Un resumen extraordinario de los primeros 40 años de la Revolución, protagonizados en imagen y voz por el propio Fidel, nos regaló Frank Padrón en su espacio televisivo De Nuestra América, como recuerdo al Comandante en Jefe a cuatro años de su muerte natural el 25 de noviembre.
 
El documental, que el Icaic reprodujo a partir del 2000, es el último de la serie de siete videos que bajo el título de Cuba: caminos de Revolución, se presentó el pasado siglo en España, por primera vez y, posteriormente, en la Isla, en la serie que contiene documentales de arte y cultura y otros hechos trascendentales.
 
Quiere decir que el suceso con que De Nuestra América recordó al Comandante en Jefe, fue una novedad para millones de cubanos.
 
La fuerza emotiva, la historia y la vida de Fidel, expuesta por él mismo, con sus palabras, sus gestos y sus actos, convoca a que en otra oportunidad no lejana De Nuestra América lo difunda otra vez. En Momentos con Fidel, el protagonista muestra sus dotes como simple ser humano, como revolucionario, combatiente y político, y expone futuros, llamando la atención que él avizora y a la vez alerta al pueblo cubano y al mundo.
 
Hasta el detalle de qué color de tela podría gustarle más a los becados para sus camisas, promoviendo una singular encuesta en un teatro, hasta momentos impresionantes como aquel en que luego de más de un año de acción en la zafra de los Diez Millones, el mismo Fidel tiene que decirle al pueblo que no llegaríamos a los diez millones de toneladas de azúcar, y asumir la responsabilidad personal y de todo el equipo de dirigentes, y eximir al pueblo, que tenazmente trabajó en la zafra o para la zafra.
 
Ninguna autocrítica más dramática que esa, en su propia voz, en un acto público. O, como estadista, adelantarse a los hechos de la desaparición de la Unión Soviética, preparando al pueblo para las dificultades que vendrían y cuánto podía suponer ese hecho –una vez consumado–, a la vez se le vio en desacuerdo con los amigos por tomar una decisión sin informárselo antes a él, dado el peligro atómico que se cernía.
 
No pasa por alto el documental, su pasión por el deporte, sus relaciones con intelectuales como Gabriel García Márquez, Harry Belafonte, Alice Walker, Frei Betto y otros notables, hablando de tú a tú, no solo sobre cultura, sino, incluso, sobre el arte de cocinar, como es el caso con respecto al Gabo y a su esposa.
 
Tampoco se obvian las relaciones con los campesinos, con la juventud y los niños, los científicos, mujeres y hombres; sin retórica, como amigos, de igual a igual, para hacerles ver una verdad, o simplemente se aprecia discutiendo con ellos sobre un tema.
 
Momentos con Fidel incluye determinadas comparecencias en tribunas internacionales y cubanas, bajo la lluvia intensa o el sol ardiente, de día o de noche, desde los primeros meses del triunfo de la Revolución: por ejemplo, junto a Lázaro Cárdenas, presidente de México, en la Plaza de la Revolución. O se le ve jugando en un improvisado estadio, con jóvenes o niños.
 
Cuba: caminos de Revolución, registra, en Momentos con Fidel, un imponderable suceso histórico en tanto el líder establece un diálogo con su pueblo, y muestra el enfrentamiento constante a las dificultades, las estrategias y tácticas de poderes imperialistas a los que sobrevivió, hasta hace cuatro años. El equipo del Icaic, que tuvo a su cargo este video, realmente insólito por su valor, donde se conjuga el arte con el devenir histórico y filosófico, estuvo a cargo de la directora Rebeca Chávez.