Según la enciclopedia cubana Ecured, el profesor es aquella persona que se dedica a la enseñanza de una determinada ciencia o arte, lo cierto es que en la sociedad cubana el maestro debe ser como dijera el Comandante en Jefe, "un activista de la política revolucionaria de nuestro Partido Comunista, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas.
 
Debe ser, por tanto, un ejemplo de revolucionario, comenzando por el requisito de ser un buen profesor, un trabajador disciplinado, un profesional con espíritu de superación, un luchador incansable contra todo lo mal hecho y un abanderado de la exigencia. (...)", y concluyó: "En la escuela, en el lugar de residencia, en las actividades sociales, el maestro tiene que ser un ciudadano ejemplar que todos respeten y admiren".
 
Sin dudas es la causa de que dentro de los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, uno de los aspectos que se le brinda vital importancia es al de la educación, pues avanzar en la elevación de la calidad y el rigor del proceso docente educativo, además de jerarquizar la superación permanente, el enaltecimiento, la atención del personal docente, y el actuar de la familia en la educación de los niños y jóvenes son líneas de trabajo que se deben cumplir a cabalidad para hacer de la educación un pilar más fuerte de lo que hoy es.
 
Y ciertamente es así como deben ser los pedagogos cubanos, pues aunque no es menos cierto que la educación corresponde comenzar por el hogar, la institución educativa y en especial sus gestores desempeñan un rol protagónico en la formación integral de las nuevas generaciones, es por esta razón que el líder indiscutible de la Revolución cubana dedicó todos sus esfuerzos con este fin, y así caracterizó la labor de los maestros:
 
"El éxito de nuestra Revolución, la seguridad de nuestro futuro; el éxito de nuestro socialismo dependerá, en gran parte, de lo que sean capaces de hacer los educadores".