Un pueblo, un Partido
Data:
Fonte:
Autore:
Historia
La casa número 81 de la calle Calzada, en La Habana, acogió en la mañana de aquel domingo 16 de agosto de 1925 al Partido Comunista de Cuba. Trece hombres en plena clandestinidad, que representaban a menos de cien comunistas, se reunieron por dos días consecutivos para hablar de los males de la Isla y agrupar a la vanguardia que impulsaría un cambio radical.
Allí estaba Carlos Baliño, quien ya antes, con José Martí, había fundado el Partido Revolucionario Cubano y sabía que la trayectoria era difícil.
«Él conoció de cerca la anhelante preocupación del Apóstol por evitar los oscuros designios del imperialismo. Y ahora estaba rodeado de hombres puros y firmes como él, de antigua trayectoria rebelde, revolucionaria», ha narrado el periodista Andrés García Suárez, en un artículo publicado en el diario 5 de Septiembre.
El más joven, Julio Antonio Mella, ya había fundado años antes la Federación Estudiantil Universitaria. Juntos, sabían que los resultados de ese pequeño congreso fundacional servirían para cumplir el mandato martiano de impedir aquellos designios imperiales.
En esos primeros encuentros en la casa habanera, sus fundadores se propusieron trabajar, a pesar de los riesgos, organizar a los campesinos y luchar por los derechos de la mujer y la juventud.
Aunque a pocos días de su fundación, los miembros del Partido Comunista de Cuba fueron brutalmente asediados por la dictadura de Gerardo Machado, muchos asesinados u obligados al exilio, ese año no fue el fin, sino apenas el comienzo de su historia.
La historia reciente
Luego del triunfo revolucionario fue imprescindible lograr la unidad. Por eso, el amplio proceso unificador que tuvo lugar en 1961 es el antecedente histórico más inmediato de la nueva formación del Partido Comunista de Cuba.
Fue entonces que se conformaron las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), formadas por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, liderado por Fidel; por el Partido Socialista Popular, bajo la dirección de Blas Roca, y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, liderado por el comandante Faure Chomón.
«Era una necesidad imperiosa la búsqueda de un acercamiento entre los revolucionarios que, con métodos diferentes, tenían un objetivo común: consolidar la Revolución Cubana. Tras el triunfo, la acción independiente de esas tres fuerzas políticas entorpecía la coordinación de las actividades y la conjunción de esfuerzos», reconoció José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido, durante el aniversario 50 de la creación del Comité Central del Partido y la fundación del periódico Granma.
El sectarismo causó mellas y a pocos meses de surgir las ORI, nació el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, en un nuevo intento por lograr la unidad de las fuerzas en un único poder.
No es hasta el 3 de octubre de 1965 que el Partido tomó su nombre definitivo: Partido Comunista de Cuba, el mismo que utilizaron Baliño y Mella y con las ideas de Martí también en el horizonte.
«Para entender a plenitud el significado de esos acontecimientos –comentó Machado Ventura–, es imprescindible recordar que el Partido es fruto legítimo de la Revolución. Su raíz está en el que fundó Martí en 1892 para organizar la guerra necesaria, y su antecedente más inmediato es el que organizaron Mella, Baliño y Rubén».
Un solo Partido
Este es un Partido de vanguardia que demanda de cada uno de sus militantes pensar con cabeza propia, expresarse libremente y actuar unidos; que educa y aprende en su permanente contacto con el pueblo trabajador; que tiene como estilo de trabajo conocer en todo momento las dificultades, los criterios y las propuestas del pueblo; que ha educado a varias generaciones de cubanos; que ha conducido con firmeza e inteligencia la resistencia del pueblo; que tiene por ideología las enseñanzas de Marx, Engels y Lenin, la doctrina martiana y las ideas creadoras y el ejemplo de Fidel y de Raúl.
Al enumerar sus muchas virtudes, José Ramón Machado Ventura también recordó que este Partido es, sin embargo, uno solo, como lo predicó Martí. «Porque frente a los sueños del imperialismo de fragmentar a nuestra sociedad, dividirla en mil pedazos, nuestro escudo principal es la unidad», dijo. Por eso, cada día crece, se fortalece y perdura.
El pueblo estará siempre acompañado por el Partido
En el Proyecto de Constitución, que cada comunidad, centro de trabajo y estudio discute y analiza en estas fechas, no hay cambios en el objetivo estratégico de mantener el trabajo del Partido.
Como aclaró el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del PCC el 19 de abril del 2018, estamos conscientes de que nuestro pueblo lo apoyará indudablemente, como ya hizo hace decenas de años, en 1976, con una enorme cantidad de votos, el 98 %.
«No pretendemos modificar –explicó durante la Sesión Constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular– el carácter irrevocable del socialismo en nuestro sistema político y social, ni el papel dirigente del Partido Comunista de Cuba, como vanguardia organizada y fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, como establece el Artículo número 5 de la actual Constitución, y que en la próxima defenderemos que se mantenga».
Solo queda al Partido, al Estado y al Gobierno en esta nueva etapa hacer cumplir la política de promover con intencionalidad y la debida gradualidad a los jóvenes, mujeres, negros y mestizos a cargos decisorios, de modo que se garantice con suficiente antelación la creación de la cantera de los principales dirigentes de la nación en el futuro, sin repetir los costosos errores que en esta cuestión estratégica hemos cometido, añadió.
En el complejo escenario internacional, en el que se pretende dividir a Latinoamérica, donde aumenta la política agresiva de los gobiernos de Estados Unidos contra Cuba y los países de izquierda en la región, la alternativa es permanecer unidos. El consenso es la mejor de nuestras apuestas.
Por eso, hoy está más vigente que nunca lo expresado por Fidel en 1975:
«Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al error».
Del Proyecto de Constitución
En la edificación del socialismo, el liderazgo del Partido Comunista de Cuba, nacido de la voluntad unitaria de las organizaciones que contribuyeron decisivamente al triunfo de la Revolución, y la unidad nacional, constituyen pilares fundamentales y garantías de nuestro orden político, económico y social. (Del Preámbulo)
El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado. Organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia la construcción del socialismo. Trabaja por preservar y fortalecer la unidad patriótica de los cubanos y por desarrollar valores éticos, morales y cívicos. (Artículo 5)