su deseo, fue rompiéndose poco a poco en el transcurso del tiempo, porque sentimos la necesidad de que supiera lo felices que nos sentimos de compartir su cumpleaños y agosto tras agosto lo celebramos a la manera que sabemos más le satisface: terminando obras, cumpliendo planes, tareas y jornadas productivas especiales, y luchando dignamente como lo hacen hoy en Beijing nuestros deportistas.
¡Y cuánto no podría decirse en una ocasión como esta de quien tanto ha significado y significa para Cuba! ¿Cómo obviar tantos y tantos momentos y circunstancias en que nuestro pequeño país ha brillado con luz y voz propias gracias a su sabia, certera y serena conducción? ¿Cómo no recordar las glorias y victorias, los sueños compartidos e, incluso los reveses, junto a Ud., a lo largo de casi medio siglo? ¿Cómo no festejar entonces, aunque sea en lo más íntimo del corazón, el enorme privilegio de ser sus contemporáneos?
Ud. sintetiza los mejores valores de nuestro pueblo y a la vez, con su ejemplo y acción, los hizo emerger, los forjó y potenció en la inmensa mayoría de los cubanos en estos años de proceso revolucionario, en cientos de combates de lucha y de trabajo, en enfrentamientos internos y externos, porque aunque no siempre hemos sido alumnos sobresalientes en todas las asignaturas, no hay dudas de que en las principales, en las que atañen a la libertad, la independencia, la dignidad, el honor, la justicia, la solidaridad, el internacionalismo, la unidad, la defensa de la Patria, de la Revolución y el Socialismo, el espíritu revolucionario y la capacidad de resistir, tenemos calificaciones excelentes.
Se aferra un pueblo a quien lo ha llevado a la victoria, sentenció Martí, y las generaciones de cubanos a quienes el destino privilegió con vivir en esta época, hemos hecho nuestro su apotegma.
Querido Comandante:
Dichosos nos sentimos un día como hoy de tenerlo entre nosotros; de amar a quien nos continúa orientando con firmeza y justicia, aun cuando Ud. solo se reconozca como méritos la constancia, la tenacidad, la lealtad y la firmeza en las ideas y en los principios en que cree.
Felices y orgullosos estamos los que este 13 de agosto, contra vientos y mareas, frente a todo maldiciente augurio, seguimos fieles a su pensamiento, conscientes de que, como nos alecciona cada día en todos los escenarios, dentro y fuera de Cuba:
Lo importante es tomar en cuenta que estamos viviendo uno de los momentos más difíciles de la vida del mundo; que tenemos una batalla por delante muy grande, enorme, y que el hombre no puede perder la fe en las posibilidades de vencer obstáculos, en las posibilidades de triunfar. Esa confianza, esa fe hacen mucha falta en estos tiempos.
Con Martí nos llena de "gran gozo vivir entre hombres en la hora de su grandeza". Con Ud., somos soldados de esa batalla crucial que sigue encabezando, en este mundo globalizado y convulso que nos ha tocado vivir, en la búsqueda de conceptos e ideas que permitan "un mundo viable, un mundo sostenible, un mundo mejor".
Comandante en Jefe:
Le dedicamos hoy nuestros mejores pensamientos, le expresamos los mayores deseos por su total recuperación y le reiteramos nuestra gratitud por sus enseñanzas y su ejemplo.
Reciba el más sincero y cálido mensaje de amor por su 82 cumpleaños y la firme decisión de seguir adelante, unidos, junto al Partido y a Raúl, de hacer sólida la Patria e indestructible la Revolución, y de convertir en realidad todos sus sueños.
Los trabajadores cubanos
13/08/2008