Fidel y la defensa de la Revolución: Una aproximación histórica necesaria
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“Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo, les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al error”[1].
Con el triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 y la asunción al poder político de las fuerzas revolucionarias comandadas por Fidel Castro Ruz, se dio inicio a un proceso de profundas transformaciones sociales y políticas en el país, que dieron base a una sociedad diferente, caracterizada por la independencia y soberanía y nuevas oportunidades para las clases más desposeídas, tal y como delineara el líder de la Revolución en su histórico alegato La historia me absolverá.
Comenzarían a profundizarse las contradicciones entre la naciente Revolución y el gobierno estadounidense. Estados Unidos aplicaría contra Cuba, medidas de asfixia económica, fomento y apoyo de todo tipo a la oposición contrarrevolucionaria, sabotajes, espionaje, terrorismo, incluido los planes de asesinato contra Fidel y demás líderes de la Revolución así como de aislamiento diplomático, que demandarían los máximos esfuerzos para la defensa.
Es así, que se dieron pasos para la destrucción del aparato represivo heredado del régimen anterior, incluidos el ejército, la policía y órganos relacionados con este como el Buró para la Represión de las Actividades Comunistas (BRAC) y el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), de tan triste ejecutoria durante la tiranía de Fulgencio Batista.
A escasos seis días del triunfo de la Revolución, en entrevista ofrecida por el Comandante Fidel Castro a su llegada a Cienfuegos en su tránsito hacia la capital, el líder de la Revolución afirmó que resultaba innecesaria la Misión Militar de Estados Unidos en Cuba y calificó de intolerable su presencia en nuestro país.
En 1959 fueron creados las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los Órganos de la Seguridad del Estado sobre la base del guerrillero Ejército Rebelde. Se crearon las Milicias Nacionales Revolucionarias[1], con la masiva participación del pueblo en la defensa del país contra las agresiones promovidas por el gobierno de Estados Unidos.
El Comandante en Jefe expresaría, años más tarde:
“Desde los primeros instantes vimos con claridad la necesidad de incorporar al pueblo a la defensa del país. Creo que fue Lenin quien dijo que una revolución valía tanto cuanto fuera capaz de defenderse. Y así surgió la demanda, el clamor de armar a nuestros obreros, nuestros campesinos, nuestros estudiantes, nuestros trabajadores todos, manuales e intelectuales. Ya desde muy temprano se le demostró con ello al imperialismo que estábamos dispuestos a luchar y que esta era una revolución de pueblo; porque solo una revolución de pueblo puede armar al pueblo”.[2]
El 28 de septiembre de 1960, a su regreso de la Organización de Naciones Unidas, Fidel pronuncia en una concentración popular frente al Palacio Presidencial, un discurso. Se escucha el ruido de petardos. Entonces, los allí reunidos respondieron con vivas a la Revolución y a su líder, ante lo que Fidel expresó:
“Vamos a implantar, frente a las campañas de agresiones del imperialismo, un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, qué hace el que vive en la manzana y qué relaciones tuvo con la tiranía; y a qué se dedica; con quién se junta; en qué actividades anda. Porque si creen que van a poder enfrentarse con el pueblo, ¡tremendo chasco se van a llevar!, porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana..., para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe, y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse.
“Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.
Esa misma noche, al concluir el acto, nacían los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organización que junto a los Órganos de la Seguridad del Estado desarticularía a los elementos contrarrevolucionarios que pretendían servir de quinta columna a la brigada mercenaria que el 17 de abril de 1961 protagonizaría la invasión por Playa Girón.
La justeza de esta apreciación quedaría demostrada con el enfrentamiento y derrota de las bandas armadas financiadas por el gobierno de Estados Unidos, la derrota de la conspiración trujillista y de la invasión mercenaria por Playa Girón y la movilización de todo el pueblo durante la Crisis de Octubre.
La presencia de Fidel en la primera línea de combate, durante la lucha contra bandidos, en Playa Girón, la Crisis de Octubre y contra las acciones contrarrevolucionarias en el país, caracterizaría al líder de la Revolución.
Hacia la década de 1980, cuando era inminente una posible intervención militar directa de Estados Unidos contra Cuba, se reavivaría la participación del pueblo cubano en la defensa del país, con la creación de las Milicias de Tropas Territoriales. Al respecto el Comandante en Jefe Fidel Castro informaría al pueblo:
“Por tanto, el Partido ha dado instrucciones a las Fuerzas Armadas de formar las Milicias de Tropas Territoriales, como una fuerza más, que estarán integradas por hombres y mujeres, obreros, campesinos, estudiantes, todo el que sea capaz de combatir, para organizarlas y articularlas, a fin de que puedan defender cada pedazo del territorio nacional. Todos aquellos que sean capaces de combatir y no estén encuadrados en la reserva de las tropas regulares, podrán pertenecer a las Milicias de Tropas Territoriales.
“Es decir, que nosotros tenemos que prepararnos para los dos tipos de guerra: la convencional y la popular; las dos guerras, los dos tipos de guerra. Eso es lo que obligará a los imperialistas a pensarlo unas cuantas veces, antes de cometer el disparate de una invasión a nuestro país.
“Pero nosotros tenemos riesgos, porque ya algunos de ellos han empezado a hablar en términos más agresivos; han planteado algunos ignorar los acuerdos de 1962, es decir, de nuevo empezar a plantear las tesis de su derecho de invadirnos. Otros han dicho de una manera cínica que, sí se produce una situación conflictiva en otra parte del mundo, ellos se tomarían la libertad de llevar a cabo la acción donde más les conviniera; en dos palabras: se estaban refiriendo a Cuba, dado el hecho de que Cuba está a una enorme distancia de la Unión Soviética y del campo socialista”[3].
La creación de una nueva doctrina militar para la defensa de la Revolución, denominada “Guerra de Todo el Pueblo”, es el fundamento estratégico de la defensa del país y define que cada cubano conozca y disponga de un medio, un lugar y una forma de lucha contra el enemigo bajo la dirección del Partido, en un sistema político militar económico único de preparación y realización de la guerra”. [4] El General de Ejército Raúl Castro, explicaría años después:
“La guerra de todo el pueblo significa que, para conquistar nuestro territorio y ocupar nuestro suelo, las fuerzas imperiales tendrían que luchar contra millones de personas y tendrían que pagar con cientos de miles e incluso millones de vidas el intento de conquistar nuestra tierra, de aplastar nuestra libertad, nuestra independencia y nuestra Revolución, sin alcanzar a conseguirlo jamás. Y no es una verdad solo de hoy, otros hombres, en otras épocas, en la historia de nuestra patria, percibieron esta realidad, que no en balde escribió Maceo —en otros tiempos, en otra época, cuando no éramos 10 millones, cuando éramos tal vez la décima parte de lo que somos hoy, cuando teníamos la décima parte de la disciplina que tenemos hoy y la centésima parte de las armas que tenemos hoy—: Quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”[5]
Ello ha garantizado en todo momento que sea el pueblo quien defienda su Revolución y que sus instituciones armadas sean leales a esta.
Los antecedentes, de la ofensiva contrarrevolucionaria del imperio, contra los procesos de izquierda en Brasil y Argentina, utilizando métodos de la Guerra No Convencional, y más recientemente el golpe de Estado en la República Plurinacional de Bolivia, contra Evo Morales Ayma, avalan la necesidad de estudiar y aplicar de acuerdo a las especificidades de cada país, las claves del pensamiento militar del Comandante en Jefe Fidel Castro:
- Disolución del ejército heredado del régimen anterior y la creación de un nuevo ejército
- Creación de nuevos órganos de seguridad del Estado
- Carácter popular de la defensa de la Revolución, mediante la creación de Milicias Nacionales Revolucionarias en los inicios de la Revolución.
- Creación de un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva, a través de lo que devendría como los Comités de Defensa de la Revolución
- Creación de una nueva doctrina militar para la defensa de la Revolución: “Guerra de Todo el Pueblo.
El pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la defensa de la Revolución no se reduce a estas cinco claves. Para él, la comunicación directa con el pueblo estuvo muy presente en su ejecutoria, como método para el esclarecimiento de las más complejas situaciones, y el enfrentamiento a la manipulación y propaganda imperialista. Su palabra, clara y precisa, fue un arma imprescindible para un pueblo que, identificado con su vida ejemplar y su prédica martiana, defendió la Revolución en Cuba y en las misiones internacionalistas, con la insuperable fe en la victoria que siempre le acompañó.
Notas:
[1]Esto ocurriría el 26 de octubre de 1959.
[2]Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en la ceremonia militar con motivo del XXVI Aniversario del Desembarco del Granma y de la Fundación de las FAR, en la Plaza de la Revolución, el 11 de diciembre de 1982.
[3]Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado el 1ro de mayo de 1980, en la Plaza de la Revolución.
[4]Raúl Castro Ruz: Raúl Castro Ruz, en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
[5] Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en el acto en conmemoración del XXXII Aniversario del Desembarco del "Granma" y de la Fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y la proclamación de ciudad de la habana lista para la defensa en la primera etapa, en la Plaza de la Revolución, el 5 de diciembre de 1988.