DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ALMUERZO OFRECIDO POR DOBRI DZHUROV, MINISTRO DE DEFENSA DE BULGARIA, AL TERMINO DE LAS MANIOBRAS MILITARES EFECTUADAS POR EL TERCER EJERCITO, EN YAMBOL, BULGARIA, EL 21 DE MAYO DE 1972
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Queridos amigos:
Hemos recibido muchos honores en la mañana de hoy y hemos recibido impresiones muy agradables.
Acabamos de presenciar las maniobras. Conversamos con los soldados expresándoles nuestras impresiones, y ahora queremos dirigirles a ustedes breves palabras, teniendo en cuenta el tiempo.
Es para decirles que sinceramente nosotros vamos a llevarnos de este encuentro con el ejército, el Tercer Ejército, y la representación de las Fuerzas Armadas de Bulgaria, una impresión imborrable.
No es una sorpresa para nosotros. Nosotros estábamos seguros de la preparación militar del ejército búlgaro. Sencillamente hemos comprobado lo que esperábamos, pero a pesar de todo nos impresiona la concepción de la maniobra, la participación de todas las armas, la dinámica, la coordinación, la precisión, la seguridad —seguridad para todos, seguridad para los soldados que iban en la primera línea cuando disparaba la aviación y cuando disparaba la artillería a reacción 200 metros delante; seguridad para la delegación y para todos los que observaban la maniobra (nadie tuvo que meterse en el bunker fortificado); seguridad absoluta de que los pilotos saben donde tiran las bombas.
Hemos visto los aviones maniobrar en este terreno irregular, dirigirse a los objetivos con una gran precisión, y maniobrar entre las montañas.
En realidad, pudimos darnos cuenta de que hay una gran preparación, toda la que puede haber en condiciones de paz. Porque nosotros decíamos que la diferencia entre el boxeador y el soldado es que el boxeador puede practicar con un enemigo, un contrincante, y la ciencia militar no se puede practicar sino en la paz. Es decir, se simulan las condiciones de la guerra, pero no se puede hacer una guerra real. Ahora, nosotros estamos seguros de que si esos soldados tuvieran que combatir, ellos y sus jefes cumplirían cabalmente la tarea.
Nuestro país ha tenido a lo largo de estos años un recuerdo muy agradable de la amistad con Bulgaria. Podemos decir que desde el principio entre nuestros dos países se desarrolló una gran amistad, una gran vinculación.
Se comprende que tenemos muchas cosas en común. Nuestra Revolución se desarrolla muy próxima a Estados Unidos, conocemos los peligros de esa situación. Hemos tenido que vivir así durante muchos años. Los primeros tiempos eran los más difíciles, porque la correlación de fuerzas era distinta en el campo internacional, y nosotros no teníamos los medios de defensa que tenemos hoy, y no existía ese desarrollo en todos los campos que ha tenido en los últimos 13 años el campo socialista.
Pero vemos también cómo Bulgaria por su situación geográfica se encuentra muy próxima al potencial enemigo; sus fronteras están cara a cara a ese enemigo potencial, su posición estratégica es de suma importancia. Ustedes, igual que nosotros, comprenden la necesidad de desarrollar la defensa para responder a esa situación y cumplir las obligaciones patrióticas y las obligaciones internacionales. De manera que tenemos situaciones similares en ese aspecto.
Pero además nuestros países tienen una larga tradición de lucha. El compañero Ministro recordaba las tradiciones de esta región, los 119 jefes guerrilleros y la coincidencia entre la revolución de 1868 en Cuba y la rebelión en Bulgaria.
Realmente nuestros pueblos han escrito una historia hermosa de lucha por su independencia, y las mejores tradiciones de los pueblos se han escrito defendiendo su libertad frente a los invasores y frente a los opresores. Solo que Bulgaria lleva más de 2000 años forjando su historia y luchando por su independencia, para llegar a este momento que es la mas alta expresión de la historia de Bulgaria.
Nuestro país es mas joven, más nuevo, no tiene unas tradiciones tan prolongadas: es una historia de siglos. La historia de Bulgaria es una historia de milenios.
Hay otros aspectos que nos hacen muy similares a los búlgaros y a los cubanos, y es la historia de la revolución socialista, cómo se gesta, cómo se forja. La historia búlgara en luchas de muchos años, que fue creando un pensamiento revolucionario y que alcanzó su mas alta expresión en las luchas contra el fascismo, en el movimiento guerrillero de Bulgaria y en las victorias contra el fascismo. De manera que muchos dirigentes y muchos jefes de las Fuerzas Armadas son viejos guerrilleros —no guerrilleros viejos, sino viejos guerrilleros (RISAS), que no es lo mismo. Y también una parte de la oficialidad de nuestro Ejército y de la Dirección de nuestro Partido se creó en las luchas de liberación contra la opresión imperialista y en la lucha con las armas en la mano frente a las agresiones.
También nuestros dos pueblos son dos países pequeños que no tienen grandes recursos naturales. Han tenido que vivir de la agricultura, y esa es no una tarea fácil. No es como cuando los países tienen mucho petróleo, grandes recursos minerales. Y por lo tanto el pueblo búlgaro, igual que el pueblo cubano, tiene que trabajar en condiciones muy difíciles para desarrollar su vida.
Pero además nos parecemos en muchísimas otras cosas —tal vez es que somos parientes—: por el carácter, la hospitalidad, el espíritu fraternal. Bueno, por alguna razón búlgaros y cubanos han hecho muy buenas relaciones siempre, en todos los órdenes, y muchos técnicos búlgaros han trabajado en nuestro país y no tenemos una sola queja, y por el contrario todos han dejado un gran recuerdo, un gran saldo de simpatías en nuestra patria. Por eso esas estrechas relaciones entre nuestros dos países, que tienen además una posición revolucionaria firme, una posición internacionalista invariable, y de unión con las fuerzas revolucionarias de todos los países socialistas, y muy especialmente con la Unión Soviética.
Por eso Cuba, por esa línea sólida, firme, y por la solidaridad del campo socialista y de la URSS, ha podido resistir en el terreno militar y en el terreno político (APLAUSOS) .
Porque en eso también se parecen nuestros dos países. La situación política interna de Bulgaria siempre ha sido muy sólida, la situación política de Cuba siempre ha sido muy sólida. La ideología imperialista no ha podido penetrar en Bulgaria, la ideología imperialista no ha podido penetrar en Cuba (APLAUSOS). Nuestros países han llevado su sacrificio y su lucha, incluso su pobreza, con mucha dignidad, y en eso nos parecemos también mucho los búlgaros y los cubanos.
En realidad, para nosotros también esta visita va a marcar un momento en que estaremos más conscientes todavía del deber de reforzar los lazos de amistad. Teníamos una gran opinión del pueblo búlgaro, del Partido búlgaro, de la revolución búlgara, de los dirigentes búlgaros y del compañero Yivkov (APLAUSOS). Pero no hay nada como poder contemplar con los propios ojos las realidades. Y esa opinión —que era muy alta— será todavía más alta cuando nosotros nos marchemos del país.
Esas son las cosas que nosotros queremos decir en el día de hoy, como expresión de los sentimientos de nuestra delegación.
A los compañeros militares felicitarlos por la maniobra, por la calificación de excelente, y por el alto porcentaje de impactos. Pero, hablando en términos técnicos, el impacto de este encuentro sobre nuestra delegación es de 100% (APLAUSOS). ¡No ha fallado un solo disparo! El resultado de este paso, de esta acción amistosa, es tres veces excelente (APLAUSOS) .
Los soldados nos han hecho una gran impresión, y los oficiales, todos. Los vimos de cerca, vimos esa nueva generación de combatientes, vimos su temple, su espíritu, su entusiasmo, y sabemos que eso es invencible. Porque todavía más importante que las armas —que son buenas, que son muy modernas— es el hecho de que nuestros enemigos no tienen otra cosa que defender que la esclavitud, la agresión, la injusticia, la explotación, y nuestros hombres tienen una gran causa que defender: que defienden la justicia, defienden las ideas más justas que la humanidad ha conocido, defienden la patria y defienden el internacionalismo.
Por eso los revolucionarios no podemos ser derrotados. Los intervencionistas no pudieron derrotar a la URSS en los primeros años, a pesar de la pobreza, a pesar de la falta de experiencia, a pesar de la falta de armas. Los intervencionistas ingleses, americanos, japoneses, alemanes, no pudieron derrotar a la URSS, y en la Segunda Guerra Mundial las hordas fascistas se estrellaron contra la resistencia del pueblo soviético.
De manera que en todas partes el fascismo no pudo dominar a los pueblos, ni en Bulgaria ni en los demás pueblos de Europa, y en todas partes a la vanguardia estaban los comunistas, porque defendían la patria, defendían al proletariado, defendían la causa justa.
Los burgueses se rendían a los fascistas. Los comunistas combatieron en todas partes. Y por eso en Cuba tampoco pudieron tener éxito los mercenarios, y por eso los imperialistas han respetado en cierta medida a nuestro país y no se decidieron a ocupar nuestro territorio. Y por eso los vietnamitas han resistido la agresión imperialista victoriosamente y han luchado durante 30 años contra los colonialistas franceses, contra los imperialistas yankis, y nosotros estamos seguros de su victoria, no por las armas —no por las armas, que son buenas, son armas socialistas—, sino por la causa que defienden, por las ideas que defienden, que son ideas socialistas, son ideas comunistas (APLAUSOS).
Por eso nuestros pueblos a la larga saldrán victoriosos, triunfará la causa del comunismo, triunfará la causa de la humanidad, triunfará la causa de la paz, pero triunfará en la medida en que seamos más fuertes, triunfará en la medida en que nos hagamos respetar de los imperialistas, en la medida en que seamos más fuertes y estemos mejor preparados aumentarán las posibilidades de paz.
Por eso miramos el porvenir con verdadero optimismo, con verdadera seguridad en el triunfo definitivo de nuestra causa, como creyeron Marx, Engels, Lenin y Dimitrov, con esa seguridad seguiremos trabajando.
Es lo que les podemos decir a los compañeros búlgaros, a los militares búlgaros, y darles las gracias por sus obsequios, por sus presentes, en nombre de toda la delegación, y particularmente darles las gracias por ese magnífico fusil.
Les quiero confesar una cosa: desde que éramos guerrilleros, siempre estábamos soñando con el arma más eficiente. Al principio teníamos fusiles con miras telescópicas, fusiles de cerrojo, fusiles semiautomáticos, y después fusiles automáticos, que nosotros les quitábamos a los enemigos.
Cuando triunfó la Revolución, compramos armas. Al principio no teníamos relaciones con el campo socialista y compramos algunas armas en Europa: fusiles FAL, y los examinamos bien, son buenos fusiles.
Pero, a decir verdad, después que nosotros conocimos el AK llegamos a la convicción de que es el mejor fusil de infantería que se ha fabricado (APLAUSOS); tenemos esa convicción muy arraigada.
Y ese es el armamento que nosotros usamos, y yo personalmente siempre tengo un AK. Y ahora tengo un AK más moderno, un AK nuevo, que me acaban de regalar, y me han ofrecido parque, municiones. No digo no a las municiones. Yo le prometo al compañero Ministro y le prometo a los compañeros búlgaros que si algún día tenemos la necesidad de usar esa arma contra los imperialistas, vamos a tratar de obtener por lo menos un 95% de eficiencia.
Deseo brindar por los éxitos del pueblo búlgaro. Deseo brindar por nuestra amistad, por nuestras relaciones con Bulgaria, por nuestras relaciones con todo el campo socialista con la Unión Soviética al frente, y deseamos brindar por los éxitos del gran Partido de Dimitrov, deseamos brindar por la salud del compañero Yivkov que tanto ha trabajado por las relaciones de amistad entre nuestros dos Partidos y nuestras dos revoluciones, deseamos brindar por las poderosas Fuerzas Armadas de Bulgaria, deseamos brindar por las ideas socialistas, por las ideas internacionalistas del comunismo.
Muchas gracias.
(OVACION)