Nueve días luminosos y tristes en los que Cuba se plantó ante el dolor (+Fotos)
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“Cuesta creer que el dolor pueda resultar poético. Pero surgen aquí como estrofas de un poemario vivo las carreteras iluminadas y a oscuras (o alumbradas débilmente al paso de la caravana con el destello de los celulares y las velas); los altares con imágenes recortadas de una vieja Bohemia; Raúl Castro acariciando la pequeña urna funeraria en el Cementerio Santa Ifigenia; los techos, las puntas de las lomas, las mejillas y los brazos grabados con un nombre y mil y un gestos de desolación; el tapiz de una muchedumbre apretada en una plaza donde flotan al mismo tiempo la bandera, la lluvia y el silencio”.
Así comienza el libro Hasta siempre, Fidel, que recoge las “fotografías del testimonio del abatimiento colectivo en los nueve días de duelo nacional que siguieron a esa fecha, pero también la demostración empírica de que habrá que pasar por encima de millones para arrebatarle a este archipiélago la memoria y el amor por Fidel Castro”.
Cubadebate y el sitio Fidel Soldado de las Ideas proponen, a tres años de su desaparición física, fragmentos y fotografías de este libro, “que recoge aquellos nueve días luminosos y tristes. Tristes, porque el Comandante en Jefe ya no estará físicamente. Luminosos, porque esta Isla se plantó ante el dolor y le ofreció una descomunal lección de patriotismo al mundo”.
A partir de ahora, él nos acompañará como una estrella polar, como una bitácora en el camino siempre inquietante de la Revolución. Él nos estará midiendo, desde la eternidad. ¿Cómo lo hubiera hecho Fidel, cómo lo hubiera resuelto?, nos preguntaremos ante cada dilema, recordando que él siempre le puso el pecho al peligro e hizo de la política un acto humano y entrañable, sin fórmulas.
José Alejandro Rodríguez, periodista de Juventud Rebelde.
“Compartió el sentimiento de pueblo con muchos pueblos y amplificó la solidaridad entre los seres humanos. Cambió varios cursos de la historia y de la naturaleza. Predicó y luchó como nadie por la humanidad y el planeta. Guardó para sí solo la satisfacción como Soldado de la Revolución de cumplir varios de los más sagrados deberes”.
Vicente Feliú, cantautor cubano.
“Él es como ese suelo donde germina la conciencia del cubano. La muerte de Fidel es un dolor que no puedo todavía interpretar, crece desde una profundidad implacable... Quizá allí donde todos tenemos nuestra raíz más honda, allí desde donde absorbemos la vitalidad más esencial de nuestro ser como nación, subyace este espíritu poderoso, esta naturaleza elemental que alguna vez tuvo la generosidad de nacer para nosotros, de concretarse en carne y ardiente palabra”.
Carilda Oliver Labra, poeta cubana.
“Carga el duelo su rostro misterioso, se canta, se encoge entre el resquicio, y en el hueco lunar de un precipicio la lágrima sutil se hace sollozo.
El silencio impecable y presuroso, eco sordo que salta del bullicio, nos reclama un lugar en el hospicio o al costado del trance sigiloso.
Con mudeces, recurso de los tiernos, el duelo se hace a trazos detonando las insignias del mal y sus infiernos.
En el hondo pesar de los fraternos, el duelo nos reitera precisando: No son buenos los días: ¡son eternos!”
Amaury Pérez Vidal, compositor cubano.
“Pasarán mil otoños. Regresarán cada año los grisáceos días que por esta fecha nos acompañan. Mas no podrá el tiempo ni su paso implacable borrar de la memoria la indescriptible emoción vivida este 2 de diciembre, cuando al ver pasar las cenizas del Eterno Comandante descubrimos que la muerte, ni por asomo, pudo apagar su efecto deslumbrador, energizante, casi divino...”
Lianne Fonseca Diéguez. Periódico Ahora.
“Fidel rompió el esquema del político tradicional. Devolvió a la política lo que ella es en su esencia: un arte para llevar felicidad a los seres humanos. Fue un incansable luchador por la paz y contra las burdas trapisondas de la demagogia y el populismo. Su ética, acompañada de una dignidad a toda prueba, lo convirtió en un paradigma de los siglos XX y XXI, con un pensamiento y una acción sin precedentes en la historia política del continente latinoamericano”.
Miguel Barnet, intelectual cubano.
“En una circunstancia histórica excepcional, el país y su liderazgo estarán junto al pueblo ante el tablero de ajedrez sobre el cual nos planteamos y acometemos las mil jugadas que conduzcan a la irreversibilidad del socialismo. Ello es solo posible con el sentido dialéctico de Fidel, que impulse la voluntad hacia el porvenir, como el nuevo proyecto actualizador de una sociedad socialista próspera y sostenible, y no hacia el pasado como pretenden los enemigos de la nación cubana”.
Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba.
“Uno de los mayores legados de Fidel es hacer que la política sea el arma moral más noble para la liberación de los pueblos del mundo. Fidel puso a Cuba en el mapa del mundo, luchando contra la codicia del imperio y el mundo reconoce a Fidel como una epopeya inalcanzable en estos tiempos y lo será para toda la humanidad”.
Evo Morales.
“Hemos venido aquí a este lugar sagrado para honrar al eterno joven, al eterno soñador, al eterno rebelde. De la Patria de Bolívar y de Chávez traigo una voz, Comandante, una voz que lleva en sí millones de voces para decirle con la mayor admiración y la mayor gratitud: ¡Comandante, misión cumplida, misión cumplida, sí, plena y espléndidamente cumplida!”
Nicolás Maduro Moros.
“Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡Sí se pudo, sí se puede y sí se podrá!”
Raúl Castro.