Han transcurrido 15 años. Dicho así parece lo cotidiano, pero cuando se trata de algo tan valioso para los cubanos y,  en especial,  para el pueblo granmense como la inauguración de cuatro importantes programas de la Revolución, el tiempo cobra mayor significado.
 
Del 28 al 30 de marzo de 2002 fueron días inolvidables para esta histórica tierra del oriente cubano, no solo por lo referido, sino porque un hombre de estatura de Gigante caminó con su paso largo y fuerte las calles de los municipios de Bayamo, Manzanillo, Campechuela, Pilón y Buey Arriba, estrechó cientos de manos, e hizo sentir su presencia de Líder, camarada, amigo…
 
Quedaron inaugurados en Granma los cursos de superación integral para jóvenes, las academias de Artes Plásticas, el de salas de televisión en barrios no electrificados y la introducción de la Computación en la Enseñanza Primaria.
 
Además, multiplicó su voz potente y capaz de serenar y dar confianza, en la Tribuna abierta, efectuada en Buey Arriba, ahora con la satisfacción de haber hecho realidad promesas, retos y sueños por los que él y sus barbudos expusieron una y otra vez la vida.
 
Hoy no está físicamente entre nosotros, pero permanece intacto en el recuerdo y el corazón de un pueblo que disfrutó con sano orgullo tenerlo por tanto tiempo seguido aquí, abrazando con ternura a los niños o besando la mejilla de las mujeres.
 
Fidel estuvo en Manzanillo el jueves 28, poco después de las 3:00 de la tarde participó en la apertura oficial de la Academia de Artes Plásticas Carlos Enríquez, con la presencia de Alberto Lezcay,  Roberto Fabelo, Alexis Leyva (Kcho) y otros importantes creadores del país, que  inició con 20 estudiantes: 10 de Manzanillo e igual cantidad de Bayamo, en las especialidades de pintura, escultura y grabado, con talleres opcionales.
 
Luego el Comandante y sus acompañantes siguieron hacia la Plaza Celia Sánchez Manduley, donde aseguró:  “Estamos cultivando conocimiento, cultura y ciencia”, al dar una oportunidad en las aulas a 12 mil 340 jóvenes, para graduarse de la Enseñanza Media Superior y acceder a la Universidad, gracias a la nueva iniciativa del gobierno revolucionario.
 
Al día siguiente, el 29, el Hombre de talla inmensa puso a disposición de los 110 habitante de El Puntico, en Campechuela, una sala de televisión, con paneles solares, denominada Julio Antonio Mella, opción que cambió la vida de muchos, porque no solo propicia ver la TV, sino que funciona como centro social, de reunión, para servicios de rehabilitación a pacientes con discapacidades, juegos didácticos y terapias contra las adicciones.
 
También ese propio día 29, el Líder Histórico de la Revolución, en el colegio multigrado Enma Rosa Chuy, en la zona rural de Saturnino, en Pilón, introdujo  la Computación en la Enseñanza Primaria.
 
Allí, el Comandante recordó etapas de la lucha revolucionaria en la Sierra Maestra y, que cerca pasaron él y otros combatientes después del desembarco del yate Granma, el 2 de diciembre de 1956 y el desastre de Alegría de Pío.
 
Mencionó éxitos de la Revolución y auguró otras conquistas: “Este es uno de los más importantes programas para el futuro y destino de nuestra Patria. ¡Ya lo veremos!”, apuntó.
 
Además, precisó que para lograrlo se dotaron de paneles solares a mil 944 centros y ensamblaron 24 mil computadoras, con un coste de 15 millones de dólares.
 
Los boyarribenses también se estremecen al recordar aquel sábado 30 de marzo, cuando más de 25 mil personas participaron en la Tribuna abierta, en la que se evocó la alegría y la emoción de los presentes y el Barbudo mayor patentizó la confianza de la máxima dirección del país en este territorio de  heroísmo y lealtad.
 
Por estos días es mayor la presencia de quien trajo la libertad y la soberanía a Cuba,  y para los granmenses, sus pasos retumban nuevamente por la provincia escenario de hechos históricos esenciales para el triunfo de la Revolución.
 
Fidel nuevamente está aquí, y estará para siempre en cada hombre o mujer de Granma.