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El Granma continúa su rumbo hacia el futuro

Data: 

02/12/2010

Fonte: 

Periódico Trabajadores

Autor: 

Hace  54 años, el  dos  de  diciembre de  1956, después de una semana de tormentosa travesía, el yate  Granma arribó a Cuba procedente de Tuxpan, México,  con su preciosa carga humana  de  82  hombres  a  bordo  comandados por  Fidel Castro Ruz, dispuestos a iniciar  la  lucha armada para  derrocar  el  régimen  sanguinario  de  Fulgencio  Batista.

Las primeras horas y  días de  aquella  epopeya resultaron  muy  difíciles para  los  expedicionarios, fueron jornadas llenas de  mucho  valor  y  patriotismo, imbuidas  de las  ansias  libertarias que  a  su  vez  matizaron  la forja  del  naciente  Ejército  Rebelde, encargado  de  llevar  a  cabo  la  lucha  armada  definitiva  por  la  independencia del país.

Solo la voluntad inquebrantable de luchar y vencer quedaron intactos y terminaron por imponerse a la adversidad de aquel momento que, años más tarde en sus relatos de la guerra, el comandante Ernesto Che Guevara, con su reconocida capacidad de observación y agudo sentido del humor, calificara como “algo más semejante a un naufragio que a un desembarco”.

Después seguirían, en rápida y dramática sucesión, el serio revés sufrido en Alegría de Pío, la dispersión de la tropa insurrecta, la persecución implacable de los pequeños grupos aislados, la caída en combate y el asesinato de varios expedicionarios, ocurridos entre el seis y el 16 de diciembre, hasta el reagrupamiento en torno a Fidel Castro en Cinco Palmas, dos días después.

Entonces el líder  de  la  gesta demostró, como lo haría a lo largo de todos los años posteriores, el valor de las ideas y las convicciones como factores de triunfo, cuando de pie, frente a siete hombres maltrechos e igual número de fusiles, expresó: “...¿Vienen con sus uniformes, y con sus balas, y con sus fusiles? ¡Ahora sí los días de la tiranía están contados”

Y no exageraba. Sólo un mes más tarde de aquel audaz vaticinio, el 17 de enero de 1957, con 21 combatientes bajo su mando, libró su primer combate victorioso al rendir a la guarnición del ejército de la tiranía en el cuartel de La Plata.

Con la derrota sufrida aquel día, el dictador Fulgencio Batista se vio obligado a reconocer la existencia del núcleo revolucionario. De ese modo esta etapa de la lucha por la liberación de la nación cubana dio un viraje y comenzó a confirmarse lo acertado de la estrategia trazada por Fidel.

El espíritu de combate anidado en el Granma se expandiría por las montañas y ciudades hasta marcar el curso de los acontecimientos en el país,  permitió la  victoria  el  1º  de  enero de  1959 y continúa  hoy su  impetuoso  rumbo  hacia  el  futuro  en Cuba  y  América  Latina.Hace  54 años, el  dos  de  diciembre de  1956, después de una semana de tormentosa travesía, el yate  Granma arribó a Cuba procedente de Tuxpan, México,  con su preciosa carga humana  de  82  hombres  a  bordo  comandados por  Fidel Castro Ruz, dispuestos a iniciar  la  lucha armada para  derrocar  el  régimen  sanguinario  de  Fulgencio  Batista.

Las primeras horas y  días de  aquella  epopeya resultaron  muy  difíciles para  los  expedicionarios, fueron jornadas llenas de  mucho  valor  y  patriotismo, imbuidas  de las  ansias  libertarias que  a  su  vez  matizaron  la forja  del  naciente  Ejército  Rebelde, encargado  de  llevar  a  cabo  la  lucha  armada  definitiva  por  la  independencia del país.

Solo la voluntad inquebrantable de luchar y vencer quedaron intactos y terminaron por imponerse a la adversidad de aquel momento que, años más tarde en sus relatos de la guerra, el comandante Ernesto Che Guevara, con su reconocida capacidad de observación y agudo sentido del humor, calificara como “algo más semejante a un naufragio que a un desembarco”.

Después seguirían, en rápida y dramática sucesión, el serio revés sufrido en Alegría de Pío, la dispersión de la tropa insurrecta, la persecución implacable de los pequeños grupos aislados, la caída en combate y el asesinato de varios expedicionarios, ocurridos entre el seis y el 16 de diciembre, hasta el reagrupamiento en torno a Fidel Castro en Cinco Palmas, dos días después.

Entonces el líder  de  la  gesta demostró, como lo haría a lo largo de todos los años posteriores, el valor de las ideas y las convicciones como factores de triunfo, cuando de pie, frente a siete hombres maltrechos e igual número de fusiles, expresó: “...¿Vienen con sus uniformes, y con sus balas, y con sus fusiles? ¡Ahora sí los días de la tiranía están contados”

Y no exageraba. Sólo un mes más tarde de aquel audaz vaticinio, el 17 de enero de 1957, con 21 combatientes bajo su mando, libró su primer combate victorioso al rendir a la guarnición del ejército de la tiranía en el cuartel de La Plata.

Con la derrota sufrida aquel día, el dictador Fulgencio Batista se vio obligado a reconocer la existencia del núcleo revolucionario. De ese modo esta etapa de la lucha por la liberación de la nación cubana dio un viraje y comenzó a confirmarse lo acertado de la estrategia trazada por Fidel.

El espíritu de combate anidado en el Granma se expandiría por las montañas y ciudades hasta marcar el curso de los acontecimientos en el país,  permitió la  victoria  el  1º  de  enero de  1959 y continúa  hoy su  impetuoso  rumbo  hacia  el  futuro  en Cuba  y  América  Latina.