Fidel y la campana del ingenio Demajagua
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A principios de octubre de 1947, el gobierno de Ramón Grau realizó gestiones con el Ayuntamiento de Manzanillo para traer a La Habana la campana del ingenio Demajagua con el propósito de utilizarla en su campaña electoral; pero los manzanilleros no accedieron.
Por su parte,para no repetir el año —por haberse incorporado a la expedición de cayo Confites, había perdido algunos exámenes del segundo curso—Fidel había matriculado el tercero “por la libre” y no en el curso regular. Aunque en esa posición no pertenecía a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), él no se desvinculó de la organización estudiantil y propuso a sus compañeros traer la reliquia a La Habana y hacerla repicar en un acto en la escalinata, para después marchar con ella hacia Palacio y exigir la renuncia de Grau.
A Fidel y a Lionel Soto1les fue encomendada esa misión. Los manzanilleros, que no habían aceptado el reclamo del presidente, aceptaron la solicitud de los jóvenes y la campana fue traída en tren hasta la capital, llevada a la Universidad y depositada en la Galería de los Mártires, donde permanecería custodiada hasta el acto programado para el 6 de noviembre. Sin embargo, pandilleros al servicio del gobierno se apropiaron del símbolo patrio, que apareció en el Palacio Presidencial.
Los dirigentes estudiantiles se entregaron a la lucha por recuperarlo. El mitin se realizó el día 6, como estaba previsto, y Fidel, uno de los oradores, criticó fuertemente al gobierno, lo acusó del robo de la reliquia y exigió su devolución. Al día siguiente en la prensa apareció el siguiente titular: «30 000 mil personas condenaron al Gobierno en la Universidad, al grito de ¡Fuera Grau!».2
«A la sombra acogedora del Alma Mater —narra el rotativo— se instaló la mesa presidencial así como la tribuna; las banderas nacional y universitaria y un enorme busto del inolvidable Julio Antonio Mella complementaban el escenario». En la presidencia, junto a los dirigentes de la FEU, estaba Fidel y, curiosamente, el único discurso que se reseñó en el artículo de prensafue el suyo:
«Expresó [Fidel] que los que pensaban que el estudiantado iba a permanecer en silencio cobarde y traidor, ante los desmanes del Gobierno se habían equivocado. Después pasó a analizar la situación de desastre existente en la economía del país, haciendo el contraste entre las palabras del Grau oposicionista de ayer y el Grau gobernante de hoy.
»El pueblo pregunta con razón —dijo— si son las cárceles prometidas los suntuosos palacios donde los funcionarios venales del actual Gobierno disfrutan del producto de sus delitos.
»Señaló, analizando la situación de la hacienda pública, que el Inciso K,3 guarida monstruosa de pandilleros ha llegado a la cifra astronómica de 17 millones de pesos anuales […].
»Refiriéndose a otros aspectos de la situación, señaló los sucesos de Marianao, acusando a Grau de mantener en un alto puesto policíaco al Comandante Salabarría, a quien acusó como autor de las muertes […]».4
El combate sin tregua de los estudiantes, la presión popular y el reclamo de los manzanilleros obligaron al gobierno a devolver la campana del ingenio Demajagua a quienes históricamente había ejercido su custodia.
Quizás fue esta la primera ocasión en que el joven de apenas 21 años debutó como analista de la situación nacional denunciando con energía la corrupción y el robo descarado del erario público que caracterizaron el gobierno auténtico de Ramón Grau San Martín.
Referencias:
1 Vicepresidente de la Escuela de Filosofía y dirigente del comité del Partido Socialista Popular (PSP) en la Colina.
2 Hoy, 7 de noviembre de 1947, año 10, no. 264, pp. 1 y 5, en Francisca López Civeira y Fabio E. Fernández Batista: Fidel en la tradición estudiantil universitaria, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2016, pp. 163-166. Las citas del artículo están tomadas de esta publicación.
3Se refiere al inciso K de la Ley de Ampliación Tributaria de 1943, por el que se destinaban fondos especiales para la educación, los cuales eran sistemáticamente malversados.
4 Alude a la matanza de Orfila, en Marianao (15 de septiembre de 1947), violento combate, cuyo saldo fue de seis muertos y numerosos heridos, como resultado de la impunidad con que actuaban las bandas gansteriles, con la cooperación de los cuerpos policiacos y el beneplácito del gobierno.