Hay hechos destinados a ser eternos, tales son nuestra amistad, nuestra solidaridad y nuestras relaciones ejemplares con Venezuela, puestas de manifiesto durante la visita oficial que acaba de concluir esta noche aquí  nuestro  Comandante en Jefe  tras cuatro días de intensas jornadas en las que el pueblo venezolano le tributó un apoteósico recibimiento que lo acompañó a lo largo de estos cuatro días por tierras bolivarianas.   

El Presidente Hugo Chávez,  quien lo ha acompañado desde su llegada a Caracas el jueves último, acudió también al aeropuerto de Maiquetía donde le obsequió un álbum con las fotos de sus días vividos en la Patria de El Libertador, al tiempo que se fundieron en un efusivo abrazo, como símbolo de un hasta luego. Fidel y su amigo, dijeron que las visitas recíprocas se repetirán.  

En su actividad pública, ambos mandatarios participaron en una video-conferencia, realizada con motivo de la inauguración del Centro Internacional de Prensa, Simón Bolívar, de la Cancillería local , donde contestaron preguntas a reporteros de siete países de Iberoamérica, incluyendo el anfitrión.    En ella, pusieron de manifiesto la identidad de principios y las irrenunciables posiciones de independencia y soberanía que han conquistado para sus pueblos. Dejaron claro que estos atributos por los que un día lucharon Martí y Bolívar no son negociables, al tiempo que defendieron el derecho de todos a construir el modelo de sociedad que se avenga con las características y realidades nacionales.   

Anteriormente, en horas de la mañana,  la amistad de Cuba y Venezuela adquirió nuevos ímpetus cuando,    en el salón Ayacucho, del Palacio de Miraflores, fue firmado un Convenio Integral de Cooperación y  un Acuerdo Cultural entre los gobiernos de ambas naciones.  

Dichos documentos entraron en vigor desde ese mismo momento, y fueron rubricados como parte del deseo de fortalecer los tradicionales lazos entre los dos países, ante la presencia de la delegación encabezada por el Presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de Cuba, así como de numerosos ministros y altos funcionarios venezolanos.  

La solemne ceremonia tuvo su clímax cuando tras el abrazo de ambos líderes, el Presidente de Venezuela impuso al Comandante en Jefe el collar de la Orden de El Libertador; mientras Chávez conversaba en voz baja con él, ayudado por el canciller José Vicente Rangel, colocaba primero la banda tricolor -como la bandera de la Patria de Bolívar-, después el collar y finalmente prendía en el pecho de Fidel la condecoración y depositaba en sus manos el pergamino correspondiente.

Emocionado, con la sencillez que solo saben mostrar los grandes hombres reflejada en su rostro, en medio de un silencio quebrado únicamente por los flash de las cámaras de decenas de fotógrafos que han estado cubriendo los detalles de esta histórica visita, a continuación Fidel entregó a Chávez una réplica de la estatua del Apóstol que se halla en la Tribuna Antimperialista José Martí, y explicó el alto significado del lugar nacido en la batalla para rescatar a Elián González de sus secuestradores y uno de los centros de la batalla de ideas que libra el pueblo cubano. Habló del amor de Martí por los niños, a quienes dedicó La Edad de Oro.

Con el mismo aliento de optimismo y placer, con que se les ha visto recorrer diversos estados en estos días, poco después de las 11:00 a.m. llegaron Chávez y Fidel al salón de la sede presidencial, dando muestras de la fraternidad que los une cuando para sorpresa de todos rompieron momentáneamente el protocolo y bromearon acerca de la controvertida decisión final del encuentro de pelota del sábado en la noche. El canciller Felipe Pérez Roque y otros miembros de la delegación participaron en el breve intercambio con los narradores Héctor Rodríguez y Roberto Pacheco.  

Posteriormente se dirigieron a la plataforma en la que se procedería a la firma de los documentos, a cuyo fondo se hallaban las respectivas banderas y las imágenes de Bolívar y Martí. Las notas del Himno Nacional de Venezuela, interpretado por la Banda Marcial del Regimiento de la Guardia Militar, dieron paso a la ceremonia.  

A las 11:13 minutos los líderes de ambos países estampaban sus firmas en los correspondientes originales del Convenio de Cooperación y el Acuerdo Cultural; después, de pie, procederían al intercambio de documentos, el contenido de los cuales fue leído posteriormente en el propio acto.

(Artículo escrito por Nidia Díaz y Lino Oramas)