Martí en Fidel
Como homenaje a nuestro invicto Comandante en Jefe, Fidel Castro, nos acercaremos a las influencias de José Martí en Fidel.
Se conoce que en una ocasión se le preguntó sobre su ideología y alegó su adhesión al ideario martiano.
Desde las discusiones que sostenía durante sus años de estudiante, solía sustentar sus puntos de vista apelando al ideario martiano. Así lo declaró en un acto convocado por la FEU para el 27 de noviembre de 1946.
En entrevista con Frey Betto en 1985 expresó: “Claro, yo antes de ser comunista utópico o marxista, soy martiano, lo voy siendo desde el bachillerato: no debe olvidar la atracción de Martí sobre todos nosotros, la admiración por Martí”
Es indiscutible el papel de Martí en su formación.
En la formación moral revolucionaria y humana de Fidel había ejercido una influencia decisiva la vida ejemplar y el pensamiento patriótico, antimperialista, democrático y socialmente avanzado de nuestro Héroe Nacional.
Martí –ha dicho Fidel- nos enseñó su ardiente patriotismo, su amor apasionado a la libertad, la dignidad y el decoro del hombre; su repudio al despotismo y su fe ilimitada en el pueblo. En su prédica revolucionaria estaba el fundamento moral y la legitimidad histórica de nuestra acción armada. Por eso dijimos que él fue el autor intelectual del 26 de julio
Sin embargo, en la época seudorrepublicana se trataba de desvirtuar la proyección revolucionaria de Martí
Los servidores a la oligarquía dominante apelaban a todos los recursos para contrarrestar esa imagen de revolucionario radical que caracterizaba a nuestro Héroe Nacional. Hacían todo lo posible para que las masas lo vieran como un hombre apaciguador, conciliador, sin odios para nadie, tolerante con los enemigos. Daban con frecuencia a su grandeza un sentido místico o interpretaban sus heroicas acciones y su pensamiento de un modo romántico, desligándolo de los problemas apremiantes de la nación cubana. Y en primer plano, su faceta de escritor
Esto no fue obstáculo para que los hombres progresistas presentaran la verdadera imagen de Martí
Los tergiversadores no pudieron evitar que las fuerzas más conscientes y avanzadas del país presentaran constantemente al Maestro no solo como eximio poeta, orador, periodista, maestro, etc., sino también como un héroe que entregó total y abnegadamente la vida a la independencia de su patria, como un combatiente de vanguardia que se destacó por su rebeldía indomable, su identificación con los humildes, su antimperialismo, su firmeza de principios, su espíritu de lucha y sacrificio
Esto propiciaba que cada día creciera más en Fidel y su generación la imagen de Martí
A medida que iba siendo conocida en toda su magnitud aquella imagen suya que se iba adentrando en el corazón de los cubanos desde la niñez, Martí se agigantaba hasta convertirse en guía y paladín de la lucha por la transformación de la sociedad cubana. Los jóvenes crearon en 1952, y como uno de los primeros pasos en la lucha contra la dictadura, una organización basada en el ideario de nuestro Héroe Nacional: la Unión Martiana de la Juventud
Se convirtió Fidel en el abanderado de esas ideas martianas. ¿Cómo se inicia este liderazgo?
El año 1953 ofrecía un marco histórico adecuado para que cuajara el movimiento de protesta y de lucha de la juventud. Se conmemoraba el centenario de José Martí y en respuesta a los agasajos oficiales llenos de hipocresía y de cinismo era necesario rendirle el Maestro el único homenaje real y merecido: el del combate por conquistar la patria que él soñó.
Se realiza en la noche del 27 de enero de 1953 el Desfile de las Antorchas. Entre aquellos jóvenes se hallaban muchos de los que seis meses más tarde plasmarían en la redención armada las ansias de liberación de su pueblo. En el marco de los cien años del Apóstol aparecía la acertadamente llamada: juventud del centenario. Al frente de ella marchaba Fidel. Ya habían encontrado un jefe –como expresara Raúl- e iban en busca de nuevos caminos
En su respuesta al golpe militar de Batista, la juventud, dirigida por Fidel esgrimió las ideas martianas
La implantación de una cruel dictadura hizo que se desbordara su rebeldía. En su respuesta al golpe miliar están patentes en Fidel y los jóvenes liderados por él los mismos sentimientos de odio al despotismo y la tiranía que caracterizaba a Martí dese que a los dieciséis años escribiera su poema “Abdala”. Más de una vez repetiría Fidel este conocido pensamiento martiano: “La libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”
¿Algunas coincidencias?
Al igual que José Martí desenmascaró en su época al reformismo y al anexionismo como enemigos de la independencia de Cuba, proclamó la inevitabilidad de la lucha armada contra el colonialismo español y se dio a la tarea de organizar la “guerra necesaria”; así Fidel llegó a la conclusión de que solo quedaba un camino al pueblo de Cuba para conquistar la independencia y la libertad, el camino de la lucha armada, y comenzó los preparativos de la insurrección
Esa fue la línea de nuestra revolución: la guerra necesaria
Nuestra revolución siguió siempre esa tónica, esa prédica y ese estilo martiano. La lucha de nuestro país fue consecuencia de una situación en que todos los caminos estaban cerrados, en que no había otra alternativa. En esas condicione hubo que desarrollar una lucha violenta, sangrienta. Esto fue explicado por el propio Fidel en 1971 en Chile. El primer legado de Martí a las generaciones que le siguieron: el de la lucha a muerte contra la opresión extranjera y el despotismo
¿Consideraciones finales?
Cada episodio de la vida de nuestro Héroe Nacional, hasta el mismo instante de su caída gloriosa estuvo en la mente de Fidel y su generación. Es un episodio de la lucha por la independencia de la patria, por las libertades y derechos democráticos del pueblo. Una de las más altas expresiones de ese influjo martiano en Fidel es el juicio de los sucesos del Moncada y en particular La historia me absolverá.