Brigada médica cubana cumplió dos meses de labor solidaria en Perú
Una brigada médica cubana cumplió dos meses de intensa labor solidaria en Piura, ciudad del norte peruano, en la que ha realizado 20 mil 347 consultas médicas, según las estadística.
El jefe del grupo, Rolando Piloto, con amplia experiencia en misiones internacionales en situaciones de desastre, señaló que en la actual etapa de sus actividades, la brigada está enfocada principalmente en la lucha contra el dengue.
Además, los médicos cubanos se desplazan a diario a atender a la población de los principales refugios en los que viven en carpas miles de damnificados, cuyas viviendas fueron arrasadas por las aguas o quedaron inhabitables.
Los 23 profesionales de la salud que integran el Contingente Internacional Henry Reeve, en sus días libres realizan campañas de salud en comunidades cercanas, cuyas autoridades los condecoraron por su esfuerzo solidario.
En el hospital de campaña, los cubanos han atendido 968 casos de dengue, evitando que se agraven y mueran. Piloto dice con satisfacción que de los 27 muertos por ese mal en Piura, ninguno estaba entre los atendidos por la brigada.
Señaló que en las últimas dos semanas los especialistas cubanos, con perfil epidemiológico, trabajan en el asesoramiento a la dirección regional del ministerio de Salud, en el combate al vector del dengue.
Según Piloto, el problema es grave, porque hay una incidencia de 5,7 por ciento de viviendas con focos de aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue y otras enfermedades, siendo el objetivo estratégico reducirla a menos de uno por ciento, eliminando el riesgo de contagios, a lo que debe sumarse un control adecuado de pacientes.
Ante una pregunta sobre las relaciones de la brigada con la población, las calificó de magníficas y dijo que la aceptación que él y sus compañeros han tenido en la población solo puede calificarse de impresionante.
A modo de ejemplo, señaló que el combate al vector enfrenta la resistencia de pobladores a permitir el ingreso a sus casas a los fumigadores, lo que no ocurre con los cubanos, que, además, han ayudado convenciendo a la población para que dejen entrar al personal de fumigación a sus viviendas.