Epílogo de un encuentro muy esperado
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Otra vez la presencia de Fidel en una nación latinoamericana es convocatoria revolucionaria que moviliza a miles de personas.
Sus palabras, anoche, ante la multitud que fue a escucharle al Consejo Nacional Deportivo, provocaron la emoción de los miles de paraguayos allí reunidos: hombres y mujeres más jóvenes o con canas; estudiantes, trabajadores...
"¡Fidel, Fidel!", corearon cuando, luego de dos horas de una intervención a manera de diálogo, el Comandante en Jefe recordó que sería breve. Los paraguayos querían seguirlo escuchando.
Una vez más, el líder de la Revolución cubana les devolvía el agradecimiento reiterado que este pueblo le hacía llegar por la colaboración brindada por nuestros médicos aquí, y la formación de jóvenes paraguayos como galenos en la Isla.
Es mucho más lo que ustedes hacen por nosotros, les dijo. Para nosotros constituye un extraordinario privilegio esta oportunidad de conversar y reflexionar con ustedes. El privilegio es nuestro.
Las simpatías que expresan ustedes por nuestro pueblo amenazado se convierten en una coraza protectora.
Conocedor de los inmensos deseos con que se esperaba su visita aquí, el Comandante en Jefe comenzó diciendo: "Si habría de venir algún día aquí, era mejor hacerlo ahora, después de más de 40 años de lucha revolucionaria, después que ha transcurrido casi medio siglo, después que los tiempos han cambiado tanto aquí, en la América Latina, en nuestro país y en el mundo".
Hoy hay más cosas de las cuales hablar, caminando sobre los cadáveres de millones de engaños y mentiras, dijo. Hoy el camino, aunque duro siempre, es más fácil.
Fidel les contó de la historia internacionalista de nuestro pueblo y, otra vez, refrendó la trascendencia de la solidaridad. También les habló de una de sus convicciones más profundas: la importancia de la educación y la cultura en un mundo que quiere ser regido por el silencio o la tergiversación.
"Armémonos de conocimientos y armémonos de ideas pulverizando mentiras y engaños", exhortó.
Aludió a los muchos años en que se conocía tan poco de Paraguay, y afirmó haber descubierto aquí un pueblo noble, generoso, familiar, patriótico, decente y culto, lleno de amistad y afecto "que estamos lejos de creer seamos acreedores de él".
He viajado por muchos lugares y conozco muchos pueblos, cada uno ha vivido la historia de sus propias tragedias. No hay dos iguales, pero todos son capaces de grandes sentimientos y proezas, aseveró.
"Pocas veces en mi vida me he llevado una impresión tan grande como la que he recibido en las horas que llevo en este país", aseguró.
Al cierre de esta edición, continuaba el acto.
MOMENTO HISTÓRICO
Los cantos a la patria, la libertad, y la unidad del pueblo con que los reunidos esperaron la llegada del Comandante en Jefe, hicieron ondear cientos de banderas cubanas y paraguayas junto a afiches con la imagen del Che, y provocaron los aplausos de un pueblo que, con la figura del líder revolucionario, experimenta una suerte de resurrección.
Atrás quedaron los años de encierro que hicieron de Paraguay, como dijera un distinguido y brillante hijo de estas tierras, "una isla rodeada de tierra".
El tiempo que precedió a su irrupción en el Consejo Nacional Deportivo fue lapso propicio para lo que pareció una eclosión de sentimientos al son de las guitarras y las canciones, dedicadas "a todos los compañeros muertos, a los que no pueden disfrutar de esto hoy, a los que cayeron presos por tener la foto del Che o leíamos, escondidos en las casas, La Historia me Absolverá".
Así dijo el trovador y las gradas fueron un mar de aplausos.
"La raza paraguaya es vencer o morir", "pronto venceremos", "quiero que mi país sea feliz con amor y libertad", "no tendremos miedo nunca más"...
Desde mucho antes de las seis, hora fijada para el acto, las áreas del coliseo estaban repletas.
"Esto va a marcar el inicio de una nueva historia. Es la explosión de un sentimiento que la gente tenía guardado", comentó a JR Richard Ferreira, colega del diario Última Hora, pero uno más entre los activistas solidarios.
Llegando muy temprano, más de 6 000 personas habían conseguido asiento dentro, pero otros miles quedaban afuera. Los periodistas que iban a dar cobertura al acto debieron correr, so pena de no conseguir la entrada, impedido el paso por la tremenda muchedumbre que se había hecho presente en el lugar.
Cuatro pantallas gigantes fueron ubicadas en los exteriores para que quienes no pudieran entrar estuvieran al tanto del encuentro, anunciado en páginas interiores por casi todos los periódicos de la capital y las emisoras radiales, que han seguido paso a paso la visita del Presidente cubano a esta nación.
Poco después de las seis, el líder de la Revolución cubana hizo su entrada acompañado por el canciller, Felipe Pérez Roque, nuestra embajadora en Paraguay, Irma González, y otros miembros de la delegación cubana.
Los aplausos tributados a Fidel solo encontraron eco parecido en la cerrada ovación de reconocimiento a los médicos cubanos que cumplen misión en Paraguay, una representación de los cuales se encontraba en el acto.
Fue, como dijo Mario Casarteli, el presidente de la Asociación Cultural Paraguayo-Cubana José Martí, "un momento histórico que comenzó cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro pisó tierra paraguaya".
"Infinitas gracias para quienes han colaborado de modo que nuestro sueño hoy se tornara esta realidad: la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro aquí", dijo Casarteli.
Desde hacía semanas, estudiantes de la carrera de Derecho de la Universidad de Asunción, padres de los jóvenes que cursan estudios de Medicina en Cuba, graduados en nuestro país y, en general, paraguayos amigos de la Revolución, aunaban esfuerzos con vista a un encuentro donde pudieran escuchar y ver al máximo dirigente cubano. Una confluencia de voluntades calificada de "conmovedora".
"Nos repugna cuando agreden al pueblo cubano", dijo Marcos Ortiz, estudiante de Medicina en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas. "Pueden contar con nosotros".
Una doctora cubana recitó y el médico Juan Carlos Casalis levantó a los paraguayos de sus asientos cuando entonó, en guaraní, una popular melodía paraguaya.
Le enviamos médicos y ustedes nos devuelven artistas, comentaría el Comandante en Jefe, jocoso.
OFRENDA FLORAL
La mañana de este sábado se inició con una ofrenda floral, depositada por nuestro Comandante en Jefe ante el Panteón a los Héroes, rodeado, igualmente, de numeroso pueblo y adonde acudió a rendir tributo, dijo, a quienes han llenado de gloria las páginas de la historia de Paraguay.