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Fidel pensó siempre el mundo desde los de abajo

En la Plaza de la Revoluciòn José Martí. Foto: Jorge Oller, 30 de enero de 1983.
En la Plaza de la Revoluciòn José Martí. Foto: Jorge Oller, 30 de enero de 1983.

Data: 

24/11/2021

Fonte: 

Periódico Granma

Autor: 

«El más preclaro hijo de Cuba en este siglo, aquel que nos demostró que sí se podía intentar la conquista del Cuartel Moncada; que sí se podía convertir aquel revés en victoria, que logramos cinco años, cinco meses y cinco días, aquel glorioso Primero de Enero de 1959». Así definió, el 26 de julio de 1994, el General de Ejército Raúl Castro Ruz a Fidel.
 
Esa impronta se sintió este martes en el Memorial José Martí, cuando, en homenaje a su legado, en el año en el que se cumplen 95 años de su natalicio y en la víspera del quinto aniversario de su partida física, vio la luz la exposición fotográfica Hasta Siempre, Fidel, con instantáneas de más de 40 fotorreporteros cubanos que reflejan el sentir de todo un pueblo en la despedida del Jefe de la Revolución Cubana.
 
En la velada de apertura estuvieron Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico; el comandante Julio Camacho Aguilera; Miguel Barnet Lanza, presidente de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; Jorge Luis Aneiros Alonso, presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba; y Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL).
 
En el propio sitio, se presentó el libro Más allá de la leyenda, testimonio de 60 personalidades que hablan de Fidel, de la autoría de Estela Bravo, Ernesto Mario Bravo y Olga Rosa Gómez Cortés, de la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.
 
En ese mismo escenario donde tantas veces el Comandante en Jefe dialogara con el pueblo, se desarrolló el panel Fidel entre nosotros, con el escritor, poeta y etnólogo Miguel Barnet; Francisca López Civeira, premio nacional de Historia, e Iroel Sánchez, editor y periodista.
 
«Fidel, en mi opinión, era un intelectual», dijo Barnet, y agregó: «Fue también un peso político, un peso moral, y un peso revolucionario, al cual fui conociendo y admirando más profundamente después de leerme La Historia me absolverá y sus Palabras a los intelectuales. En un encuentro con él, en la Casa de las Américas, donde participó un grupo de artistas e intelectuales y a todos les preguntaba por qué se habían quedado en Cuba, le respondí: “No, Comandante, yo no me fui, yo me fui quedando”. Si hoy me volviera a hacer la misma pregunta le diría: “Yo no me fui quedando, Comandante, yo me quedé en Cuba por usted”».
 
Iroel Sánchez lo abordó así: «Fidel es un hombre de un respeto intelectual, un lector extraordinario, no un dictador o un perseguidor de la libertad creativa como hoy se le ataca en muchos medios enemigos. Pensar siempre el mundo desde los de abajo, para que fueran los principales beneficiados de la Revolución, no solo en Cuba sino en el mundo, lo hizo trascender, y alcanzar un alto nivel de humanismo».
 
La Campaña de Alfabetización, la creación de una imprenta nacional, el ICL y su Sistema Nacional de Ediciones Territoriales, y la Biblioteca familiar pasaron por esa impronta que nos los hace vivo y presente.
 
Un gran amigo de Cuba, Abdelaziz Buteflika, expresidente de Argelia, recientemente fallecido, dijo de él: «Fidel posee la extraordinaria capacidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo».