HIJO SAGRADO DE LA PATRIA
Fidel, es de la única persona que hablo con adjetivos y superlativos.
Cada siglo tiene su hombre que lo marca en la historia, el siglo XX es el de Fidel.
Aunque no acostumbro a identificarlo con sus apellidos, los digo por el amor, el cariño y el afecto que siempre tuvo por sus padres.
Del siglo XIX admiramos a Martí, ese fue su siglo como político, poeta, escritor y su caída en combate. Con él admiramos a Céspedes, a los Maceo, a Gómez, a Agramonte, a Serafín Sánchez, a Flor Crombet y otros patriotas, pero el siglo XX es el de Fidel. En la historia quedará inscripto como el hijo sagrado de la Patria.
Me honro en haberlo conocido personalmente en 1952 y desde entonces haber compartido con él todos estos años donde lo he visto engrandecerse como el jefe indiscutido, rebasar los límites de la Patria para adquirir estatura mundial.
Fidel dignificó el género humano, dio su lugar al negro y a la mujer. Nunca a su lado me he sentido negro. Tiene un gran amor por los niños y una infinita confianza en los jóvenes.
No creo necesario decir más, de los grandes no hacen falta tantas palabras.