Fidel nos mira aun después de muerto
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Fidel nos mira aun después de muerto, no porque yo piense que haya vida después de la muerte. Tampoco se trata de un recurso literario para adornar la tristeza, ni para descargar esta tormenta emocional que me sigue oprimiendo el pecho y la garganta; esto último solo el tiempo lo resolverá. Voy a tratar de explicar este título aparentemente de ficción.
Me encontraba escribiendo la respuesta al acertijo de turno en Cubadebate, necesitaba concentración y apagué el televisor. A las 00:51 horas del sábado 26 de noviembre, recibí una llamada en el celular que tenía a mi lado. Era mi querido compañero Melchor, que me preguntó si me había despertado; al comprobar que no sabía la noticia me dijo: “Murió Fidel”; sin pensar le pregunté la fuente de esa noticia tantas veces falseadas. Cuando me explicó lo de la alocución de Raúl, no hubo margen a la esperanza.
Invitados por la Unión de Informáticos de Cuba (UIC) y de Matanzas, estuvimos Melchor Gil, Pepe Fernández, Popi Olivera, Miguel Katrib, Jorge Barrera y yo todo el día 24 de noviembre en Matanzas, rememorando la historia de la computación en Cuba, y en particular nuestras vivencias de la participación de Fidel. La proeza de la producción de la primera computadora cubana; la introducción creciente de la informática en la economía y la sociedad; el papel de la Escuela Vocacional Lenin; los Joven Club; la fundación de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI); estuvieron entre los temas principales.
El auditorio de todas las edades, pero principalmente de jóvenes., que oyeron hablar de 45 años atrás. La mayoría tenían menos de esa edad.
También nos acompañaron María Esther y Tatiana, vicepresidentas de la UIC, y Fidel Pancorbo, el anfitrión y presidente de la UIC en Matanzas.
Hubo muchas anécdotas de lo dicho y lo hecho por Fidel en estos temas ya mencionados.
Ninguno de los allí presentes imaginábamos que nos separaban poco más de 24 horas de la muerte de Fidel. Fue una especie de homenaje póstumo adelantado y fortuito.
Cuando digo que Fidel nos mira aun después de muerto, es porque seremos nosotros mismos los que nos miraremos con las enseñanzas de Fidel; como dijo el Che, identificados con sus maneras de apreciar los principios y los peligros; con sus lecciones frente a éxitos y fracasos, frente a victorias y reveses. Ya no podremos contar con sus opiniones en tiempo real ante sucesos nuevos; tampoco debemos pretender componer recetas a partir de sus discursos y sus reflexiones, eso sería faltar a su esencial definición del concepto de Revolución.
Martí murió hace más de 120 años, pero fue y seguirá siendo autor intelectual de proezas revolucionarias y ojalá que de sencillas obras en el cumplimiento del deber de cada día. Con Fidel somos nosotros los encargados de que suceda lo mismo. Sus restos mortales descansaran a pocos metros de distancia, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba.
No sé si Fidel habrá dejado escrita una reflexión póstuma; ya su leal hermano Raúl, nuestro entrañable Raúl, seguramente nos dirá lo necesario y suficiente en el acto anunciado en la Plaza de la Revolución, el próximo 29 de noviembre.
Quiero terminar estas breves palabras entregando mis sinceras condolencias a Dalia, a Fidelito, Jorge Ángel, Alexis, Alex, Alejandro, Antonio y Ángel.
¡Hasta la victoria siempre!