La conciencia de los pueblos, el sentido de la dignidad y de la libertad potenciará nuestra unión
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Un Comunicado de Prensa Conjunto acerca de la visita oficial realizada a la República Islámica de Irán por una delegación cubana encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y del Gobierno, Fidel Castro, fue dado a conocer hoy en esta capital. Nuestro Comandante en Jefe cumplió la víspera otra intensa jornada en Teherán, ocasión en que continuó sus entrevistas con las más altas autoridades de la nación y recibió el saludo y apoyo a la Revolución cubana de estudiantes y profesores de dos altos centros educacionales de la capital.
En el tercer día de estancia aquí, este miércoles, que finalizó con un encuentro con los integrantes de la misión estatal de nuestro país, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba sostuvo sendos encuentros, en horas de la tarde, con el Líder Supremo, Ayatollah Seyed Ali Khamenei; con Hashemi Rasafjanni, Presidente del Consejo de las Exigencias, y con el Vicepresidente de la República Islámica de Irán, doctor Hassan Ebrahim Habibi.
Durante la mañana, en una visita a la Asamblea Consultiva Islámica (Parlamento), fue recibido por su Presidente el Hojjatoleslam Mehdí Karroubi, con quien también sostuvo una cordial reunión.
DOCTOR AD HONOREM EN CIENCIAS POLITICAS
Fidel recibió este miércoles el Título de Doctor Ad Honorem en Ciencias Políticas, que le fuera conferido por la Universidad Tarbiat Modarres y entregado en sesión solemne en ese alto centro de estudios de Teherán. A su llegada al paraninfo universitario, el líder de la Revolución cubana fue recibido con cerradas ovaciones y vibrantes exclamaciones de ¡Fidel, Fidel!, proferidas por los numerosos estudiantes, graduados y profesores que colmaban el recinto.
Después de ejecutados los himnos nacionales de Cuba e Irán y la recitación de versículos del sagrado Corán, como es la tradición islámica, los doctores Saeed Semnanian y Mustafa Moin, presidente de la Universidad de Tarbiat Modarres, y ministro de Ciencias, Investigaciones e Innovación de la República Islámica de Irán, respectivamente, expusieron en sendos discursos las múltiples razones por las que se le confería al mandatario cubano tan honrosa distinción académica.
En sus cálidas palabras de bienvenida, el doctor Semnanian calificó a Fidel como "una de las más distinguidas e importantes personalidades de nuestra era" y señaló que su accionar revolucionario no ha quedado dentro de su país solamente, sino que ha dejado profundas huellas en la política mundial.
Por su lucha -dijo- y su oposición y enfrentamiento a la teoría neoliberalista del nuevo orden mundial, el doctor Fidel Castro es reconocido como el fundador de la Escuela de Resistencia contemporánea.
Por su parte, el doctor Mustafa Moin al enumerar los relevantes méritos históricos de nuestro Comandante en Jefe, señaló su contribución a la liberación nacional de Cuba y de otros pueblos del mundo y trazó un paralelo entre la Revolución cubana y la islámica conducida por el Imán Khomeini, y sus puntos de convergencia.
"Espero que esta distinción concedida al doctor Fidel Castro contribuya a promover los intercambios teórico, científico y filosófico entre nuestros dos países, y entre nuestros dos países y el resto del mundo conmocionado de hoy", señaló finalmente.
Al expresar su agradecimiento por el Título académico conferido, Fidel señaló su complacencia por encontrarse en Irán y expresó que al llegar a la Universidad de Tarbiat Modarres había visto algo que lo conmovió mucho, y era el haber llegado no a una Universidad de estudiantes, sino de graduados, lo que lo impresionó realmente, "es un tema que para mí toda la vida ha tenido una gran importancia".
Al referirse al concepto "carrera política", dijo que lo primero que hay que preguntarse es qué se entiende por política. "Algunos dicen que es una ciencia, otros piensan que es un arte, cuando me pongo a pensar en lo que he vivido a lo largo de los años en la esfera de la política, que para nosotros era revolución, porque la política había que revolucionarla, me daba cuenta de que la política era una mezcla de ciencia y de arte.". La política es un arte, debe tener mucho de creación, de imaginación, es el arte de buscar soluciones a problemas difíciles, es el arte de buscar y encontrar, muchas veces sin buscarla, una solución con otra, es el arte, diríamos, de una creación incesante, infinita, porque en ese terreno no hay nada absolutamente aislado, añadió.
Al enumerar experiencias de la Revolución cubana en el campo de la educación dijo que hoy soñamos y trabajamos para que la gran masa de nuestro país tenga conocimientos equivalentes a conocimientos universitarios. Nuestro país, subrayó, vive entregado de lleno al desarrollo de una cultura general integral, por el hombre, por el bienestar del hombre, para beneficiar al hombre, para hacer el bien, para que haya justicia, verdadera justicia.
Al respecto indicó que en lo que la Revolución cubana quiere hacer por el ser humano, por la dignidad del hombre y el bienestar material del hombre, la ética y los principios, tenemos entre Irán y Cuba y la Revolución islámica muchas creencias comunes. En cuanto a los honores que le fueron conferidos por esa Universidad, y que recibía "en nombre de un pueblo hermano de ustedes" expresó su más profunda y emocionada gratitud. Luego de recibir también una placa conmemorativa como recuerdo de su visita a la Universidad, Fidel hizo entrega de una estatuilla en bronce de José Martí, réplica a escala de la situada en la Tribuna Antimperialista en La Habana.
EN LA UNIVERSDAD ISLAMICA DE TEHERAN
Al concluir la ceremonia en la Universidad Tarbiat Modarres, Fidel y la delegación que le acompaña se trasladaron a la Universidad Islámica de Teherán, donde debía pronunciar un discurso sobre los problemas del neoliberalismo y la situación económica internacional actual. Desde su llegada al recinto universitario se reiteraron las ovaciones, aclamaciones y expresiones del cálido y afectuoso recibimiento tributado al líder de la Revolución cubana.
Tras la ceremonia inicial de la ejecución de los himnos nacionales, el rezo del Corán y la fraterna bienvenida que le fuera ofrecida por el Rector del alto centro de estudios y el ministro Mustafa Moin, estos le hicieron entrega de una placa conmemorativa y un libro de Memorias y a su vez recibieron de manos de Fidel otra pequeña escultura de José Martí.
Nuestro Comandante en Jefe inició sus palabras expresando que no iba a pronunciar un discurso sobre globalización y el neoliberalismo y que más bien iba a hacer algunas reflexiones sobre aspectos comparativos de la situación económica mundial en los últimos 20 años.
Al respecto expuso algunos datos estadísticos de lo que había ocurrido en el mundo en el período de tiempo comprendido entre 1981 y el 2000, y recordó que al mundo se le habían ofrecido muchas cosas y en las ricas sociedades occidentales aquellos que nos colonizaron durante mucho tiempo y nos han saqueado durante siglos, se habían convertido en estadistas generosos que nos iban a conceder el 0,7 por ciento del Producto Interno Bruto como ayuda al desarrollo y fuimos tan ingenuos que casi lo creímos. Nos prometieron también que la deuda externa iría desapareciendo para equilibrar los niveles de desarrollo de acuerdo con lo cual estaríamos en estos momentos, más o menos, a la altura de Alemania, Francia y otros países.
Apuntó que la deuda externa que ascendía en 1981 a 500 mil millones de dólares, se elevó sin embargo en el año 2000 a 2 mil 100 millones de millones de dólares, había crecido más de 4 veces en 20 años.
A todo lo largo de su discurso Fidel puso al desnudo y condenó la injusticia, la desigualdad, la pobreza y la desesperanza que para los países pobres y subdesarrollados del Tercer Mundo, representa el injusto orden económico internacional actual, y los efectos devastadores de las políticas neoliberales. En otra parte de su intervención, destacó los logros alcanzados por el pueblo iraní en todos los aspectos tras el triunfo de la Revolución islámica dirigida por el Imán Khomeini, que derrocó la tiranía del Sha, pero recordó que el mundo tiene muchos Sha, mil veces más armados.
"Ese Sha es el imperio cuya sede radica en las proximidades de nuestra Patria", agregó. A continuación expresó que será la conciencia de los pueblos, los sentimientos de los pueblos, ese sentido de la dignidad, de la libertad con la que todos nacemos, el que potencie la unión de nosotros. Hay que cultivar esa semilla, hay que sembrarla y que ese Sha que hoy explota, que dicta órdenes, se derrumbará.
Concluido el acto Fidel saludó a la salida del recinto universitario al numeroso público allí congregado y a los que desde la calle le expresaban grandes muestras de simpatía, exclamando su nombre y dando vivas a la Revolución cubana.