Fidel Castro: advertencias en dos tiempos
Data:
Fonte:
El 53 aniversario del triunfo de la Revolución Cubana y los pensamientos de su Comandante en Jefe develados los días 8 y 5 de los meses de enero de 1959 y 2012, respectivamente, me sirven de pretexto para resaltar grosso modo alertas de gran vigencia para la armonía de la actualización del modelo económico en la Isla, así como el llamado de atención acerca de un emergente ataque a la Casa Común de Terrícolas.
Primer Tiempo:
Justo cuando entró a La Habana la Caravana de la Libertad del Ejército Rebelde victorioso contra la dictadura de Fulgencio Batista, el octavo día de aquel Gran Enero Fidel pronunció un discurso al filo de las 8 p.m. en el campamento militar de Columbia —hoy Ciudad Libertad— en el que expresó:
“La Revolución tiene ya enfrente un ejército de zafarrancho de combate. ¿Quiénes pueden ser hoy o en lo adelante los enemigos de la Revolución? ¿Quiénes pueden ser ante este pueblo victorioso, en lo adelante, los enemigos de la Revolución? Los peores enemigos que en lo adelante pueda tener la Revolución Cubana somos los propios revolucionarios”.
En consecuencia con estas ideas, acotó:
“Creo que todos debimos estar desde el primer momento en una sola organización revolucionaria: la nuestra o la de otro, el 26, el 27 o el 50, en la que fuese, porque, si al fin y al cabo éramos los mismos los que luchábamos en la Sierra Maestra que los que luchábamos en el Escambray, o en Pinar del Río, y hombres jóvenes, y hombres con los mismos ideales, ¿por qué tenía que haber media docena de organizaciones revolucionarias?”.
Es precisamente en lo que subrayé en negritas donde están los aspectos que asumo como mensajes medulares para el quehacer empinado en el presente y el mañana. ¿O acaso vamos a olvidar que constituye responsabilidad suprema de cubanas y cubanos empeñados en construir una sociedad digna y próspera, afinar la puntería en la actualización de nuestro modelo económico? Andar juntos, en cuadro apretado y con la espada revolucionaria en alto es condición sine qua non para conquistar toda la felicidad humanamente posible para Cuba y otros pueblos.
Segundo Tiempo:
En sus Reflexiones “La marcha hacia el abismo” divulgadas por la prensa del patio y extranjera hace unas setenta y tres horas, el compañero Fidel se detiene en el análisis de un asunto que constituye toda un amenaza potencial para la humanidad: me refiero al tema del “gas de esquisto”.
Apoyado en analistas y fuentes de reconocidos prestigio, el Líder Histórico de la Revolución en la Mayor de las Antillas advierte que entre las numerosas sustancias químicas que se inyectan con el agua para extraer este gas se encuentran el benceno y el tolueno, que son sustancias terriblemente cancerígenas; y significa que la huella carbónica es mayor que la del gas convencional o el petróleo, vistos en cualquier horizonte temporal, pero particularmente en un lapso de 20 años —amén que comparada con el carbón, es al menos 20 por ciento mayor y tal vez más del doble en 20 años.
Por mi parte, recordé cómo Fidel avisó a la comunidad internacional el 12 de junio de 1992 en la Conferencia de Naciones Unidas acerca del Medio Ambiente efectuada en Río de Janeiro, Brasil, que la persona estaba “en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida”, tópico develado por datos que los científicos/as que se ocupan del cambio climático ahora vuelven a ratificar.
Entonces, queda evidenciado su perenne batallar por la supervivencia humana a través de su concepción sobre la necesidad de paz-desarme-inversión para el desarrollo-protección a la Madre Natura —único modo de salvar la especie humana.