“Había que cuidar a los líderes extraordinariamente, porque estaban jugando un rol decisivo. Fueron aquellos tiempos críticos. Y yo hube de plantear; bueno, si me matan a mí, queda Raúl, y no van a liquidar la Revolución”.
Riferimento al testo originale:
Discurso pronunciado en la clausura de la reunion provincial de cuadros y dirigentes de la capital, 22 de diciembre de 1975