Fidel, las elecciones y nuestro ideal de democracia
(…) «Hoy concluye un largo proceso desde el día en que hace tres años –si mal no recuerdo fue un 15 de marzo– se realizó el llamamiento para el Congreso del Partido y comenzaron las discusiones en torno al tema del perfeccionamiento del Poder Popular».
(…) «El desafío era grande, porque tenían lugar cambios profundos en la forma de elegir nuestros Órganos del Poder Popular, no en la base, sino ya en las asambleas provinciales y en la Asamblea Nacional, cuando tomamos la decisión, por recomendación del propio Partido, de utilizar el método de la elección directa de los delegados a las asambleas provinciales y de los diputados nacionales (…)».
(…) «Cuando aceptamos el enorme desafío de las elecciones en el periodo especial y con el voto directo de los diputados, estábamos abriendo un camino enteramente nuevo, estábamos llevando a cabo una experiencia que pienso que no se ha realizado en ningún otro sitio. Habíamos alcanzado un proceso de perfeccionamiento del Poder Popular en un grado verdaderamente muy alto, (…)».
«Se ha hablado, se ha meditado y se ha reflexionado mucho en estos días, pero aquello que queríamos evitar –en primer lugar, que se introdujera la politiquería, la corrupción, la división y la fragmentación dentro de nuestro proceso electoral–, se pudo evitar de manera total (…).
«No podrán impugnar la característica extraordinariamente democrática de nuestro proceso, en primer lugar, por la forma de elección o de selección de los candidatos.
«Por ahí algunos en el exterior han dicho que no era democrático, puesto que no hay pluripartidismo. Hay “millonaripartidismo” en nuestro país, porque si en otros lugares los partidos son los que postulan, aquí cualquier ciudadano de este país, mayor de edad –y son millones y millones–, puede proponer para que se postule a cualquier ciudadano, de los millones de ciudadanos de este país con derecho al voto (…)».
«Realmente debemos sentirnos orgullosos de que ese tipo de locura no nos haya invadido, de que ese tipo de locura no nos haya afectado, como ocurre en tantos países; duele en el alma ver a los pueblos, a las sociedades fragmentadas, sobre todo a los países del Tercer Mundo, que tanto necesitan de su unidad como factor esencial para salir adelante, para desarrollarse. Es una fortuna el método este que estamos usando, que es incomparablemente más democrático que el método del pluripartidismo y es la aplicación de un concepto muy revolucionario en materia de democracia: el concepto de que el pueblo postula y el pueblo elige.
«Había, además, otra cosa. El ciudadano no tenía un voto, tenía tantos votos como candidatos. Podía votar por uno, por dos, por tres, por todos, o por ninguno; (…) y hubo un gran número que llevaron a cabo la estrategia del voto unido, y ya eso es algo tan legítimo como una estrategia revolucionaria, que no lo puede cuestionar nadie».
(…) «Nuestro método ha sido, realmente, nuevo, original, y dentro del concepto de un partido. No hemos tenido que abandonar las ideas de Martí con relación al Partido. Para hacer la Revolución, para dirigir la Revolución y, en este caso, para construir el socialismo en nuestro país, hemos logrado conciliar el concepto de un partido con los más profundos conceptos de la democracia».
(…) «Ahora, a aquellos que presentan su sistema como modelo, les preguntamos: ¿Por qué en ese país mucha gente no vota? ¿Por qué si el modelo de democracia occidental es Estados Unidos –para citar un ejemplo, hay muchos que pretenden ser modelo–, allí vota alrededor del 50 %?».
(…) «¿Por qué en ese país tanta gente prefiere ir al cine o a pasear ese día y no tiene ninguna fe, ninguna confianza, ningún interés en el proceso electoral? En ese país modelo de democracia eligen al presidente con menos del 30 % de los votos; es decir, menos del 30 % de los que tienen derecho a votar (…).
¿QUÉ NOS HACE DIFERENTES?
« (…) ¿en qué otro país se seleccionan los candidatos como se seleccionaron aquí? En la base, por los vecinos directamente, después en las asambleas municipales por los delegados que los vecinos eligieron directamente y a través de las listas que presentaron las comisiones de candidatura, integradas por las organizaciones de masa y presididas por la organización de los trabajadores, sin que las presidiera el Partido, (…) ».
(…) «¿En qué país se puede hablar de elección sin maquinaria electoral? ¿Cuántas maquinarias electorales tenían ustedes? ¿Qué maquinarias electorales representan ustedes? ¿En qué lugar hay una elección sin propaganda comercial? ¿Qué propaganda comercial han tenido ustedes? ¿Cuánto se ha gastado cada uno de ustedes en esta campaña electoral, y qué podía gastarse cualquiera de ustedes? (…). ¿En qué otro país un ciudadano humilde del pueblo, sin un centavo, puede ser electo a la Asamblea Nacional y puede ser electo al Consejo de Estado? (…)».
(…) «Además, qué limpieza la de nuestras elecciones, cómo aquí, a pesar de estar en periodo especial, no hacían falta ni policías ni soldados para cuidar las urnas; y en muchos lugares son soldados con bayonetas y fusiles, no niños, como Fernandito, los que cuidan las urnas. (…)».
VOTO UNIDO, ESTRATEGIA DEL PUEBLO
(…) «El voto unido fue simplemente la estrategia del pueblo, la estrategia de la Revolución; (...).
«¿Cuál habría sido el resultado si la Revolución no tuviera la mayoría del pueblo? Pues, sencillamente, aquellos que están contra la patria, contra la Revolución y contra el socialismo, habrían anulado de una forma o de otra, tachándolas o depositándolas en blanco, la mayoría de las boletas.
«Es que si la Revolución no tuviera la mayoría del pueblo sería bien sencillo deshacerse de la Revolución: presentándose sencillamente en la base, en las asambleas de vecinos, para postular a sus candidatos que están contra la patria, contra la Revolución y contra el socialismo. ¿Quién les impide hacerlo? Esto significa que nuestro sistema democrático-revolucionario presupone inexcusablemente la mayoría del pueblo (…).
(…) «Se insistió mucho en un principio, lo cual nos produce gran satisfacción con relación al voto unido. Se dijo una vez y muchas veces que no era una consigna, sino una estrategia; que se planteaba como una necesidad de la Revolución, y que lo que se quería era que solo de forma consciente, si se comprendía bien esa necesidad y las razones de esa estrategia, se aplicara el principio del voto unido.
«Creo que el mérito más grande que tiene el voto unido es que fue un voto consciente, muy consciente, profundamente consciente, y que habla, por supuesto, muy alto del espíritu revolucionario de nuestro pueblo, de su conciencia y su cultura política».
LOS COMPROMISOS DEL DIPUTADO
(…) «Era inconcebible nuestro Consejo de Estado sin una representación de la base; sin la presencia de representantes de los consejos populares, otra gran innovación que se ha introducido en el Poder Popular. (…)
(…) «Con este sistema el diputado tiene una doble representación: representa al distrito y al municipio, y representa a la nación, ninguna de las dos cosas deben olvidarse; (…)».
(…) «Claro está que un diputado debe hacer todo lo que pueda por su país en cualquier parte donde se encuentre, no puede volverse sectario, pensar únicamente en su distrito; pero el diputado debe hacer todo lo que pueda por su distrito, y cuando no pueda hacer nada, hablar con los electores cada vez que pueda y explicarles qué se hace y qué no se hace, qué puede hacerse y qué no puede hacerse. Constantemente hay que estar dando explicaciones».
(…) «A la Revolución le ocurre que cuando ya había hecho muchas cosas, cuando había alcanzado extraordinarios logros, ahora tiene que luchar por salvar lo que hizo, ahora tiene que luchar por sobrevivir como Revolución (…)».