Informatizando la esperanza
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Durante una visita a la Universidad de La Habana en 1969, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz preguntó si podría diseñarse y construirse en Cuba una computadora digital. Los jóvenes ingenieros allí presentes en esa madrugada respondieron que sí, y se dedicaron a dar forma al sueño.
El 18 de abril de 1970 fue presentaba a Fidel la CID 201: la primera computadora cubana. El equipo se construyó a partir del empeño de ingenieros, físicos y matemáticos, quienes contaron con todo el apoyo del Comandante para obtener partes y piezas en el extranjero, empresa difícil, pues tuvieron que circunvalar el cerco impuesto por el bloqueo norteamericano contra nuestro país.
La anécdota histórica la conocí durante la celebración de la 16ta. Feria y Convención Internacional Informática 2016, celebrada el pasado marzo en La Habana, al ser contada por algunos de sus protagonistas.
El mismo Fidel la recordaría el 7 de marzo de 2006, en el acto de inauguración de 300 nuevos Joven Club y el aniversario 15 del Palacio Central de Computación, cuando explicó: «Mis primeros contactos con la computación fueron a través de la universidad (…) cuando comenzaban a expresarse algunas aspiraciones de poder introducir la computación (…). No había suficientes medios, ni siquiera había suficiente información sobre esta nueva técnica, (este) colosal medio de comunicación. (…) Me llamaba la atención, me interesaba buscar algunos recursos, pero eran muy pocos». Sus palabras quedaron recogidas en un material especial que hoy está publicado en el canal de Videos Cuba Hoy en YouTube, titulado Fidel Castro: sobre la informatización de la sociedad.
El interés del líder histórico de la Revolución Cubana por las Tecnologías de la Información y la Comunicación fue congruente con la democratización del acceso al conocimiento concretada e impulsada por él mismo en 1961, cuando más de 250 000 jóvenes se sumaron a la Campaña de Alfabetización.
También fue una preocupación de Fidel que nuestro país se insertara en el campo de la informática, y el empeño por crear la primera computadora permitió usar el modelo inicial —y sus sucesores— en áreas productivas clave, como la zafra azucarera y el control de ferrocarriles, especialmente en la década de los 70.
El Comandante en Jefe nunca dejaría de impulsar el desarrollo tecnológico del país. Su pensamiento estratégico fue (es) tan preclaro, que en la década de los 80 creó otro movimiento destacado en el acceso a las nuevas tecnologías: los Joven Club de Computación y Electrónica.
Una computadora para la familia cubana
En el verano de 1987 se organizó una exposición de las Brigadas Técnicas Juveniles que incluyó equipos computacionales, los cuales tuvieron una amplia aceptación entre las nuevas generaciones.
Fidel conoció del éxito de este evento, y en reunión con el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas decidió la creación de los Joven Club de Computación y Electrónica, con la misión de proporcionar una cultura informática a la comunidad, priorizando niños y jóvenes. Era el 8 de septiembre de 1987.
Inicialmente se instalaron 32 Joven Club en todo el país, una forma de probar la idea inicial. Al ver los resultados, se fomentó más este programa hasta que, al menos, existiera una instalación por municipio. En la actualidad hay unos 600 Joven Club en todo el país, lo que equivale a un centro por cada 18 000 habitantes. De estos, 138 radican en comunidades rurales y 39 fueron instalados en regiones montañosas.
De los Joven Club han recibido diplomas de graduados en varias áreas de la computación más de dos millones de cubanos, y son muchos más los que acceden a sus instalaciones para conocer la magia oculta entre bits y bytes en sus 29 años de creados.
Acaso por ello Fidel estampó una dedicatoria en ocasión del aniversario 15 del Palacio Central de Computación, en 2006, donde afirmó: «Soy hoy 7 de marzo, por todas las razones del mundo, el revolucionario más feliz».
Un centro de nuevo tipo
Quienes vivieron los años fundacionales de proyectos informáticos en Cuba seguro poseen muchas historias para añadir a este artículo, incapaz de recoger toda la obra de Fidel en el campo de la informatización.
Sin embargo, quizá coincida conmigo en que una de las obras más grandes previstas por el Comandante en Jefe para contribuir a la informatización de la sociedad cubana se encuentra en la carretera que conduce a San Antonio de los Baños.
Se trata de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), fundada en 2002, la que, como dijera Fidel al clausurar el 8vo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, surgió por la aspiración de «contar con centros de excelencia en la educación superior».
«Fidel, como estratega fundacional, recomendó que la universidad fuese concebida como un centro de nuevo tipo, de alcance nacional, de características atípicas y tareas concretas en el proyecto de la informatización de la sociedad cubana, con énfasis en la producción de software», recuerda el sitio web institucional de la UCI.
Como parte de su trabajo formador, en la casa de altos estudios más del 60 por ciento de los estudiantes están incorporados a proyectos productivos e investigativos de software, en interés de la informatización de la sociedad cubana sobre diversas líneas de desarrollo.
Asimismo, el centro atesora obras de importantes artistas, entre las que se destaca el complejo escultórico obsequiado a Fidel en su cumpleaños 80, elaborado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, lo que le da un valor agregado a la institución.
Transcurridas sus primera diez graduaciones, la UCI ha aportado al país más de 14 000 ingenieros.