Fidel Castro y las palomas de la paz
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Desde la antigüedad las palomas forman parte de la vida cotidiana de los hombres y de la construcción espiritual que hacemos del mundo. Afrodita, la diosa del amor en la antigua Grecia, tenía una paloma como mascota y La Biblia testimonia como el Espíritu de Dios se transformó en paloma y se apareció durante el bautizo de su hijo Jesús.
¿Cuántas han sido las ocasiones en las que usted, sin esperarlo, se le pose una paloma al hombro? Para la mayoría de las personas la respuesta es, nunca. En los casos más afortunados, hay que ofrecerle alimentos a cambio para disfrutar algunos minutos de ese placer. Pues imagínese que durante su vida le ocurra en varias ocasiones.
Así fue la conexión entre el Comandante en Jefe Fidel Castro y las aves que simbolizan universalmente la paz. Indudablemente, estos hechos alimentan el imaginario popular del cubano, aseverando que algo divino lo protegió durante su vida y lo protege después de la muerte. Algo divino y tan poderoso como el amor que le profesará su pueblo. Misticismo, leyenda o casualidad, eso nunca lo sabremos, lo cierto es que Cuba lo escogió como su líder y como tal lo veneramos.
Amor a primera vista
Cuando dos seres están predestinados a amarse, lo descubren en el primer instante en que se ven. La relación de familiaridad y seguridad que se estableció entre Fidel Castro y las palomas son dignas de una crónica al estilo de Tristán e Isolda o Romeo y Julieta.
El triunfo revolucionario trajo esperanza en muchos hogares de Cuba. El paso triunfal de la Caravana de la Libertad hacia Occidente, fue recibido con júbilo por el pueblo que añoraba la paz después de siete años de soportar las barbaries de la dictadura. En las palabras que les dirigió Fidel a los habaneros el 8 de enero de 1959 desde el Cuartel Columbia, apuntalaba la necesidad de preservar la paz:
El crimen más grande que pueda cometerse hoy en Cuba, repito, el crimen más grande que pueda hoy cometerse en Cuba sería un crimen contra la paz. Lo que no perdonaría hoy nadie en Cuba sería que alguien conspirase contra la paz.
Todo el que haga hoy algo contra la paz de Cuba, todo el que haga hoy algo que ponga en peligro la tranquilidad y la felicidad de millones de madres cubanas, es un criminal y es un traidor. Quien no esté dispuesto a renunciar a algo por la paz, quien no esté dispuesto a renunciarlo todo por la paz en esta hora, es un criminal y es un traidor.[1]
Mientras discursaba, una paloma se le posó en el hombro izquierdo creando una escena verdaderamente dramática que no pasó inadvertida para ninguno de los periodistas presentes. Según testimonio de Jorge Oller:
Tres palomas de una casa cercana despertaron por la algarabía y los aplausos del pueblo. Atraídas por la luz de los reflectores que iluminaban fuertemente a Fidel comenzaron a revolotear alrededor de él. Una de ellas se posó en su hombro izquierdo mientras que las otras dos caminaban por el borde del podio. Los flashs de las cámaras se sucedían uno tras otro y los aparatos de cine funcionaban sin parar para captar aquella increíble escena. Para los creyentes era una bendición de Dios, un milagro. Para otros simbolizaba la paz. Pero la mayoría sabía que era un capricho de la naturaleza y presagiaba el destino de la Revolución y de Fidel: construir una sociedad culta, saludable, justa, libre y soberana, digna de aquella merecida demostración de confianza y cariño que le había dado el pueblo.[2]
Desde ese momento comenzó una relación de complicidad entre Fidel Castro y las palomas, que lo acompañarían hasta después de su fallecimiento. Tal vez es el instinto que tienen los animales de percibir lo que los humanos no somos capaces, pero lo cierto es que Fidel era el portador de la esperanza y ellas lo identificaron rápidamente.
De las tantas fotos tomadas ese día, una de las más conocidas es la del fotorreportero Paco Altuna, que fue merecedora del premio Juan Gualberto Gómez de 1959 otorgado por Asociación de Reporteros de La Habana[1].
Una Tregua Olímpica
Por segunda ocasión la Diosa Irene[2] enviaba nuevas señales de paz y concordia para unificar a los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos. Pero la soberbia nubla la vista y tapa los oídos, cuando no se quiere ver ni escuchar.
Entre finales de septiembre e inicios de octubre de 1959 el equipo cubano los Cubans Sugar Kings disputó la final de las pequeñas ligas profesionales del béisbol norteamericano contra los Minneapolis. Los dos primeros juegos se celebraron en Estados Unidos, pactándose el resto en el Gran Stadium de La Habana[3]. Fidel asistió, junto a otros dirigentes del gobierno revolucionario a todos los encuentros celebrados en la capital, incluso presenció uno de ellos junto al Comandante Camilo Cienfuegos desde el banco de los cubanos.
Fue en este escenario cuando otra vez Fidel y Camilo tuvieron otro encuentro con una paloma blanca ¿Serían estas palomas mensajeras de la Diosa Irene? ¿O al igual que en la antigüedad los dioses intentaban pactar una Tregua Olímpica?
Eso no lo sabremos nunca. Lo cierto es que el gobierno de los Estados Unidos no tenía interés en mantener un clima de paz con la joven Revolución cubana. Para 1960 la hostilidad norteamericana aumentó y presionó a la franquicia de los Cubans a abandonar el país. En esa temporada, el equipo cubano de ser campeón se ubicó en sexto lugar. En su nueva sede en los Estados Unidos, ya no contaban con el apoyo popular, ni con una atmósfera favorable. También se le privó a Cuba la sede rotatoria de la Serie del Caribe de 1961, lo que influyó en decretar temporalmente la muerte de ese torneo[1].
La Diosa de la paz nuevamente fue ignorada.
Complicidad
El 6 de agosto de 1960 ante una multitud de jóvenes cubanos y latinoamericanos reunida en el Gran Stadium de La Habana, Fidel se dirige a los presentes para clausurar el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes. Durante el acto da lectura a una resolución de la Ley No. 851 que dispone la nacionalización, mediante la expropiación forzosa de varias propiedades norteamericanas en Cuba.
Mientras discursaba lo acompañaron en la tribuna varias palomas que se encontraban revoloteando desde el inicio del acto. Tal vez fue por la elevada concentración o por la emoción del momento, pero lo cierto es que Fidel prestó poca atención a las palomas y estas a él. Ambos se sentían a gusto en esa relación personal llena de simbolismo.
En uno de los momentos de su discurso el líder cubano manifestó:
Cuando quieran discutir que vengan a discutir de igual a igual. Cuando quieran discutir que vengan a discutir aquí, con un país que ni se rinde ni se vende. Y desde luego, no sueñen jamás que Cuba podrá volver a su carro, que Cuba podrá volver a su círculo de títeres. ¡Cuba jamás volverá a ser lo que fue! ¡Cuba jamás le hará el juego a los intereses del imperio yanki! Cuba estará siempre al lado de los pueblos oprimidos; Cuba estará siempre al lado de los pueblos que no explotan a otros pueblos; Cuba no estará jamás al lado de las castas de privilegiados; Cuba estará siempre junto a los humildes, ¡Cuba estará siempre junto a los amigos de los humildes! [1]
Tal parece que las palomas, en esa muestra de complicidad con el hombre, respaldaban el acto de paz propuesto, a pesar de las repetidas agresiones de los halcones del Norte.
La confirmación de un amor
Treinta años habían trascurrido desde la entrada triunfal de Fidel en La Habana. Para el 8 de enero de 1989 la Revolución seguía de pie y consolidada. Para recordar el acontecimiento se organizó un acto en la Ciudad Escolar Libertad (antiguo Cuartel Columbia), el mismo lugar donde Fidel se dirigió a los habaneros.
Como parte de las actividades unas pioneras entregan al Comandante en Jefe una paloma blanca, para reeditar de forma simbólica lo ocurrido en 1959. Breves segundos bastaron para que las suaves manos de su portador trasmitieran seguridad y paz. La conexión fue tal, que una vez liberada el ave, esta sobrevoló varias veces la tribuna y se posó en el hombro del libertador de Cuba y contempló desde la altura privilegiada que le permitía su pedestal, a la multitud que observaba la escena.
Parecía que una vez más las palomas respaldaban el compromiso de Cuba con la paz. Durante la intervención de ese día Fidel manifestó:
¡Ojalá en el futuro no tengamos que combatir! ¡Ojalá prevalezca un clima de paz! ¡Y ojalá en el futuro vayan no soldados (a África), no combatientes, sino médicos, maestros, científicos, profesionales! En los cálculos del país, hay 10 000 médicos para la colaboración internacional, alrededor del año 2000, ¡ojalá para esa fecha las misiones que cumplamos sean de ese tipo! De manera que cuando hablo de heroísmo no solo hablamos del heroísmo en el campo de batalla, en el terreno militar, sino del heroísmo civil donde se pueden escribir tan bellas y tan extraordinarias páginas como en el campo de batalla. Esta es una cuestión muy importante, una idea clave, a mi juicio, para la actual generación.
El descanso eterno
El 25 de noviembre de 2016 partía el Comandante en Jefe a su descanso eterno en Santiago de Cuba y durante el recorrido desde la capital hasta el cementerio de Santa Ifigenia múltiples palomas liberadas por sus dueños lo acompañaron. Tal vez, hasta la Diosa Irene quiso despedirse de quien supo interpretar y aplicar sus deseos de paz entre los hombres.
Resguardo
Como la Diosa Irene no olvida nunca a sus hijos, tal parece que envió nuevamente a sus emisarios a resguardar al Comandante en Jefe en el cementerio de Santa Ifigenia. En esta ocasión se trata de una pareja de palomas que con frecuencia descansan cerca de la piedra que guarda los restos de Fidel Castro.
De este amor saldrán nuevos pichones. Tanto simbolismo existe entre Fidel y estas aves que me gustaría pensar que la Diosa pretende engendrar nuevos hombres de paz para el futuro de Cuba. Así lo quería Fidel, que desde el panteón sagrado de la patria mantiene su amor idílico con las palomas.
Notas:
[1] Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro en el Cuartel de Columbia, 8 de enero de 1959. Versiones taquigráficas.
[2] Jorge Oller: «Las palomas de Fidel», en Granma Digital, 9 de enero de 2009.
[3] Fue la primera asociación fundada en Cuba para agrupar a los profesionales de la noticia. Surge en abril de 1902 y se desintegró en julio de 1963 al pasar a formar parte de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
[4] Diosa de la mitología griega, personifica la paz y la riqueza. Hija de Zeus y Temis. Su nombre significa “Aquella que trae la paz”.
[5] Desde 1961 Estadio Latinoamericano.
[6] Como resultado de la confrontación entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos las Series del Caribe fueron suspendidas en 1961 y no se volvieron a reanudar hasta 1970, sin la presencia de Cuba, situación que se mantuvo hasta 2014 cuando la Isla fue reincorporada.
[7] Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro en el Gran Stadium de La Habana, 6 de agosto de 1960. Versiones taquigráficas.
[8] Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro en Ciudad Escolar Libertad, 8 de enero de 1989. Versiones taquigráficas.