Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la inauguración de la Secundaria Básica "República de Rumanía", en el regional Ariguanabo, La Habana, el 31 de agosto de 1973
Data:
Estimado compañero Ceausescu, y demás miembros de la delegación del Partido y del Gobierno de Rumania;
Estimados padres, profesores, estudiantes y obreros:
En el día de hoy nosotros estamos enfrascados en algo así como en una competencia olímpica para poder cumplir un máximo de programas en un mínimo de tiempo.
Acabamos de llegar de la ciudad de Santiago de Cuba, y tan pronto aterrizó el avión y todavía los motores no se habían detenido, y ya estaba el helicóptero andando. Nos montamos en el helicóptero y llegamos hasta aquí. Y de aquí tenemos que partir rápidamente, porque todavía la delegación tiene que cumplir una parte de su programa. Por eso esta inauguración será brevísima, posiblemente la más breve de todas: no hay actos culturales y los discursos serán muy corticos.
En realidad el curso comenzaba el próximo lunes. En ese día comenzarán un gran número de escuelas de este tipo y de escuelas politécnicas y de institutos tecnológicos, porque este año estamos construyendo el equivalente a más de 150 escuelas como estas, en las distintas categorías de escuelas.
Pero habíamos decidido ponerle a esta escuela el nombre de la República Socialista de Rumania, puesto que estas escuelas llevan los nombres de los países amigos y de los héroes nacionales e internacionales, de los que consagraron su vida a la causa de la patria, de la revolución, de la independencia, del socialismo, y de los que han consagrado su vida a la revolución en el campo universal.
Para nosotros, sin embargo, tenía un valor especial la posibilidad de que el compañero Secretario General del Partido Comunista de Rumania y Presidente del Consejo de Estado de ese país hermano y los miembros de la delegación, pudieran estar presentes. El tiempo era tan breve que parecía imposible. De todas maneras nos empeñamos, se empeñaron los compañeros del ministerio, los de la construcción, todos, para adelantar la terminación de esta escuela, los padres, los alumnos, los profesores. Y al fin hemos logrado nuestro propósito con este acto breve pero hermoso, con el cual se inaugura esta escuela que lleva este nombre de República Socialista de Rumania, con la presencia de la más alta dirección de este país.
En esta escuela —que hemos podido ver desde el helicóptero— tenemos una magnífica siembra de plátanos. Esta escuela trabajará en la atención de 500 hectáreas de plátanos para el abastecimiento de la ciudad de La Habana, cumpliendo el principio de la combinación del estudio y del trabajo. Estamos altamente satisfechos de comprobar el éxito que ha tenido esta institución revolucionaria en los resultados de la promoción del curso pasado en que las escuelas secundarias en el campo obtuvieron una promoción de 95,6, que está considerablemente por encima de los promedios históricos, y que es el más alto promedio académico que hemos logrado jamás en nuestra patria (APLAUSOS).
En el curso pasado funcionaron 52 escuelas de este tipo. En el presente curso serán ya más de 130. ¡Sesenta y cinco mil estudiantes en este sistema!, sin incluir los estudiantes de las escuelas politécnicas y de los institutos pedagógicos.
Admiramos la disciplina con que se han comportado nuestros estudiantes, a pesar de que sabemos que acaban de comenzar. Hoy es el primer día del curso y se han comportado como si fueran ya alumnos veteranos.
Al ingresar en una escuela de este tipo, nuestros estudiantes adquieren una nueva categoría dentro de la Revolución: pasan a ser estudiantes-trabajadores. Y por eso no tenemos la menor duda de los frutos de esta escuela y de los éxitos que se alcanzarán.
A los Jóvenes Seguidores de Camilo y del Che, integrantes de la brigada que construyó esta escuela, les expresamos nuestro más profundo reconocimiento y los alentamos a seguir trabajando cada vez con más organización, más eficiencia, más productividad, más ahínco, haciendo nuevas escuelas como estas.
A los padres los exhortamos a velar por el interés de sus hijos en los estudios y a cooperar con esta escuela, al objeto de lograr formar de ellos hombres integrales.
A los profesores les expresamos nuestra esperanza de que harán el máximo esfuerzo para que esta sea una escuela de vanguardia.
Y a los estudiantes les pedimos que empleen en el estudio y el trabajo el máximo de su energía y de su interés, y que emulen con las mejores escuelas.
Esta escuela precisamente lleva el nombre de República Socialista de Rumania, como expresión del interés y del esfuerzo que ambos pueblos realizan y ambos partidos llevan a cabo para estrechar sus relaciones y cooperar ampliamente en mutuo beneficio de ambos países. Y eso significa una responsabilidad importante para ustedes, ya que pasan a ser como guardianes de ese símbolo y de esa amistad. Y puesto que nosotros no queremos, de ninguna forma, que esta escuela que lleva el nombre de República Socialista de Rumania deje de estar entre los primeros lugares en las promociones, les pedimos que sepan ser dignos del nombre que lleva esta escuela.
Muchas gracias a todos (APLAUSOS).
¡Que viva la amistad entre el pueblo de Cuba y de Rumania! (APLAUSOS)
¡Que viva la nueva escuela secundaria básica en el campo República Socialista de Rumania! (APLAUSOS)
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)