Volver 36 años después
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Los relojes marcaban la una y veinte de la madrugada y reinaba un frío de hielo, con cielo azul y profundo, cuando se anunció en el aeropuerto de Ezeiza la llegada del avión cubano.
Se encendieron las luces lilas de las pistas y, unos veinte y tantos minutos después, el turbohélice cuatrimotor de la compañía Cubana de Aviación, bautizado con el nombre Libertad y caracterizado por la contraseña CU-T 668, posó su rueda en tierra Argentina.
Era el primero de mayo de 1959 y Fidel, descrito por la prensa local que nos permite ahora el remake de aquellos días como "nuevo brote de la juventud cubana", "intrépido caballero del ideal" y "una de las figuras más discutidas y admiradas en los días presentes", pisaba, como lo estará haciendo este domingo, tierra Argentina.
Entonces la recién triunfante Revolución cubana era vista por muchos, apenas, como la cristalización de un sueño romántico, y el cronista del diario Clarín, que hablaba de aquella tumultuosa bienvenida a Fidel como "un acto magistralmente mal organizado", especuló: "El apretujamiento fue tan insólito y brutal, que a Fidel Castro los largos días belicosos de la Sierra Maestra le deben haber parecido jornadas de paz y dulce descanso, comparados con esos veinte minutos vividos entre sus custodios, su descenso del avión y el ascenso al automóvil que lo trajo a la capital.
Fidel Castro tiene que haber recibido una primera impresión ligeramente deplorable de los argentinos y de Buenos Aires.
Felizmente, ya habrá podido comprobar que no somos así". También el devenir histórico mostró después las cualidades de estadista y líder mundial del entonces visto sólo en calidad de bisoño combatiente, quien hoy sigue convocando a multitudes...
Y no únicamente por la simpatía que despertaban los barbudos en el 59. Treinta y seis años después, el periplo que lleva otra vez al dirigente cubano a las latitudes más sureñas de América marcan el rumbo del viaje al revés: ahora llega a Argentina procedente de Uruguay, donde realizó una visita oficial de poco más de 24 horas. En la ocasión anterior arribó a la patria de O'Higgins después de una escala en Brasil y su estancia fue apresurada por el deseo de partir pronto a Montevideo.
"No traía programa ni fechas a cumplir estrictamente", dijo durante una rueda de prensa compleja por la gran cantidad de simpatizantes que robó sus puestos a los reporteros, en el décimo piso del hotel Alvear Palace... Los admiradores de la Revolución, situados entre los periodistas y Fidel, transmitían a este de boca en boca las inquietudes de los reporteros, que preguntaban por qué se iba tan pronto de Buenos Aires. "El caso es que hace 18 días que estoy fuera de Cuba -explicó- y debo regresar para trabajar. Tengo antes que visitar Uruguay, que sufre las penurias de una gravísima inundación...".
Pero la historia ha propiciado que sean más las semejanzas. Aquel viaje a Argentina, como este, estaba marcado por la contingencia de un foro regional: hoy es la V Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en Bariloche esta semana.
Hace 36 años, una Conferencia del llamado Comité de los 21, dentro de los marcos de la OEA. Para esa época todavía la organización continental era consecuente con su nombre, aunque luego las presiones yanquis propiciaran la expulsión de Cuba, dejando en el cajón del olvido las palabras de la presidencia de aquella reunión, al darle la bienvenida a Fidel: "Creo que no exagero al decir que Castro constituye hoy en América una figura de brillante relieve por su esforzado trabajo en favor de la libertad humana, y todo el continente está hoy pendiente de la realización definitiva de la gran obra que está afrontando arduamente en Cuba".
Dijo Clarín en su edición del domingo día tres que la Conferencia quedó dividida en dos etapas: antes y después del discurso de Fidel... "Con su ardorosa improvisación de una hora y 25 minutos concluyeron las exposiciones de los jefes de delegación, y allí terminó también el estiramiento de la sala de deliberaciones, hasta entonces muda e insensible como un lago".
Más allá de las coincidencias entre ambas giras, asombra, sin embargo, la contundente validez hoy de sus palabras. Algunos de sus pronunciamientos podrían volver a repetirse virtualmente sin omisión, cuando los mandatarios de Iberoamérica se sienten alrededor de la clásica mesa circular, el lunes.
"Hace muchos años que los pueblos nuestros están esperando soluciones verdaderas, y no las encuentran" (...) "Y cuánto pueden durar los gobiernos constitucionales arrinconando entre la miseria, que provoca todo género de conflictos sociales, y la ambición" (...) "No queremos una democracia teórica, de hambre y opresión, sino una democracia verdadera, con absoluto respeto por la dignidad del hombre, donde prevalezcan todas las libertades humanas bajo un régimen de justicia social" (...) "La falta de desarrollo económico es la principal causa de la inestabilidad política en América...".
Muy largo será el rosario de desgracias cuando los mandatarios de Latinoamérica, sumados España y Portugal, se reúnan en la turística y nevada ciudad del sur argentino para tratar como punto central el tema de Educación... Lo peor es que muchos males sociales se estén incrementando en la región a poco de llegar el nuevo milenio, visto como el umbral de una nueva era hace... 36 años.