Perlas de octubre en Revolución
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El INRA avanza
Un amplio informe sobre las labores de desarrollo agrario es expuesto el 7 de octubre por los principales ejecutivos del INRA, en una reunión donde concurren los responsables de estas tareas en todas las provincias del país.
El doctor Fidel Castro, Presidente del INRA, asistió a la exposición de los seis delegados provinciales y los treinta jefes de Zonas de Desarrollo Agrario. Junto a él tomaron asiento el capitán Antonio Núñez Jiménez, director ejecutivo, y el comandante Ernesto Che Guevara, que se encuentra al frente de la División Industrial.
La reunión se desarrolló en dos etapas. En ambas los funcionarios provinciales y de zonas explicaron a los presentes los trabajos que se vienen efectuando en sus respectivos lugares, el rendimiento de las obras ya iniciadas y se expusieron las perspectivas futuras en cuanto al desarrollo agrario, pecuario y turístico en todo el país.
Por segunda vez cambiaron impresiones todos los principales responsables de la Reforma Agraria en Cuba. En la mesa central ocuparon puestos destacados los seis delegados provinciales conjuntamente con Oscar Pino Santos, jefe del Departamento de Producción y Comercio Exterior, los ingenieros Eduardo Santos Ríos y Castro Fragoso y el señor Segundo Ceballos, asesores del INRA; el doctor Urbano Martínez, administrador general de los centrales bajo la dirección de este organismo; el señor Enrique Cabré, jefe del Departamento de Maquinarias; el doctor Waldo Medina, jefe del Departamento Legal y los demás jefes de departamentos y secciones principales del Instituto.
Respeto a todos los derechos de los ciudadanos
El Consejo de Ministros presidido por Fidel Castro sesiona nuevamente el miércoles 7 de octubre, entre los temas tratados están:
Ley por la que se concede un crédito extraordinario, de una sola vez, a favor del Patronato de Bellas Artes y Museos Nacionales, por la suma de 35 000 pesos para ser utilizado por este, únicamente, en las obras de adaptación e instalación que se realizan en el Museo Nacional instalado en el Palacio de Bellas Artes en esta ciudad de La Habana, bajo la égida de dicho organismo y para la adquisición de obras de artes con destino al mismo. […]
Por el Decreto Presidencial Núm. 486 del 18 de abril de 1926 fue creada la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes, considerada como de primera clase con relación a las extranjeras. […] Dicha Orden fue instituida para honrar a los que en grado evidente sirvan o hayan servido a Cuba o a la causa de la humanidad, correspondiendo al Consejo Nacional de la Orden, del que es Jefe Supremo el Presidente de la República, el otorgar dicha Orden.
A partir el 10 de marzo de 1952 se ha otorgado dicha Orden por el referido Consejo teniendo como Jefe Supremo a un dictador instalado en el poder por la fuerza y atendiendo a que el derecho a la condecoración se pierde no solamente por causas imputables al condecorado, sino también por no reunir el organismo que la otorga los requisitos exigidos por la disposición legal que creó la Orden, y a que al prestigio de la referida Orden le conviene lograr una ajustada depuración de las condecoración otorgada y ascensos concedidos a partir el 10 de marzo de 1952 hasta el día 31 de diciembre de 1958, se aprobó un Decreto por el que se declaran cesados en sus funciones a los actuales miembros del Consejo Nacional de la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes, con excepción del Ministro y el Sub-Secretario de Estado y al propio tiempo se declaran nulos y sin efecto cuantas concesiones y ascensos se hubiesen otorgado en favor de ciudadano cubano en la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes, así como las medallas de la mencionada Orden concedidas a asociaciones y corporaciones nacionales del 10 de marzo de 1952, hasta el 31 de diciembre de 1958. En virtud de lo dispuesto las personas y entidades referidas pierden todo derecho a seguir ostentando las divisas, placas, diplomas, medallas o cualquier otro distintivo de la Orden y serán dados de baja de los cuadros de la misma y de los demás lugares que proceda autorizándose al Canciller de la Orden, por una sola vez y sin necesidad de formar expediente, para expulsar de la misma a toda aquélla persona indigna de ella, a quienes se les hubiera otorgado antes del 10 de marzo de 1952 y aquellos extranjeros que se encuentran en las mismas condiciones de quienes les hubiese sido otorgada después de esa fecha. […]
Esta Orden Nacional de Mérito será considerada como de primera clase con relación a las extranjeras, aún a las más antiguas y apreciadas y tendrá presencia sobre todas las otras de Cuba, civiles, militares o navales.
Será conferida a los cubanos y extranjeros que sirvan o hayan servido en grado evidente a Cuba o a la causa de la humanidad y recibirán las insignias de la orden los cubanos que realicen actos excepcionales que merezcan el más alto reconocimiento, ya sea en el orden patriótico, de beneficiencia, altruismo, interés público, servicio del país, o en el campo de las artes, las ciencias o las letras. También se otorgará a los jefes de otros Estados, a los miembros de su Consejo de Ministros y a los demás extranjeros que realicen actos excepcionales que merezcan el más alto reconocimiento, en favor de Cuba o de la humanidad.
También este día se conoce que por Resolución del ministro de Educación, doctor Armando Hart Dávalos, se dispone la doble sesión en las escuelas cubanas.
Que todos sean muy buenos para derrotar a los de afuera
A propósito de la recién terminada serie de béisbol, donde Cuba obtuviera una apreciada victoria, el periódico Revolución publica una pequeña entrevista a Fidel.
Con el apasionamiento propio de un fanático beisbolero, el Primer Ministro del Gobierno, Dr. Fidel Castro charla con reporteros del Palacio Presidencial. Mirando a los rostros de sus interlocutores, inquiere de ellos su opinión sobre distintos tópicos de las Grandes Ligas, la Liga Cubana, los » Cubanos»… Después interroga sobre el juego inaugural de la temporada de invierno.
—¿Cuántos asistieron?
Un periodista le responde que unos 10 000 y que tratándose de un juego Marianao-Almendares podría considerarse como una buena asistencia. Fidel lo escucha atentamente y luego exclama:
—Bueno, ya verán que, en el curso la temporada, el Stadium se llena.
No hay pregunta indiscreta, dice un dicho; la indiscreta es la respuesta. Un periodista interroga:
—Comandante, ¿cuál de los cuatro clubes es el de su preferencia?
El máximo líder de la Revolución sonríe. Recuerda quizás los tiempo en que, como estudiante universitario, aplaudía enardecido al team de su simpatía. Y responde mientras comienza a caminar dando por terminada la charla informal:
—Yo no puedo expresar simpatía por alguno de ellos en particular porque entonces me sectorizaría. Lo que quiero es que todos sean muy buenos para derrotar a los de afuera.
Trabajar para Cuba
El ministro de Estado Venezolano, Ignacio Luis Arcaya, visita a Cuba en su periplo por varios países de América. La tarde del 15 de octubre, Fidel Castro acude al aeropuerto internacional José Martí para despedirlo.
A la partida del avión que conducía al ilustre visitante de regreso a su patria, Fidel, acompañado del capitán Antonio Núñez Jiménez, empleados del aeropuerto y trabajadores de Obras Públicas y otros sectores que han laborado en la reedificación y adaptación del aeropuerto, se encaminó hacia el edificio iniciando un breve recorrido durante el cual se le sumó el comandante Ernesto Guevara y el ministro doctor Hart.
Entre el entusiasmo de sus compañeros y del público que sorpresivamente lo encontraba a su paso, el líder máximo de la Revolución inició el recorrido por distintas secciones de la moderna construcción.
Ya al retirarse se le informó que habían colaborado en las mismas 977 obreros de la cuadrilla 510 del Distrito Habana de Obras Públicas, que habían trabajado turnos seguidos de 24 horas consecutivas y que como cooperación con el Gobierno Revolucionario que se hallaba muy interesado en la terminación de los trabajos para la convención del ASTA, dichos obreros habían trabajado una hora diaria de más gratuitamente para poder lograr este propósito.
El doctor Castro se mostró altamente complacido de la acción de los trabajadores expresando que los mismos sí habían asimilado el propósito de la Revolución de trabajar para Cuba y se interesó porque la citada cuadrilla 510, tan pronto terminara en el aeropuerto fuera trasladada a otras obras que se realicen.
Una victoria de todos y no el triunfo pírrico de un grupo
La Universidad de La Habana se prepara para la elección del nuevo presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Entre algunos grupos de estudiantes la campaña electoral se ha desarrollado como si se tratara de una lucha entre los representante del Movimiento 26 de Julio y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.
El sábado 17, bajo un cintillo que afirma “No apoya el Gobierno ni el M-26-7 candidatos a la FEU”, el periódico Revolución publica las declaraciones de Fidel Castro al respecto.
El Gobierno Revolucionario y el Movimiento 26 de julio no respaldan ninguna tendencia en la lucha por la presidencia de la FEU. Nadie puede invocar ni a uno ni a otro en favor de candidaturas determinadas.
El poder revolucionario está por encima de las pugnas escenificadas últimamente en nuestro máximo centro docente. Ningún beneficio se aporta al pueblo ni a la Revolución con luchas estériles que sólo sirven para que la reacción trate de presentar divididos a los revolucionarios.
El Movimiento 26 de Julio no lucha contra el Directorio Revolucionario en la Universidad ni en ningún otro campo. Conste así de manera terminante para que no quede el menor margen para la especulación y para la intriga a los enemigos de la Revolución.
El Gobierno Revolucionario no necesita buscar apoyo en el control de instituciones determinadas. Su fuerza está en la plaza pública y no en los recintos. Su respaldo está en el pueblo dondequiera que éste se encuentre: sean estudiantes, campesinos u obreros, sin distinciones de banderías políticas, porque en Cuba hoy no cabe otra división que no sea entre los que están con la Revolución y lo que están contra ella.
La reciente comunicación del Consejo Universitario al Consejo de Ministros, que no fue solicitada por el Gobierno, sirvió, sin embargo para que algunos líderes confundidos esgrimieran la cuestión de la autonomía como si fuese posible en medio de este proceso revolucionario separar los conceptos de Universidad, Gobierno y pueblo. Sólo con un criterio absolutamente reaccionario se puede considerar que el pueblo y el Gobierno que lo representa dignamente puedan ser ajenos a la Universidad, o la Universidad ajena al Gobierno y al pueblo.
La Universidad tiene deberes muy grandes con el pueblo. El pueblo tiene derecho a esperar de ella que sea capaz de preparar los profesionales y técnicos que tan urgentemente necesita el país para salir de la condición semicolonial en que vive. Defraudar esta esperanza no tiene excusa posible.
Los obreros están trabajando nueve horas en muchas obras del Gobierno; Federaciones enteras han acordado aportar parte de sus salarios para industrializar al país; los niños recogen semillas para repoblar los campos; los guajiros aran los latifundios; los maestros enseñan por la mitad de sus sueldos; los ciudadanos llevan espontáneamente al Banco Nacional cuantas divisas caen sus manos. En medio de semejante espectáculo de sacrificios y patriotismo, la Universidad, ¿qué hace? La primera ayer en el sacrificio y en la lucha, ¿cómo puede resignarse a hacer la última en este minuto creador?
En vez de pugnar, lo que deben es darse todos los estudiantes un abrazo revolucionario, proclamar unánimemente un presidente y unirse todos en un verdadero plan de reforma que se cumpla sin más dilación.
Esa sí será una victoria de todos y no el triunfo pírrico de un grupo.
Fidel Castro,
Primer Ministro del Gobierno Revolucionario.