El cordón de La Habana
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El Cordón de La Habana fue una obra del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que permitía organizar la urbanización en las áreas rurales y urbanas de La Habana, garantizando además su alimentación. De esta manera, la provincia alcanzaría una autonomía digna de sus habitantes y facilitaría llegar, en algún momento, a la exportación de algunas de sus producciones.
Tengo vagos recuerdos pues era pequeña, pero aún conservo los de días agitados, con mis padres despiertos desde el amanecer preparándose para partir hacia trabajos voluntarios. Luego supe el significado de aquellas movilizaciones, integradas por miles de habaneros, camino hacia cualquier lugar de la provincia a realizar trabajos en la agricultura, construcción, fábricas… cuyos resultados serían el mejoramiento de la calidad de vida de los habaneros y la garantía de su alimentación, todo producido por ellos mismos.
Las generaciones más jóvenes desconocen, casi en su totalidad, lo que fue inicialmente este gran proyecto. Por ello el objetivo es dar a conocer las principales ideas sobre las que fue trazado, recreando fundamentos del discurso pronunciado por el comandante Fidel Castro Ruz, en la inauguración de un pueblo de 120 casas, parte de un plan de más de 600 casas, construidas en 1967, en La Habana.
El Cordón de La Habana, fue una propuesta generada por nuestro eterno Comandante en Jefe con toda la inteligencia y previsión que lo caracterizaban; creada en el año 1967 que se llamó «Año del esfuerzo decisivo», comprendía el desarrollo agrícola de toda el área que rodeaba la capital de Cuba, incluyendo la construcción de viviendas para trabajadores y campesinos, así como la infraestructura que esto llevaba implícito, entiéndase escuelas, círculos infantiles, centros comerciales, todo lo cual facilitaría la cercanía de las viviendas a los centros laborales, el desarrollo y emancipación de la mujer al tener la tranquilidad de dejar a sus hijos en sus centros educacionales, y la producción de todo lo necesario para crecer como ciudad. Al menos así fue concebida.
En ese entonces La Habana estaba habitada por millón y medio de habitantes, era donde se concentraba la mayor parte de la población del país; poseía una gran cantidad de tierras que. contrario a lo que se pensaba, se pudo determinar que eran muy fértiles y en una cuantía que permitiría el autoabastecimiento, demostrándose, a través de investigaciones, que lo que estaban eran mal utilizadas, o subutilizadas.
Fidel, como siempre avizorando, previó la siembra de frutales en función de cortinas rompevientos, con café intercalado, para el que se desembarcaban camiones de tierra en los Comités de Defensa de la Revolución y donde los cederistas preparaban las posturas en bolsitas de nylon, con la posibilidad que daba el café de poder alcanzar un millón de posturas en varias semanas. La meta era que la provincia fuera capaz de producir todo el café que consumiría.
Habló de la concepción de dos grandes bosques en la capital, uno sería el Bosque de la Habana, que aún se conserva, y el otro en los alrededores de la calle 100. La construcción de Jardines Botánicos en varios lugares que servirían como centros recreativos y de estudio. El sistema de regadío así como el abastecimiento de agua potable a toda la población, pese a que por ser Cuba una isla estrecha y larga, carecía de ríos caudalosos, apoyándose en la construcción de embalses y micropresas que acumularían el preciado líquido y se haría llegar a los diferentes destinatarios para los múltiples usos proyectados, lo que calificó sería una «proeza hidráulica» con la consigna de que «no se vaya una gota al mar».
Trazó la siembra en terrazas, aprovechando las lomas y teniendo en cuenta las medidas necesarias para evitar la afectación al medio ambiente, desde la erosión del suelo, las barreras contra los vientos y ciclones hasta la capa vegetal que se estaba creando, lo que ayudaría a lograr que toda la tierra, o casi toda, fuera cultivable. Se adicionaba, además,elcultivo de grandes cantidades de cítricos con la idea de que «el cítrico que consumirá la población de La Habana prácticamente se podrá ir a recoger en el patio de la ciudad, es decir, estará en el mismo borde: donde se terminan las viviendas empiezan los cítricos».
El Comandante habló acerca de cómo entre los compañeros que estaban en el frente de la agricultura se desarrolló una especie de indiferencia hacia los pequeños agricultores y cito «La Revolución liberó a esos pequeños agricultores del pago de rentas y de otras calamidades, les facilitó recursos, les facilitó créditos y cuanta ayuda fue posible, al nivel de los recursos que tenía el país y de la experiencia que teníamos todos nosotros» Explicó que esos pequeños agricultores «tenían una agricultura atrasada, derivada de las condiciones de subdesarrollo, de atraso técnico del país, y del analfabetismo tan extraordinariamente extendido. Y lógicamente esto se traducía en una agricultura sumamente atrasada» y como siempre, mirando al futuro, dijo que«había que buscar la manera de cómo los pequeños agricultores se integraban al proceso productivo, cómo los pequeños agricultores elevaban también la productividad de esas tierras», para lo que era necesario el esfuerzo de todo el país.
Fue construida en seis meses, por una brigada integrada fundamentalmente por jóvenes estudiantes de la escuelaprovincial de La Habana, una fábrica de cemento con capacidad de producción de 100 toneladas diarias. Esto ayudaría a aumentar la disponibilidad de viviendas pensada sobre la base de la construcción de edificios altos con el empleo del prefabricado y priorizando la ciudad.
Definitivamente, nuestro líder, pensador de todo y en todo desde siempre, en su discurso habló del cordón cañero, del cordón frutero, del cordón viandero, del cordón lechero, incluso de la producción nacional de arroz, no solo en la capital sino en su extensión al resto del país. La idea era el autoabastecimiento, para depender solo de unas pocas cosas para importar.
Siendo víctimas de la propaganda imperialista y de los obstáculos creados para conducirnos al fracaso, y así demostrar al mundo que nuestro sistema socialista no es el indicado,nuestra trayectoria ha sido dura en el bregar frente a nuestros vecinos del norte.Los cubanos, todos, somos patriotas, porque llevamos a Cuba en lo más hondo de nuestros corazones, y eso, resume todo: con Cuba no hay quien se equivoque.
Fidel, siempre optimista y visionario, inyectando a su pueblo todo el amor patrio, propuso en su concepto de Revolución: «…cambiar todo lo que debe ser cambiado…», y en estos tiempos difíciles y de transformación económica nada sería más motivador para este pueblo luchador e incansable, amén de las medidas colaterales que lleve implícito para lograrlo en su máxima expresión.