Fidel Castro: “Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo”
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Una de las fechas más heroicas que tiene la Revolución Cubana es la del 2 de diciembre de 1956, cuando se produce el desembarco del yate Granma, marcando un inicio en lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista y un camino hacia el triunfo de la Revolución Cubana.
A 66 años de esa hazaña el Sitio Fidel Soldado de las Ideas y Cubadebate recuerdan el hecho a través de las memorias descritas por el Comandante en sus discursos.
¿Cómo fue la travesía del yate "Granma" desde México hacia Cuba?
El yate Granma, cuando cruzó desde Tuxpan hasta la zona del golfo de Guacanayabo, en siete días, navegando un promedio de ocho millas —ahora me dicen que arreglaron los motores y está corriendo el Granma 16 millas—, pero en aquel tiempo nosotros, por toda artillería, disponíamos de un fusil antitanque, con cinco balas. Esa era nuestra artillería; no tenía peine aquel fusil antitanque; podía disparar porque se les podían poner una a una las balas, y toda nuestra esperanza estaba en defendernos con aquel fusil antitanque si nos encontrábamos algún guardacostas, alguna fragata, y también con los fusiles de infantería.
El yate Granma, les voy a contar que a las 24 horas más o menos de haber zarpado, es decir, al día siguiente de haber zarpado —nosotros zarpamos en horas de la madrugada—, y aproximadamente en horas del mediodía, cuando estábamos a unas 100 millas de la costa más cercana, comenzó a hacer agua; y comenzó a hacer agua de una manera que, realmente, a nosotros, que no éramos muy marinos y no entendíamos mucho de esas cosas, nos parecía peligroso. Y es lo cierto que el agua ya llegaba al piso, y entonces las bombas no funcionaban; y con cubos, rápidamente, organizando una cadena, comenzamos a sacar agua del Granma.
Y nosotros nos decíamos: ¿Qué hacer en estas circunstancias? Entonces, nos estuvimos como una hora contemplando la lucha contra el agua, para ver si era más la que salía con nuestros cubos y nuestras cadenas, o la que entraba, antes de tomar una decisión. Y, realmente, al cabo de una hora, se comenzó a ver que había disminuido algo así como una pulgada, muy difícil de percibir por el movimiento de las olas, pero que se vio que estábamos ganando la lucha contra aquel peligro que se nos había presentado. (1)
¿Cómo se seleccionó la tripulación del yate Granma?
El número de hombres en el Granma era de 82, algunos restantes no pudimos traerlos. ¿Saben cómo hicimos al final la lista aquella de la selección? Por orden, por supuesto, de los que tenían más experiencia, más práctica, etcétera, etcétera, y al final había como 15, más o menos, en la misma categoría, y entonces dijimos: ¿Para llevar el mayor número qué hacemos? Y los escogimos por el peso y el tamaño: los más chiquiticos de toda nuestra tropa fueron al final escogidos, y se quedaron tres o cuatro gordos —se lo advierto—; esos no vinieron, y después no había quien los convenciera de por qué no los habían traído, y sencillamente no se habían traído porque donde venía uno cabían dos, y para llegar a 82 en el Granma tuvimos que hacer eso. (2)
¿Cuál es la relación entre el levantamiento del 30 de noviembre y el desembarco?
Los compañeros de Santiago de Cuba lanzan el levantamiento el día 30 porque, según los cálculos que habíamos hecho, llegábamos en cinco días; pero había un cálculo que únicamente alguno de ustedes, de los que estudian matemática o ingeniería naval o algo, hubiera podido hacer mejor que nosotros, porque es que probamos el barco en aguas tranquilas y, además, con poca tripulación. Nadie sabía lo suficiente como para darse cuenta de que, al montar 82 hombres en aquel barco, que eran unas cuantas toneladas de hombres, más las armas, agua, combustible, alimentos, aquel barco iba a disminuir mucho su velocidad. No solo disminuyó su velocidad, sino que por poco se hunde porque, además, había una tempestad la misma noche que salimos, el 25 de noviembre, aquella era una cáscara de nuez bailando en el golfo de México. Y, efectivamente, se estaba hundiendo, empezó a hacer agua. Todavía nadie sabe bien cómo fue que se salvó el barco, y nosotros, desesperadamente, sacando agua, la cosa fue muy sencilla según comprendimos después, al hundirse más el barco con el peso, las tablas que quedaban normalmente fuera del agua estaban menos herméticas y empezó a entrar agua por allí, pero con la propia humedad del agua se fue cerrando la brecha al expandirse las tablas y, por fin, después de horas, ganamos la batalla de que el barco no se hundiera. Y así en esas condiciones se emprendió nuestro regreso, de noche, de madrugada.
Pero es el hecho de que cuando se produce el desembarco precedido por el levantamiento del 30 de noviembre, al no producirse la coincidencia —y ese era uno de los riesgos de tratar de seguir una táctica de coincidencia exacta, porque cualquier incidente te retrasa en el mar, y eso fue lo que nos pasó— nos retrasamos dos días y, en consecuencia, se produce el levantamiento dos días antes. Todo el ejército cayó sobre la gente de Santiago, y después que dominaron el levantamiento todo el ejército cayó sobre nosotros. De modo que no se logró la fórmula más feliz en esa coordinación. (2)
¿Cómo se produce el desembarco del yate Granma aquel 2 de diciembre de 1956?
Veíamos la costa cercana y visiblemente baja. Se ordena al capitán enfilar directamente hacia ella a toda máquina. El Granma toca fango y se detiene a 60 metros de la orilla. Desembarco de hombres y armas. Duro avance por el agua sobre fango movedizo que amenazaba tragarse a los hombres sobrecargados de peso. La orilla era aparentemente sólida, pero metros después un terreno fangoso similar al anterior en extensa laguna costera se interponía entre el punto de arribo y la tierra sólida. Casi dos horas duró la travesía de aquel infernal pantano. Acabando de arribar a terreno firme, se escuchan ya los disparos de un arma pesada contra el área de desembarco en las proximidades del solitario Granma. Había sido avistado y comunicada su presencia al mando enemigo, que reaccionó de inmediato atacando por mar la expedición y ametrallando por aire la zona hacia donde marchaba la pequeña fuerza expedicionaria: 82 hombres.
Nada añado sobre la debilidad, el cansancio físico y el hambre de siete días. No hace falta dramatizar lo que obviamente fue dramático, pero soportable para hombres dispuestos a ser libres o mártires, como había sido prometido. (3)
Fuentes:
1 Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Base Naval de Cabañas, Pinar del Río, el 3 de agosto de 1963.
2 Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto estudiantil con motivo del XXXIV Aniversario del Asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj, el 13 de marzo de 1991.
3 Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto para conmemorar el aniversario 45 del desembarco de los expedicionarios del Granma y el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la Plaza "Antonio Maceo", de Santiago de Cuba, el 2 de diciembre del 2001.