Pocas personas son conocidas en todo el mundo solo por su nombre como lo es Fidel. Razón tenía el General de Ejército Raúl Castro Ruz cuando afirmó que Fidel es Fidel e insustituible, pues su presencia se siente cada día cuando nuestro pueblo y gobierno enfrentan las dificultades como él nos enseñó.
 
Cada 13 de agosto, aniversario de su nacimiento en 1926, el pueblo cubano, junto a hombres y mujeres progresistas de todo el planeta, rinden homenaje a su memoria, y reconocen la vigencia de sus ideas y el ejemplo de su vida dedicada, durante 90 años, al empeño de construir un mundo mejor.
 
Su Generación Histórica fue la que enfrentó la dictadura de Fulgencio Batista en las calles, con protestas universitarias y populares, la que luego asaltó los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, el 26 de julio de 1953. Sufrió prisión, exilio, y organizó la expedición del yate Granma para librar una dura guerra de liberación en montañas y llanos, hasta lograr el triunfo revolucionario.
 
Al frente de esa generación estuvo siempre el Comandante en Jefe, capaz de unir todas las fuerzas opositoras a la dictadura durante la guerra, y luego de la victoria, unificar la estrategia y acción del pueblo y de las organizaciones progresistas de una pequeña isla que enfrentaría a 11 sucesivos gobiernos de Estados Unidos, en colosal resistencia frente a un criminal bloqueo económico, comercial y financiero sin precedentes en el mundo, que se prolonga ya por más de seis décadas, y que amplía sus acciones a niveles genocidas.
 
Fidel es el creador de las Milicias Nacionales Revolucionarias, el que proclamó el carácter socialista de la Revolución, y quien dirigió la batalla de Playa Girón.
 
Es el que aplicó la Reforma Agraria y las nacionalizaciones de las transnacionales y los centrales azucareros, el que concibió y dirigió la Campaña de Alfabetización, el de los heroicos salvamentos de campesinos cuando el ciclón Flora inundó todo el centro de Oriente, el que creó la Defensa Civil. Es el estratega de la lucha contra bandidos apoyados por la cia en diversas provincias del país, y el de la Crisis de Octubre cuando nuestro pueblo estuvo dispuesto a inmolarse bajo su mando, en defensa de la dignidad y la independencia.
 
Fidel es el de los largos discursos que nuestro pueblo oía sin cansancio; es el creador del masivo plan de becas por el cual estudiaron miles de hijos de campesinos y obreros; el que garantizó salud y educación gratuitas para todos, desde la primaria hasta el nivel universitario, es el que, desde muy temprano en la Revolución, supo ver que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia; entonces creó las instituciones científicas y formó el ejército de batas blancas con el que enfrentamos la pandemia de la COVID-19, empleando nuestras propias vacunas; y quien creó las Brigadas Henry Reeve de trabajadores de la salud, para prestar ayuda solidaria a numerosos países del mundo.
 
Fidel es el que supo desarrollar el deporte como un derecho del pueblo y llevar a nuestros atletas a conquistar títulos mundiales y olímpicos como nunca antes se soñó en Cuba. También es el que supo unificar el talento creador de los intelectuales y artistas; el que creó la Casa de las Américas y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) entre las primeras medidas de su gobierno; y el que, al inicio del periodo especial afirmó que lo primero que había que salvar era la cultura.
 
Es quien logró la difícil proeza de ser líder de todos los sectores poblacionales y profesionales; de su iniciativa surgieron, entre muchas otras organizaciones, los CDR, la FMC y la ANAP.
 
Es también Fidel el periodista que potenció la prensa revolucionaria después del triunfo, el de las Reflexiones, y el primer cliente de una tienda cubana de productos informativos por comercio electrónico, creada por su inspiración a inicios de este siglo.
 
Sin ser genetista, Fidel creó grandes planes ganaderos; sin ser economista graduado fue capaz de liderar la cruzada continental contra el pago injusto de la deuda externa, llamada por él como deuda eterna.
 
Fidel institucionalizó las grandes concentraciones en la Plaza de la Revolución como el Parlamento del pueblo. En la Plaza colmada se aprobaron las dos Declaraciones de La Habana y el nombre del Partido Comunista de Cuba. Fue él quien desencadenó la Batalla de Ideas para traer de regreso al niño Elián González, secuestrado por la mafia cubanoamericana en Miami, y a los cinco patriotas que cumplían prisión en el país del norte por defender la integridad de su Patria.
 
Fidel es la figura misionera de la Revolución Cubana precursora del internacionalismo, y uno de los grandes impulsores del Movimiento de Países No Alineados.
 
Tantas cosas son frutos de la obra y las ideas de Fidel que no sería posible enumerarlas sin caer en omisiones.Bastaría referirse a la respuesta popular luego de su muerte física, cuando millones de gargantas gritaron ¡Yo soy Fidel!, como garantía de una continuidad que existirá mientras quede un cubano agradecido para empuñar sus banderas a cualquier costo.