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Nueve de abril de 1958: una página imborrable de heroísmo

Data: 

09/04/2020

Fonte: 

Periódico Granma

Autor: 

Una de las páginas más gloriosas de la historia de Cuba fue escrita el 9 de abril de 1958, cuando las calles de todo el país se tiñeron de la sangre de muchos de sus mejores hijos.
 
Aquel día se produjo el asalto a la armería de La Habana Vieja, la voladura de registros de electricidad, paros y sabotajes en distintos lugares, quemas de gasolineras y ataques a diferentes cuarteles de la tiranía, entre otras actividades.
 
A pesar de que hubo combates en casi toda la Isla, fue en Sagua la Grande donde por más tiempo logró tomarse el control de la ciudad, y alcanzó mayor dimensión la Huelga General Revolucionaria convocada por el Movimiento 26 de Julio.
 
Por unas 24 horas la urbe villaclareña estuvo bajo dominio de las masas que lograron tomar varios sitios de importancia de la ciudad. Con razón Fidel, años más tarde, al valorar aquel gesto de heroísmo de los sagüeros, expresó: «(...) no hay duda de ninguna clase de que en la historia de nuestra Revolución aquel día la ciudad de Sagua escribió una página imborrable de heroísmo».
 
La derrota de la huelga constituyó uno de los sucesos más dolorosos de la última etapa de lucha del pueblo cubano por su liberación; mas su fracaso contribuyó a acelerar el triunfo revolucionario que llegaría apenas ocho meses después, el 1ro. de enero de 1959.
 
En carta que, por aquellos días, el líder de la Revolución escribió a los combatientes clandestinos, les expresaba: «Tengo la más firme esperanza de que en menos de lo que muchos son capaces de imaginar, habremos convertido la derrota en victoria».
 
Fue una lección bien aprendida que demostró la importancia de la unidad revolucionaria, tal como quedó manifestado en el análisis que, sobre los acontecimientos, se produjo el 3 de mayo de 1958 en Altos de Mompié, en plena Sierra Maestra.
 
Hubo consenso, entre los participantes en aquella reunión, sobre la necesidad de establecer una dirección única, tras lo cual Fidel asumió como Comandante en Jefe de la Sierra y el llano, y como secretario general del Movimiento 26 de Julio.