MUCHA DELICADEZA
Soy una persona muy franca. No temo hablar de las diferencias pues se deben aprovechar las oportunidades históricas. No se puede ser hipócrita. Le plantee a Fidel que no entendía la limitación religiosa en el país. Sé que esas cosas han ido cambiando.
Vi a un hombre muy preocupado. De ciertos detalles que quizás él no se acuerde.
Estuvimos hablando del hospital Ameijeiras. Me impresionó como él se preocupaba de los más pequeños detalles: que cada mesita tuviera una flor. Son cuestiones de mucha delicadeza y con gran sentido humano.
Me conmovió saber que el analfabetismo había sido totalmente erradicado.
Fueron tres horas de un dialogo muy cordial, sincero. Guardo un recuerdo muy grato de mi conversación con Fidel Castro.