El Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, entre otras instituciones, rendirá hoy tributo a los dos jóvenes diplomáticos cubanos que fueron asesinados durante la última dictadura militar en la nación suramericana (1976-1983).
 
A 45 años de ese triste suceso, en los que fueron secuestrados Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández, destacadas figuras se unirán en un panel organizado que se transmitirá en vivo por las redes sociales, para honrar a dos de las miles de víctimas que dejó una de las épocas más duras de la historia argentina, cuyas heridas permanecen aún abiertas.
 
En la cita participarán, entre otros, la exembajadora argentina en Cuba Juliana Marino y Ricardo Maggio, Coordinador Espacio para la Memoria y la promoción de los derechos humanos en lo que fuera el centro clandestino de detención y tortura (CCDT) conocido como Automotores Orletti, a donde fueron llevados los dos jóvenes tras ser secuestrados.
 
Crescencio Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias, de 27 y 22 años, respectivamente, fueron abordados el 9 de agosto de 1976 por grupos de tarea de la dictadura argentina, muy cerca de la embajada de la nación caribeña en Buenos Aires, en la barriada de Belgrano, que los secuestraron, torturaron y los desaparecieron.
 
En junio de 2012, casi 36 años después, a 30 kilómetros de la capital argentina, unos niños que jugaban en un predio abandonado de la localidad bonaerense de Virreyes, en el partido de San Fernando, encontraron en un tanque metálico de 200 litros relleno con cemento el cuerpo de Galañena Hernández.
 
Un año después, en 2013, tras una profunda búsqueda en la que aparecieron otros restos más en las mismas condiciones, entre ellos el de una argentina que trabajaba en la embajada, fue hallado el de Jesús Cejas.
 
Ambos jóvenes, quienes se desempeñaban como custodios de la embajada, habían sido llevados a Automotores Orletti, uno de los tantos centros clandestinos instalados por la SIDE (Secretaría de Inteligencia) en la barriada de Flores.
 
En aquellos hechos también fueron secuestradas otras personas que se desempeñaban en la oficina comercial y en la escuela anexa para los hijos de los funcionarios. Solo cinco de los 18 sobrevivieron y un solo cuerpo, el de la maestra María Rosa Clementi de Cancere apareció en otro tanque, en la zona donde se recuperaron los restos de Jesús y Crescencio.