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Rememora cienfueguero vivencias personales con Fidel Castro

José Aroche Pacheco tuvo el privilegio de conocer personalmente a Fidel Castro. Gracias a un regalo que le enviara el Comandante en Jefe a este cienfueguero, hoy puede dar fe de algunas anécdotas personales con el eterno líder de la Revolución cubana.
 
Con apenas 18 años Aroche  combatió en la Sierra Maestra bajo el mando del Comandante Almeida Bosque. “Cuando íbamos a tomar a Palma Soriano vi por primera vez a Fidel. Él, Raúl y Almeida en un lugar que se llama Arroyo Blanco  planificaron el ataque. Yo combatí con  el pelotón de Bilo Acuña. Nuestro objetivo era apoderarnos de la estación de policía y lo logramos” –rememora el Coronel jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
 
Luego del triunfo revolucionario, llega a La Habana en la Caravana de la Victoria y meses más tarde Almeida le encomienda la misión de proteger la casa donde vivía el líder de la Revolución cubana.
 
“Fidel en aquel entonces nos daba muchos consejos, se acercaba y sentado en un camastro  nos decía que teníamos que superarnos porque hombres dignos como nosotros eran los que necesitaba el proyecto social que debía materializarse en Cuba”, rememora.
 
Años más tarde fue seleccionado para pasar un curso de tanquista en Checoslovaquia, de regreso ocupa importantes cargos militares hasta que le orientan preparar un batallón de tanques para  combatir en Etiopía, donde se convirtió en el principal jefe de la ofensiva en el desierto Ogadén de la provincia Jarar. “Yo tenía mil y pico combatientes, 2 grupos de artillería. Allí se combatió duro, pero nuestro coraje fue esencial para lograr el aniquilamiento de los somalís”, nos cuenta con sano orgullo.
 

Rememora cienfueguero vivencias personales
con Fidel Castro. Foto Damaris Leyva

Fidel viajó a Etiopía para reunirse con los combatientes cubanos y Aroche quien estaba al frente de la tropa volvió a encontrarse con el Comandante en Jefe. “Yo me senté en los últimos asientos donde estaba la tribuna y antes de comenzar a dar su discurso me llama y me dice: ven siéntate cerca de mí por si acaso te necesito”.
 
Ese día en nombre de su batallón le regaló un pequeño tanque confeccionado con casquillos. Juntos recorrieron diferentes áreas del terreno y a petición de Aroche el Comandante les dejó una hermosa dedicatoria. Finalizada la visita Fidel lo sorprende. “Me  dijo: ¿no te han invitado  a almorzar? Vamos que yo te doy la mitad del mío. Su gesto me impresionó. Imagínate con tantas cosas que él tenía en su cabeza preocuparse por mi alimentación. Eso solo lo hacen personas sencillas y de un gran corazón”.
 
Para su sorpresa meses más tarde  Fidel le envía un paquete con más de 20 fotos que daban fe de aquel encuentro donde estuvieron juntos por casi 24 horas, instantáneas que le permiten tenerlo más cerca de su corazón.

“Para mí estas fotos son mi mayor tesoro. Después de su muerte las miró diariamente y aunque siento su ausencia no derramo una lágrima, porque a los héroes no se le recuerda con llanto, sino con admiración. El siempre seguirá siendo mi Jefe. El Cagüairán de mil batallas”.

Rememora cienfueguero vivencias personales
con Fidel Castro

 

Fonte: 

Sitio Web Perla Visión

Data: 

08/11/2017