“(…) nos deja Blas un legado que debemos asumir consecuentemente todos los revolucionarios y en particular los cuadros presentes y futuros de nuestro país: su ejemplo de modestia, de humildad, de naturalidad, de sencillez; su extraordinaria sensibilidad humana; su invariable afán de ser útil a los demás; su característica de predicar con el ejemplo; el hecho de poner siempre por delante de todo la Revolución y el Partido”.
Riferimento al testo originale:
Discurso pronunciado en el acto de despedida de duelo del compañero Blas Roca Calderío. Ciudad de La Habana, 26 de abril de 1987