Hay en esta ciudad la inquietud de toda primeriza. Aunque flanqueada al este y el oeste por el serrucho de cumbres de Los Andes, no tiene el hábito de las cumbres políticas.

Periódicos y dirigentes, en el gobierno o fuera de él, se afanan para celebrar en armonía y perfección la sexta reunión de los jefes de estado o de gobierno de Iberoamérica, incluidos España y Portugal, y tratan de persuadir a la ciudadanía de que el honor de Chile está en la mesa ante lo que es el mayor evento político internacional organizado aquí hasta el momento.

Pero para la otra porción de los santiaguinos, esos que caminan aprisa por las aceras y atestan los buses y el ferrocarril subterráneo, o van en autos aerodinámicos y rutilantes hacia los barrios altos, es decir, de ricos y acomodados, la Sexta Iberoamericana es sólo un suceso que les modifica la vida cotidiana cerrándoles el paso en avenidas y hoteles, y sacando a la calle más uniformados de lo habitual.

Se nota un desinterés por la política que, al parecer, en América Latina particularmente sufre un progresivo desgaste. Y ciertos observadores afirman que la cita presidencial del Santiago sólo tiene un punto focal: la visita de Fidel Castro cuya presencia, concretada este sábado en horas de la mañana, ha sido materia de polémica en la que se han manifestado la intolerancia de la derecha, aliada a los anexionistas de Miami, y el respeto y la solidaridad de una izquierda de ancho diapasón que ven en el líder de la Revolución cubana al abanderado de ideas radicales de justicia social, o al tenaz defensor de la independencia de Cuba.

El gobierno anfitrión ha mantenido la posición que la diplomacia exige, y tanto el presidente Frei como el canciller Insulsa han dicho que Fidel Castro es el representante de una república iberoamericana, fundador de estas cumbres en Guadalajara, en 1991, y que por tanto recibirá el mismo tratamiento que el resto de sus colegas.

No debe convertírsele -han dicho- en el eje de la reunión. Pero el pueblo piensa distinto. Y anoche, un programa de televisión en el canal siete entrevistó a varios transeúntes sobre la Cumbre y respondieron: es importante porque vendrán presidentes y Fidel Castro. Y una anciana, al preguntársele por qué quería a Fidel, dijo: Porque es digno.

Partidos políticos y grupos de solidaridad con Cuba integraron el comando de bienvenida a Fidel, y en muros y paredes de barrios populares aparecen carteles y pinturas alusivos al segundo viaje del Presidente cubano a Chile. El primero, en 1971, completa su aniversario 25 en estos días. En la tarde del domingo se espera que más de 20 000 personas se congreguen en el parque Almagro para expresar, entre canciones la solidaridad del Chile popular.

Una nota de la revista Punto Final resume el movimiento masivo que Fidel genera actualmente en Santiago y ha provocado en otros países. "Un mal pensado -dice- podría creer que las cumbres iberoamericanas las inventó un castrista infiltrado.

En esas reuniones el único que se luce es Fidel (...) es un fenómeno curioso (...) Fidel no representa a una gran potencia, pero es el símbolo de una nación que se levanta cada mañana orgullosa de su dignidad. Y por ello -agrega- los pueblos aprecian en Fidel a una figura de leyenda, un notable personaje de la historia de la humanidad.".