Discursos e Intervenções

Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, a los obreros del salitre Pedro de Valdivia, Chile, el 13 de noviembre de 1971

Data: 

13/11/1971

¿Ustedes creen que podamos hacer un pequeño movimiento en orden?   Dicen que los obreros salitreros son muy disciplinados.

(DEL PUBLICO DICEN:  “Lo vamos a demostrar.”)

Lo van a demostrar.  Pues nosotros hemos querido que los niños suban acá, a fin de que ustedes los trabajadores puedan acercarse hacia acá.  Pero con orden.  Fíjense bien:  despacito, con orden.  Sin correr.  ¡Sin correr!

Ahora vamos a bajar las banderas, excepto la bandera chilena, que la podemos poner aquí en primera fila.  Vamos a pasar la bandera para la primera fila.  Las otras banderas vamos a bajarlas para que todos los trabajadores y los vecinos puedan ver.  Bien, ya hemos visto los letreros.

Autoridades civiles y militares;

Trabajadores salitreros;

Vecinos de Pedro de Valdivia:

Nos habría gustado haber llegado un poco más temprano.

Algunas banderas van a seguir siendo motivo de protesta.  Yo no he podido convencer a estos vecinos de que las envuelvan.  Habían dicho que eran disciplinados, pero no lo están demostrando (APLAUSOS).

Les decía que nos habría gustado llegar un poco más temprano para haber podido cumplir el programa:  ver las minas, ver las plantas y después reunirnos a conversar con ustedes.  Lamentablemente hemos llegado un poco tarde y no hemos visto las minas, no hemos visto la planta trituradora, no hemos visto el proceso de cómo se produce el salitre.  Y lo único que hemos podido ver es la planta de yodo, que se quemó —según nos contaron—, y que ustedes han estado reconstruyendo.  Este es un éxito.

De todas maneras, como nosotros no hemos tenido oportunidad de ver esas cosas, esperamos que conversando con ustedes...  ¿Son mineros los que están aquí, verdad?

A ver, que levanten la mano los que son mineros (LEVANTAN LA MANO).  Bueno, que levanten la mano los que son obreros industriales de las minas (LEVANTAN LA MANO).  ¿Son los mismos?

Bueno, en primer lugar veo un letrero allí que dice:  “Pedro de Valdivia:  600 000 toneladas de salitre.” ¿Qué quiere decir eso?

(DEL PUBLICO DICEN:  “El compromiso que hicimos con Allende.”)

El compromiso que hicieron con el compañero Allende, me dice una compañera.

¿Cuántas toneladas produjeron el año pasado?

(DEL PUBLICO DICEN:  “Se las llevaron los yankis.”)

Pero yo digo:  ¿Cuántas produjeron el año pasado, cuántas?

Aquí en Pedro de Valdivia, ¿cuánto produjeron el año pasado?

(DEL PUBLICO DICEN:  “Cuatrocientas sesenta mil.”)

Alguien dijo 460 000.  ¿Es correcto?...  Bien:  no alcanzaron medio millón el año pasado.

Bueno:  fíjense cómo es la cosa y lo poco interesados que podrían estar ustedes en la producción el año pasado, que nadie se acuerda cuánto.

¿Ustedes tenían mucho interés de producir mucho salitre el año pasado?

(DEL PUBLICO DICEN:  “Este año.”)  ¿Y el año pasado?

(EXCLAMACIONES DE:  “¡No!”)  No.  ¿Por qué?

(EXCLAMACIONES DE:  “¡porque no era nuestro!”)  Porque no era de ustedes.

Me he enterado de que ustedes tienen el propósito de producir     600 000 toneladas...  (EXCLAMACIONES DE:  “¡Un millón!”)  No, yo digo aquí en esta mina.  ¿Ustedes tienen el propósito de producir 600 000 toneladas este año?

(DEL PUBLICO DICEN:  “¡Sí!”)

¿Dónde está el administrador de la oficina?

(EL ADMINISTRADOR SE ACERCA AL MICROFONO.) (APLAUSOS.)

Oigame, parece que lo quieren a usted aquí.

ADMINISTRADOR.-  Así parece, un poquito.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Pero, ¿por qué lo quieren?  ¡A ver!

ADMINISTRADOR.-  Bueno, ellos deben saber.  Yo trabajo en combinación con ellos.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuál es la razón por la que lo quieren acá?

ADMINISTRADOR.-  Porque cooperamos todos dentro del programa.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿No será que usted no exige mucho?

ADMINISTRADOR.-  No, no...

CMDTE. FIDEL CASTRO.- Porque cuando un administrador es popular hay que preguntar por qué es popular.  Porque yo he conocido administradores que son populares porque son buenísimos:  a todo dicen que sí, nunca discuten con nadie.

¿Y este, qué caso es?  ¿Es un administrador que se preocupa porque se cumpla el programa y además es un compañero fraternal y tiene un trato fraternal con los trabajadores, verdad?...

¿Cuánto han producido ya este año?

ADMINISTRADOR.-  El 85% del programa.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Tienen el 85% del programa, pero quedan dos meses.

¿Cuántas toneladas tienen producidas?

ADMINISTRADOR.-  Cuatrocientas ochenta mil.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuatrocientas ochenta mil tienen producidas ya?

ADMINISTRADOR.-  Sí.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Oigame, pues me parece que de verdad van a cumplir...

Son unas 45 000 por mes...  Oigame, pero se van a quedar un poquito corticos.  Cuarenta y cinco y 45, 90; 80 y 90 son 170.  Eso me da a mí la cuenta 570 000 toneladas (RISAS).

ADMINISTRADOR.- No, no, es que el programa termina a fines de enero.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¡Ah!...

ADMINISTRADOR.-  El compromiso se hizo después del primero de enero.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué día hicieron el compromiso?

ADMINISTRADOR.-  El 20 de febrero, el 20 de febrero.  Nosotros tomamos aquí...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Entonces, ¿cuánto tiempo les queda para cumplir?  ¿Tres meses?

ADMINISTRADOR.-  Tres meses casi.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Tres meses casi...  No, ustedes están poniendo un mes más.

ADMINISTRADOR.-  Tres meses y medio.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Les quedan tres meses y medio y ya tienen 470 000?  ¡Ah!, entonces ustedes van a sobrecumplir la cifra.

ADMINISTRADOR.-  Vamos a tratar de cumplir el programa.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Pero si tienen 480 000...

ADMINISTRADOR.-  Vamos a tratar de cumplir nuestro programa, porque nuestro programa va junto con el resto de la industria.  Está, digamos, para un millón de toneladas, junto con “María Elena” y “Victoria”.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuánto debe producir “María Elena”?

ADMINISTRADOR.- “María Elena”...  No me acuerdo exactamente de la cifra.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y “Victoria”?

ADMINISTRADOR.-  “Victoria” debe producir unas 140 000.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Bueno, ustedes son los únicos que podrían lograr que se llegara al millón, porque 200 y 140 y 600...  No llega.

ADMINISTRADOR.-  Esta es la oficina que hace más o menos el 60% de la producción.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Sesenta por ciento.

ADMINISTRADOR.-  “María Elena”, unas 200 000 de salitre y unas 100 000 de sulfato.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué producción están haciendo diaria ahora, aproximadamente?

ADMINISTRADOR.-  Mil seiscientas toneladas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.- ¿Están produciendo con el mismo número de trabajadores que el año anterior?

ADMINISTRADOR.-  Con el mismo número y tal vez un poco menos.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Tal vez un poco menos?

ADMINISTRADOR.-  Están un poco reducidas las cuadrillas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Están un poco reducidas?  ¿Por qué?  ¿Les faltó personal?

ADMINISTRADOR.-  No, es que hay personal que se ha ido a otras partes, digamos.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Ustedes tienen menos obreros que el año pasado.

ADMINISTRADOR.-  Un poquito menos.  Deben ser unas 200 personas menos que el año pasado.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-   Y van a producir unas 100 000 toneladas más.  Por lo menos un 20% o un 30% más.  Es un incremento importante de la producción.

¿Cuál es la capacidad potencial de toda esta planta?

ADMINISTRADOR.-  Unas setecientas mil se han hecho en otras oportunidades, cuando el equipo estaba mucho mejor.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué posibilidades de ampliación tienen?

ADMINISTRADOR.-  Bueno, todo depende de los precios del salitre en el mercado.  Y yo creo que con el mismo personal que tenemos          —digamos:  haciendo un poco más de empeño— podríamos aumentar notablemente los programas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-   y los equipos, qué, ¿no son tecnológicos?...  ¿Ustedes con qué recogen, con buldóceres en las minas?

ADMINISTRADOR.-  Con pala mecánica, digamos, eléctrica.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Pala mecánica eléctrica.  ¿De qué capacidad son las palas?

ADMINISTRADOR.-  De tres yardas cúbicas.  Pueden cargar más o menos 900 cargas por día.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué cargan?  ¿Camiones o vagones de ferrocarril?

ADMINISTRADOR.-  Vagones de ferrocarril.

CMDTE. FIDEL CASTRO  ¿Cuántos vagones tienen?

ADMINISTRADOR.-  Alrededor de 500.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuánto carga cada vagón?

ADMINISTRADOR.-  Treinta y tres toneladas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y cuántos viajes hace por día?

ADMINISTRADOR.-  Unos tres viajes, más o menos.  Se cargan       1 100 carros diarios.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Entonces tienen algunos carros que están de baja.

ADMINISTRADOR.-  Algunos están en reparación, otros...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuántos trabajan todos los días?

ADMINISTRADOR.-  Quinientos veinte.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Entonces ustedes cargan...  ¿Cuánto?  Treinta y tantas mil...

ADMINISTRADOR.-  Treinta y tres mil toneladas de salitre...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Todos los días.

ADMINISTRADOR.- Lo que va al molino.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y tienen más capacidad de carga?  ¿Dónde tienen limitante ahora, en los molinos o en las palas mecánicas, o...?

ADMINISTRADOR.-  En el molino.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿En qué consiste el molino?

ADMINISTRADOR.-  En el molino nosotros tenemos tres secciones de molienda.  La molienda más grande, digamos, toma salitre de alrededor de un metro de diámetro y tamaño menor de un metro.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué hace el molino?  ¿Triturar?

ADMINISTRADOR.-  Tritura y hornea el producto.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué quiere decir?

ADMINISTRADOR.-  Lo pasa por un cedazo, digamos, para eliminar lo ultrafino, lo muy fino.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Quita lo muy fino.

ADMINISTRADOR.-  Quita lo muy fino, y entonces el material de uno o dos centímetros...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Eso nosotros lo conocemos en Cuba como cernir.  ¿No?

ADMINISTRADOR.-  Cernir.

CMDTE. FIDEL CASTRO.- Más o menos van dejando las partículas de unos tamaños.

¿Son muy costosos los molinos?

ADMINISTRADOR.-  Muy costosos.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué quiere decir muy costosos?  Más o menos.  Quiero decir, ¿cuánto vale un molino?  Aparte de la instalación.

ADMINISTRADOR.-  Alrededor de 1 200 000 escudos.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Entonces no son caros los molinos.

¿Si ustedes tuvieran más mercado no sería difícil ampliar la producción del salitre, verdad?

ADMINISTRADOR.-  No.  No sería difícil.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Las inversiones que tendrían que hacer no son grandes?

ADMINISTRADOR.-  Yo al decir 1 200 000 escudos estoy hablando de un molino.  Pero nosotros tenemos varias unidades.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Si ustedes amplían la producción en nuevos molinos, ¿no?

ADMINISTRADOR.-  Nosotros tenemos varias unidades de molinos, alrededor de siete unidades.  Cada una de ellas debe costar alrededor de 1 000 000 a 1 200 000 escudos.  Pero para una planta completa sería necesario invertir alrededor de 250 millones de escudos.  Porque la planta total está evaluada más o menos en 100 millones de dólares.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  La planta total.

ADMINISTRADOR.-  La planta total de Pedro de Valdivia.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cien millones de dólares?

ADMINISTRADOR.- Sí.  Si se tuviera que construir ahora, costaría más de 100 millones de dólares.  Entonces, para hacer cualquier extensión habría que hablar del orden de los 10, 20 millones de dólares.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Para incrementar cuánto?

ADMINISTRADOR.-  A 12,21 escudos por dólar.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  No, yo digo una inversión de 10 millones para incrementar a cuánto.

ADMINISTRADOR.- Una inversión de 10 millones o 20 millones de dólares para un incremento de un 20%.  Serían 120 000 toneladas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Es decir, cuyo valor son unos 4 millones de dólares.

ADMINISTRADOR.-  Exacto.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Aparte del yodo?

ADMINISTRADOR.- Aparte del yodo.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuánto yodo van a producir?

Mil seiscientas toneladas dijeron.

ADMINISTRADOR.-  Nosotros este año seguramente vamos a llegar muy cerca de las 1 800 toneladas.  El año pasado hicimos 1 800.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuando usted dice 100 millones de dólares se refiere a equipos importados, o incluye ahí los componentes de equipos que fabrican ustedes los chilenos aquí?

ADMINISTRADOR.-  Equipos importados y gran parte de mano de obra de personal que está aquí presente.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Cuando usted dice 100 millones, usted se refiere a la inversión total, no a la inversión en divisas.

ADMINISTRADOR.- A la inversión total, no inversión en divisas.  Parte en divisas y parte en mano de obra.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Cuánto sería en divisas?

ADMINISTRADOR.-  Un 50%.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y tienen esperanzas de que los mercados aumenten?

ADMINISTRADOR.- Yo creo que sí.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Dígame, ¿y a nosotros no nos van a vender nada de salitre?

ADMINISTRADOR.-  Yo creo que con el recibimiento que ustedes han tenido y el regalo que les han dado la gente que está aquí presente, deberíamos mandarles una tonelada gratis (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Yo no le aplaudo lo de “gratis”:  aplaudo el gesto.  Gratis no se lo vamos a aceptar, a no ser que me den un saquito de recuerdo para guardarlo, ¿no?

ADMINISTRADOR.-  Vamos a darle un saco nosotros todos para que pueda llevarlo.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Sí.  Pero para llevarlo en el automóvil.

ADMINISTRADOR.-  Exactamente.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Eso para mí es lo más importante.

Pero aparte de eso, alguna vez tendrán que vendernos algún poquito de salitre también, ¿verdad?

ADMINISTRADOR.-  ¡Cómo no!

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y nuevas posibilidades de mercado piensan que surjan, verdad?

ADMINISTRADOR.-  Creemos que llegaremos a tener mercados, sobre todo el mercado que produce la industria, no en la agricultura.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué uso en la industria?

ADMINISTRADOR.-  En la industria del vidrio...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Por qué en la agricultura no?

ADMINISTRADOR.-  Porque la competencia del salitre sintético es muy grande y además tiene un poco más de nitrógeno que el salitre nuestro.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Pero el salitre de ustedes tiene microelementos.  Por ejemplo, tiene magnesio, yodo.

ADMINISTRADOR.-  A pesar de que nuestro salitre tiene algunos microelementos y agregados que le hacemos nosotros aquí, que mejoran notablemente la calidad.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Ustedes están mejorando lo que tenían ya.

ADMINISTRADOR.-  Exactamente.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Bueno:  ¿y qué cantidad ustedes producen de nitrato de sodio y qué cantidad de nitrato de magnesio, y qué posibilidades tienen de ampliar la producción de nitrato de magnesio?  ¿Es flexible o no es flexible?

ADMINISTRADOR.-  El nitrato de magnesio nosotros en este momento estamos produciéndolo para controlar el proceso de la pérdida por evaporación solar.  No hemos exportado todavía.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Y nitrato de potasio?

ADMINISTRADOR.-  Nitrato de potasio.  Nosotros toda la producción de “María Elena”, que debe ser de alrededor de unas 200 000 toneladas al año, esa se convierte en nitrato de potasio y se exporta.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Dígame:  ¿esta planta podría producir nitrato de potasio?

ADMINISTRADOR.-  Podría producir nitrato de potasio.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Qué necesita para eso?

ADMINISTRADOR.-  Bueno, para producir nitrato de potasio nosotros deberíamos comprar cloruro de potasio y convertir nuestro nitrato de sodio en nitrato de potasio.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿No tiene potasio natural el caliche?

ADMINISTRADOR.-  El caliche tiene cierto porcentaje, pero no es suficientemente alto, digamos, para convertir todo el nitrato en nitrato de potasio.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Correcto.  Más o menos de ese 30% que tiene de potasio el nitrato de potasio, ¿qué parte viene del caliche y qué parte le introducen ustedes con el cloruro de potasio?

ADMINISTRADOR.-  Nuestro nitrato de potasio al natural tiene alrededor de un 6% de potasio, y nosotros lo exportamos con un 14% de potasio.  O sea, sería un 8%...

CMDTE. FIDEL CASTRO.- En un librito que yo vi por ahí creo que decía que tenía...  ¿Cuánto decía que tenía?

ADMINISTRADOR.-  Catorce por ciento.  De 12 a 14%.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  Es lo que tiene.  Entonces más o menos la mitad ustedes lo sacan de aquí.

ADMINISTRADOR.-  La mitad lo sacamos de aquí, de la oficina de “María Elena”.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Ustedes no han pensado, por ejemplo, que en la agricultura el nitrato de potasio tenga más posibilidades que el propio nitrato de sodio?

ADMINISTRADOR.-  El nitrato de potasio digamos en la agricultura tiene mucho mejor aceptación en el cultivo del tabaco y algunas frutas cítricas.

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¡No!  ¡Pero usted se ha olvidado de la caña por completo!  (EXCLAMACIONES.)

ADMINISTRADOR.-  Vamos a agregar la caña...

CMDTE. FIDEL CASTRO.-  ¿Usted sabe por qué no tienen la caña?  ¿No lo saben?  ¡Yo sí lo sé!

¿Por qué es que no está la caña incluida ahí?  ¿Por culpa de quién?  (EXCLAMACIONES DE:  “¡De los yankis!”)

Realmente nos interesaba muchísimo escuchar estos informes que nos ha estado brindando el administrador, pensando precisamente, hoy que nos reunimos con ustedes aquí, qué posibilidades pudiera tener en el propio comercio con nuestro país la cuestión del nitrato.

Me parece que con motivo de los problemas que surgieron históricamente tal vez ha habido un poco de pesimismo acerca de las posibilidades que tenga esta industria.  Cierto que surgió la competencia del nitrato sintético.  Pero parece ser que la caída fundamental se produce a raíz de la crisis de los años 30, 32, 33, porque en el año 28 —según los datos estadísticos— se produjeron 3 195 000 toneladas de nitrato.  Sin embargo, cinco años después, se habían producido seiscientos y tantos miles de toneladas.  Es decir, una caída enorme de casi cinco veces menos en cuatro o cinco años.

Es decir que fue la crisis mundial.  Y posiblemente no se volvió a recuperar después.  Es que surgieron los dos problemas:  una gran caída y la competencia que fue surgiendo progresivamente.  Pero desde nuestro punto de vista no creemos que estén agotadas las posibilidades de desarrollo ulterior de esta industria.

Es indiscutible que ustedes han comenzado muy bien desde el momento en que hicieron el compromiso de elevar la producción a un millón de toneladas.  Y si además lo cumplen, habrán hecho mejor todavía.  Nosotros estamos viendo unos datos de que si se logran esos incrementos de producción, con ciertos aumentos que se han tenido en el precio del salitre y del yodo, lograrían para el país un ingreso adicional de unos 20 millones de dólares.  Y fíjense cómo se decía aquí la inversión que había que hacer para aumentar 120 000 toneladas más.

Si los obreros del salitre con el mismo personal pueden producir esas cantidades adicionales, le estarán haciendo un aporte realmente importante a la economía de su país.

(DEL PUBLICO DICE:  “Y con maquinarias viejas.”)

Y viejas las maquinarias, ¿no?

Pero para comprar más maquinarias de más productividad hace falta obtener recursos.  Y yo estoy seguro de que si ustedes logran eso, no habrá la menor duda de que van a tener posibilidades de ir renovando las máquinas, los distintos equipos.  Y podrán ir, digamos, no solo...  Después de nacionalizar la industria tienen la posibilidad de resucitar la industria, quizás de ponerla un día en condiciones superiores, muy superiores a las que tienen hoy.

Hay que tener en cuenta lo siguiente:  para nosotros en primer lugar la llegada a este punto, por muchas razones, es una cosa extraordinariamente interesante.  Decíamos que es como si nos llevaran a un lugar de leyenda.  Para nuestro país, y para todo el mundo, la tierra del salitre chileno es una tierra de leyenda.  Como decía aquí el representante de los trabajadores, fue la cuna del movimiento obrero, la cuna de las luchas sociales, populares; fue, además, fuente de enormes recursos, que infortunadamente no quedaron en el país.  Porque ustedes han tenido el privilegio de contar con los únicos yacimientos naturales explotables del mundo.  Ustedes tuvieron ese privilegio.  Este es un lugar único, entre otras cosas, por eso:  haber sido el único en el mundo.

Ahora, piensen bien que si —por ejemplo— los fertilizantes se suprimieran de repente en todo el mundo, moriría de hambre prácticamente la mitad de la humanidad en cuestión de dos o tres años.  Dos o tres años sin fertilizantes y se muere de hambre la mitad de la humanidad.  No se concibe hoy la alimentación humana sin el fertilizante.  Y hay ya unos 4 000 millones de habitantes en el mundo.  Pero parece ser que el mundo sigue creciendo.  Dentro de 30 años ustedes tendrán, es decir, el mundo tendrá —los chilenos crecen rápido desde luego— unos    6 000 millones de habitantes.  La América Latina sola deberá tener unos 600 millones de habitantes.  Esto quiere decir que la América Latina en su conjunto tendrá una población dos veces superior a la de Estados Unidos dentro de 30 años.

Las necesidades alimenticias del mundo crecen extraordinariamente.  Pero en un tiempo este país tuvo la única fuente de fertilizante.  Fue la época, desde luego, de una verdadera danza de millones, que si hubiesen permanecido en el país habrían creado riquezas fabulosas, un desarrollo que nadie es capaz de imaginárselo para la nación chilena.

Y los chilenos lucharon, porque esta fue fuente del desarrollo de su espíritu de recuperación, del completamiento de sus prerrogativas soberanas.  Porque el pueblo chileno empezó así a luchar, ¿hace cuánto tiempo?  Hace 70 años prácticamente pudo recuperar el territorio.  Y ha venido a ser ahora cuando al fin ustedes pueden decir:  esto es nuestro totalmente.  Estos recursos naturales los hemos recuperado.

Fíjense, uno de los primeros fenómenos tan interesantes:  cómo ya ustedes se sienten identificados con el país, cómo ustedes se sienten identificados con la producción, cómo ustedes sienten entusiasmo por producir más salitre y por producirlo incluso con menos obreros de los que tenían anteriormente.  ¡Y qué cosa tan dura, tan triste, estar trabajando en su propia patria y no sentir interés por lo que se está produciendo!  ¡Qué cosa tan triste es estar prácticamente peleados con el trabajo, peleados con la producción, consecuencia de la contradicción entre la propiedad de esos recursos y los hombres que tienen que llevar a cabo esa producción!

Al desaparecer esa contradicción ustedes se sienten identificados ya con los intereses de la nación chilena, se sienten totalmente identificados con la patria.  Saben que cada esfuerzo que hagan no irá a enriquecer a nadie, no irá  a incrementar las ganancias que salen del país, irá a incrementar las riquezas para todo el país, irá a incrementar las posibilidades futuras de ustedes y de los hijos de ustedes.  Al desaparecer esa contradicción se crean las condiciones ideales para una marcha ininterrumpida del progreso social.

Y a nosotros nos ha agradado extraordinariamente ver que aquí se ha manifestado con toda esta claridad y este entusiasmo, porque exactamente igual ocurrió en nuestro país.

Desde luego, aquí se están manifestando también las tradiciones de lucha de los obreros salitreros, el patriotismo de los obreros salitreros y la identificación del proletariado del salitre con los intereses de toda la nación chilena.  ¡Y eso se llama conciencia proletaria!  ¡Eso se llama conciencia patriótica!  ¡Eso se llama conciencia revolucionaria!  (APLAUSOS.)

Nosotros no tenemos la menor duda de que surgirán para este producto grandes posibilidades.  Y lo preguntábamos porque, por ejemplo, si se emplea solo el nitrato de sodio, lleva un contenido de un 16,23%, me parece, de nitrato.  El sodio no constituye un elemento fundamental en la agricultura como elemento que necesitan las plantas.  En ocasiones, en algunos terrenos que son ácidos, para determinados cultivos, conviene mezclar el nitrógeno con el sodio.  Pero el potasio sí es un elemento esencial a las plantas.  Si usted traslada una tonelada de nitrato de sodio está llevando ciento sesenta y tantos kilogramos de nitrógeno; pero si ya lleva nitrato de potasio está trasladando casi 300 kilogramos de dos elementos muy útiles.

Algunos dirán:  tiene menos contenido de nitrógeno y el transporte se encarece.  Pero cuando ya se introduce además del nitrógeno el potasio, ya entonces están aplicando dos elementos fundamentales.

Y hay muchos cultivos que requieren del potasio, donde el incremento de producción y la calidad requieren del potasio.  Les vamos a mencionar además de las manzanas, y además del tabaco algunos otros:  por ejemplo, la papa requiere potasio, y la calidad de la papa y la producción por hectárea de papa requiere potasio; el plátano requiere potasio; muchos árboles frutales requieren potasio; casi todos los tubérculos requieren potasio; y la caña de azúcar requiere potasio.

De manera que los elementos que emplean, desde luego, en una fórmula completa son:  nitrógeno, fósforo y potasio.  Pero los dos más elementales son, para la caña de azúcar, el nitrógeno y el potasio.

Y posiblemente en los mismos procesos tecnológicos ustedes puedan lograr algunos incrementos.  No sé, pero se me ocurre que tal vez los técnicos puedan descubrir el modo de enriquecer los elementos que contiene.  No sé si existirá alguna posibilidad, pero ya ustedes han demostrado...  Porque antes no se hablaba de nitrato de potasio, y han descubierto la manera de utilizar parte del potasio que traía el caliche y enriquecerlo con cloruro de potasio.

Si en algunos instantes en vez de cloruro le añaden sulfato...  Hay algunos cultivos que no solamente requieren potasio, sino la forma en que está ese potasio.  Por ejemplo, el tabaco para su calidad —por lo menos en nuestro país— le conviene más el potasio en forma de sulfato que en forma de cloruro; la papa cuando usa el potasio en forma de sulfato es más consistente que cuando lo usa en forma de cloruro; para la caña de azúcar da lo mismo que sea sulfato como que sea cloruro.

Ahora, por eso nosotros decimos que viendo en perspectiva las necesidades de alimentación de la humanidad...  Porque si hay 4 000 millones, según las estadísticas, la mitad pasa hambre.  La mitad de los    4 000 millones de habitantes está subalimentada, según las estadísticas.  ¿Cuáles no serán las necesidades de la humanidad cuando en vez de       4 000 millones sean 6 000 millones?

Hay además otra cosa:  que muchos cultivos en distintas partes del mundo necesitan el nitrato de Chile por los microelementos que contiene.  Por eso nosotros tenemos optimismo de que esta industria tenga reales perspectivas de renacer y desarrollarse más en el futuro.

Desde luego, será necesario que los técnicos se esfuercen buscando distintos tipos de soluciones.  Pero sí les digo que, por ejemplo, para la caña de azúcar una fórmula con 16% de nitrógeno y 14% de potasio es una buena fórmula.

Ahora, han ocurrido algunas cosas dolorosas, algunas cosas tristes.  Nosotros hemos sido siempre un país productor de caña de azúcar y de azúcar de caña.  Es decir, primero producimos la caña y después el azúcar.  Nosotros tradicionalmente le vendíamos a Chile azúcar y le comprábamos a Chile distintos productos.  Se interrumpió, por imposición ajena a la voluntad de los pueblos de Cuba y de Chile, el comercio entre nuestros dos países.  Nosotros ya teníamos la industria cañera, los centrales azucareros; todo lo teníamos.  Entonces, ¿qué ocurrió?  Se vio el pueblo chileno en la necesidad de hacer grandes inversiones para producir azúcar de remolacha, haciendo grandes inversiones; y se vio nuestro país en un momento dado, como consecuencia del desarrollo de la agricultura, en la necesidad de empezar a establecer industrias de nitrógeno.

Y así, mientras ustedes por un lado sembraban remolacha y construían centrales azucareros de remolacha, nosotros por otro lado empezábamos a construir fábricas de nitrógeno.  Hicimos una inversión de 40 millones de dólares en divisas, y una inversión total de unos 80 millones de dólares, entre moneda nacional y moneda exterior, para producir nitrógeno.  Y no solo eso:  nos vimos en la necesidad de iniciar la construcción de una segunda planta de nitrógeno.  Otra gran inversión.

Ciertamente, de todas maneras, la cantidad de fertilizantes que nosotros usamos o estamos en camino de usar es superior a todo el nitrógeno de un millón de toneladas de salitre.  Es decir que lo que nosotros vamos a emplear en la agricultura es más o menos el doble de todo el nitrógeno de un millón de toneladas, cuando esté la segunda planta terminada.  Quiere decir esto que, desde luego, nosotros hubiéramos tenido de todas maneras que establecer alguna industria, porque no iríamos a llevarnos todo el salitre de Chile.  Pero nosotros habríamos podido ser un buen cliente del salitre, y sobre todo un buen cliente del nitrato de potasio; y nuestros barcos habrían podido venir a Chile trayendo azúcar y habrían podido regresar llevando, además de frijoles y otros productos, nitrato de potasio.  Esa es la realidad (APLAUSOS).

Y vean ustedes qué doloroso, cómo afectó los intereses de nuestros dos países, que nos vimos obligados, nosotros, por un lado, a producir nitrógeno; y ustedes, por otro lado, a hacer un gran programa de industria azucarera.

No quiere decir esto que ustedes fueran a importar todo el azúcar de Cuba.  No.  Pero que no habrían tenido necesidad de hacer un programa tan grande ni tan costoso; y lo habrían podido resolver con lo que ya tenían invertido aquí, lo habrían podido resolver con la misma fuerza humana y con los mismos equipos que ya tenían aquí.  No habrían tenido que hacer esos enormes gastos adicionales.

De todas maneras, repito, es correcto:  una parte de la producción.  Habría sido correcto, sin duda, una parte de la producción porque no iban a poder comprar todo el azúcar en el exterior; ni nosotros habríamos podido encontrar tal vez todos los medios para poder hacer ese intercambio, ni nosotros íbamos a comprar todo el salitre.  Pero sí creemos, y muy en concreto con relación a este centro de trabajo, que nosotros hubiéramos podido adquirir cantidades importantes de este producto.

Incluso durante todos estos años nos vimos obligados a gastar decenas de millones de dólares en Europa comprando nitrógeno.  Nos vimos obligados a hacer esos gastos.  Y por eso nos vimos en la necesidad de hacer las grandes inversiones que hemos hecho en material para producir nitrato sintético.

¡Vean qué claro ejemplo de disparate político!  ¡Vean qué claro ejemplo de medidas que son inicuas, de medidas que van contra los intereses de los pueblos!  Y vean cómo precisamente en la medida en que los pueblos se acercan, trabajan por intereses comunes, las posibilidades de los pueblos se aumentan en todos los órdenes.  Nos han querido tener divididos, debilitados y pobres, para explotarnos, para manejarnos como juguetes.  Esa ha sido la triste realidad histórica.  Y de todo corazón lo digo aquí entre los obreros del salitre:  ¡Lo que nos duele a nosotros es que tales cosas hubiesen ocurrido!

De ninguna manera ya nuestro país podría hacer lo mismo en adquisición de salitre como lo habría hecho de no haber mediado esas circunstancias que nos obligaron a hacer el desarrollo que hemos hecho en este campo.  Pero de todas maneras nosotros estudiaremos en qué cultivo, en qué forma, pudiéramos utilizar algunas cantidades del salitre chileno, del nitrato de potasio.  Eso tendremos que estudiarlo.  En este momento no les puedo decir, pero sí les vamos a pedir a nuestros técnicos que estudien en qué cultivo sería conveniente, en qué cultivo sería económico usar el salitre.

Ahora, estamos hablando del caso de Cuba.  ¿Cuántos otros países habrá en el mundo que estén en una situación similar a la nuestra?  ¿Cuántos otros países habrá en el mundo con los cuales ustedes puedan hacer también algún tipo de intercambio?  Digamos, por ejemplo, salitre por algunos productos en que ustedes tengan escasez, salitre por carne...

Se sabe que, por ejemplo, en los pastos de gramíneas el nitrógeno y el potasio también son elementos esenciales.  No en las leguminosas —no en la alfalfa, en el trébol—, porque en general las leguminosas lo que requieren es fósforo y potasio.  Ellas producen nitrógeno.  Y, desde luego, antes de que existiera el fertilizante sintético, el nitrógeno de las leguminosas le evitó grandes hambres a la humanidad.  Pero, por ejemplo, las gramíneas no producen nitrógeno:  necesitan añadírseles nitrógeno y necesitan añadírseles potasio.  Pero incluso en las leguminosas —algunas experiencias que se han hecho en la alfalfa— la adición de pequeñas cantidades de nitrógeno ha aumentado la producción.

De manera tal que quién sabe cuántos países que tienen pastos podrían aumentar las cantidades de carne que producen añadiéndoles nitrógeno y potasio, y podrían intercambiar con un país como Chile la carne —para poner un ejemplo, se podrían poner muchos más—; la carne, que es un producto deficitario puesto que ustedes tienen una ganadería reducida.  El número de rebaños bovinos de Chile es reducido, sin embargo, hay otros países que tienen enormes extensiones de pastos que podrían incrementar su producción de carne utilizando nitrógeno y potasio.  Un ejemplo más.  ¡Quién sabe cuántos países!...  Pero claro, les estamos poniendo el caso de una industria.  Si van a otra, estoy seguro de que pasa igual.  Si van al vino, si van al cobre...

Ahora Chile extiende su comercio con todos los países del mundo.  Y eso es correcto.  No se puede conceptuar de otra manera que como cosa loca cuando a un país le ocurre como nos ocurrió a nosotros que a veces sobraban productos y no había mercado.  ¿Saben cuál es el problema nuestro ahora?  Que tenemos muchos más mercados que productos.  Todo lo que nosotros pudiéramos producir tiene mercado.  Estoy seguro de que Chile no volverá a conocer lo que se llama superproducción          —exceso de productos y falta de mercado— en la medida en que su comercio, como lo están haciendo ahora, se amplíe a todos los países del mundo.

¿Y quiénes fueron los inventores de ese disparate?  ¿Quiénes nos impusieron esa locura tan dañina, que trae como resultado la pobreza, la miseria, la falta de empleo?  ¿Quiénes nos impusieron a nosotros, por encima de la voluntad de nuestros pueblos, esas locuras?  ¡Los imperialistas!  ¿Y para qué lo hicieron?  ¡Para explotarnos!  ¿Cómo lo hacían?  ¡lnventando todas las cosas habidas y por haber!  Y parecía un crimen si a un país socialista le vendían un producto.

Ayer nosotros les preguntábamos a unos obreros que estaban muy contentos con una planta de producir alambrón de cobre, y decían:  ya tenemos vendida la producción.  La están vendiendo a un país socialista.  Y por poco les decíamos:  apúntennos en la lista, porque nosotros necesitamos también alambrón de cobre; apúntennos en la lista.  Porque nosotros tenemos una fábrica de alambre, no de alambrón sino de alambre para tendido eléctrico.  Y las necesidades son muy grandes.  Tenemos déficit.  Y utilizando el alambrón como parte de la materia prima y otros componentes hacemos el alambre que necesitamos.  Y tenemos déficit.  Así que ese es otro renglón.  Y lo mismo les pasa a montones de países.  ¡Quién sabe cuántos países en el mundo puedan necesitar cobre y mandarles a ustedes cosas que los chilenos necesitan!

Estoy seguro de que en la medida en que ustedes avancen y analicen encontrarán las posibilidades de que este país —por sus recursos naturales, por su pueblo inteligente y trabajador— pueda tener un porvenir extraordinario; en la medida en que hagan las cosas que les convienen, las cosas que les interesen, en que no se dejen imponer frente a sus intereses y su voluntad ninguna política, como desgraciadamente les ha ocurrido a nuestros pueblos hasta hoy, que desde fuera, ¡desde fuera!, les imponían determinadas políticas.

Ahora bien, los problemas de la sociedad humana no son solo esos.

Decía que ustedes empezaron muy bien porque dijeron:  vamos a empezar nuestra nacionalización tratando de aumentar la producción, tratando de producir más.

Hay una experiencia que nosotros hemos vivido:  los hombres crecen en medio de un sistema de producción que desarrolla la lucha entre cada hombre, los egoísmos de los hombres; un sistema de producción que introduce muchos vicios.  Ahora, cuando se va a producir un cambio social, subsisten muchas de las viejas maneras de pensar, muchos de los viejos hábitos.

El problema mismo de la disciplina del trabajo.  ¡Ah!, cuando viene un sistema social que tiene para los obreros mucha más consideración, mucho más respeto, un tratamiento realmente humano; cuando surge un sistema social en que los trabajadores son dueños de sus propios recursos, pero no como dueños del centro en cuestión...  Sería absurdo que ahora los obreros salitreros dijeran:  nosotros queremos ser, como obreros de la industria Pedro de Valdivia, dueños de esta industria; es decir, sustituir a los propietarios imperialistas por unos propietarios chilenos, pero que no fuera el pueblo chileno sino que fueran nada más los vecinos de Pedro de Valdivia.  Entonces el resto de los chilenos podría decir:  hay que nacionalizar otra vez el cobre.  Porque todo Chile ha luchado para que el cobre sea de toda la nación chilena.  Y tendría la nación chilena que empezar a volver a hablar de la nacionalización.

Nosotros les decimos a los obreros, partiendo de nuestra experiencia revolucionaria y hablando aquí con el corazón, en nombre de nuestro pueblo, que nosotros no venimos aquí a hacer demagogia ni a halagar oídos ni a decir mentiras.  Ningún revolucionario hace jamás eso.

Pero los reaccionarios se disfrazan de muchas formas.  Los antiguos propietarios de estas minas se disfrazan de muchas formas y hacen mucha demagogia.  Hay que tener cuidado no traten de despertar el egoísmo de un núcleo; hay que tratar por todos los medios de evitar que despierten ahora, una vez que desapareció el antagonismo contra el exterior, el antagonismo entre unos chilenos y otros, el antagonismo entre los obreros de una fábrica y el resto de la nación.  Prestar oídos sordos a los demagogos reaccionarios, que no hablaron nunca de nacionalización, y ahora dicen:  no, la industria debe ser para el colectivo de obreros que trabaja ahí.

¡No!  Porque eso estaría contra los intereses de la nación.  ¡No!  Porque eso estaría contra los intereses de la clase obrera (APLAUSOS).

A los obreros del salitre, a los obreros chilenos:  ¡mucha conciencia!  ¡El arma más poderosa de los obreros es la conciencia!  Durante demasiados siglos han sido engañados los pueblos para que nos vengan con mentiritas baratas a hacer esos engaños.

Y quienes se oponían ayer a la recuperación de las riquezas nacionales ahora tratan...  ¿Qué armas, qué inventar, qué hacer?  “Vamos a dividir esto en mil pedazos.  Vamos a decirles a aquellos que trabajan en la fábrica de alambrón que aquella fábrica debe ser de ellos.  Y a los del cobre decirles que esas minas deben ser de ellos.  Y a los del textil decirles que esas textileras deben ser de ellos.  Y a los del salitre decirles que esas salitreras deben ser de ellos.”   Despertar egoísmos.  Olvidarse del resto de la patria.  Crear miles de divisiones.

Y nosotros creemos que frente a este tipo de campaña, de engaños, hay que responder de una sola forma:  ¡El salitre es de todos los chilenos!  ¡La industria textil es de todos los chilenos!  !El cobre es de todos los chilenos!  ¡Y todos los recursos que son de la nación pertenecen a la nación entera, porque eso es lo que determina el interés y el deber de los obreros y de todo el pueblo chileno!  (APLAUSOS.)

Realmente para nosotros ha sido una gran alegría, ha colmado un enorme interés, ha sido una gran satisfacción humana haber podido visitar este lugar, habernos podido encontrar con ustedes, y ver además su entusiasmo, la preocupación por levantar la producción, ver la comprensión, ver el espíritu revolucionario de esta magnífica masa trabajadora que nos hemos encontrado aquí.

Queremos expresarles nuestro infinito agradecimiento.  Queremos decirles que si siempre nos interesó el fertilizante, que si siempre nos maravillaron la historia humana y la historia técnica y la historia natural del salitre, desde hoy nos interesarán mucho más.

Y tengan ustedes la seguridad de que vamos a pensar en nuestro país, y vamos a seguir pensando de qué manera nosotros podemos trasmitir —u otros amigos puedan, u otras personas—, cómo nosotros podamos trasmitir o cómo podamos demostrar, o cómo podamos ver las ventajas que tiene el usar salitre chileno, el usar el nitrato de potasio o el nitrato de sodio.

De manera que ustedes nos pueden considerar realmente a nosotros y a los cubanos como un defensor más del salitre chileno (APLAUSOS).

Quizás si nos extendiéramos en más consideraciones se podría decir más acerca de este tema.  No queremos hacerlo por no ser demasiado extensos.  Nosotros tenemos curiosidad por ver algunas cosas y tenemos que reunirnos con los trabajadores de las minas.  Y por eso nosotros vamos a finalizar ya este acto.

¡Que viva Chile!

¡Qué viva la amistad chileno-cubana!  ¡Que viva la Revolución!

Muchas gracias.  

(OVACION)

Departamento de Versiones Taquigráficas del Gobierno Revolucionario