Innovación de neurocirujanos cubanos beneficia a más de 400 niños de la región central
Más de 400 niños de la región central de Cuba han sido beneficiados en los últimos dos años con el empleo del craneótomo desarrollado por galenos villaclareños, que facilita las intervenciones intracraneales en la edad pediátrica.
Se trata de un aditamento eléctrico, muy similar a un taladro, que permite abrir la cavidad craneana y acceder al cerebro sin riesgo alguno para el paciente, explicó el doctor Ángel Serafín Camacho Gómez, neurocirujano del hospital pediátrico José Luis Miranda, de Villa Clara, quien concibió el ingenio junto a los colegas de la especialidad, los doctores Carlos Javier Artiles y Miguel Ángel Díaz Cruz.
Al explicar las características del equipo, el especialista señaló que está diseñado como un motor eléctrico pequeño y de alta velocidad, al que le fue adicionado un complemento que permite taladrar el hueso y efectuar la craneotomía sin afectar un órgano tan sensible como es el cerebro.
Otra parte importante de la creación es una extensión que, al acoplarse al equipo, permite intervenir a niños menores de un año que sufren enfermedades muy frecuentes como la craneosinostosis, un defecto de nacimiento en el cual los huesos del cráneo del bebé se cierran prematuramente, y que puede ser corregido con el empleo del referido aparato.
El prestigioso especialista explicó que el craneótomo es el instrumento más empleado en la neurocirugía pediátrica; su trascendencia radica en que cerca del 90 % de las intervenciones vinculadas con esa especialidad son intracraneales y, al no existir ese equipo, debían solicitarlo a otro centro o remitir al paciente a una institución que lo tuviera disponible.
Hasta la fecha han sido beneficiados con la innovación, niños de las provincias comprendidas desde Matanzas hasta Ciego de Ávila, quienes fueron favorecidos con las mejoras en los tiempos quirúrgicos y anestésicos que propicia este craneótomo, construido con la colaboración de un ingeniero mecánico de Placetas.
Un dispositivo como ese, en el mercado internacional, se cotiza entre 25 000 y 30 000 dólares, mientras que el creado aquí solo costó 4 000 pesos cubanos, refirió Yoenis Pérez Sánchez, presidente del Comité de Innovadores del pediátrico de Villa Clara.