Ténganme por uno de ustedes: Fidel y los periodistas
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Los pocos reporteros presentes en el Instituto de Meteorología olfateaban que algo iba a pasar aquella madrugada de septiembre de 1998 además de la probabilidad de que el huracán Georges se acercara a nuestro archipiélago. Y así fue. De repente entró el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la sala dispuesta para los pronósticos y el seguimiento al fenómeno atmosférico.
El tema meteorológico se imponía, pero llegaron otros como la historia y la cultura, a partir de las preguntas del líder de la Revolución cubana, y la jornada se hizo extensa pero gratificante en tanto instructiva.
Dicha inmensa para este redactor aquella oportunidad. Después vinieron otras en las jornadas del VII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, Upec, en marzo de 1999, y los plenos ampliados que le siguieron. En la Sala 3 del Palacio de Convenciones, durante varias sesiones, Fidel nos habló como quien lo hace entre colegas. Dijo más: “Me gusta el oficio, de verdad… Ténganme por uno de ustedes”.
Y es que a su estatura de político siempre ha integrado también la del periodista. Desde joven incursionó en el periodismo revolucionario, no como medio para ganarse la vida, sino como arma política para difundir ideas, verdades, y con ello denunciar, orientar, movilizar.
Los archivos de muchos medios de prensa guardan un sinnúmero de artículos. Uno encuentra en el periódico Alerta quizás el primero de estos materiales, con data en 1952, justo el 28 de enero, en cuyas líneas acusa al presidente de la República, Carlos Prío Socarrás, de traición a la patria, por fomentar el latifundio y provocar un cuadro de corrupción en las esferas de poder, y de miseria entre las masas populares del país. Tal realidad se propuso dar a conocer al pueblo.
Por entonces su firma apareció en otros medios: El Acusador (con el seudónimo de Alejandro); también en Bohemia, La Calle, La Palabra…, mientras su voz recorría emisoras de radio, como la COCO, sitio al que acudía con frecuencia y donde recibió el apoyo del destacado periodista Guido García Inclán; más tarde en plena Sierra Maestra junto al Che concibió y dio vida a Radio Rebelde.
Periodismo en el poder
El triunfo revolucionario trajo una nueva coyuntura. En los primeros tiempos fue sistemática su presencia ante las cámaras de televisión de la CMQ, en comparecencias esclarecedoras para el pueblo. En Cuba y más allá de nuestras costas lo vieron además como un hombre de la prensa. Justamente la primera visita del líder de la Revolución a los Estados Unidos respondió a una invitación de la Asociación de Editores de Periódicos del país norteño.
En quien se conjugan las virtudes de avezado político y periodista no puede faltar el manejo del factor oportunidad para las denuncias puntuales. Ejemplo fehaciente de ello lo dio muy al principio del triunfo revolucionario, en el propio enero, cuando organizó la Operación Verdad para refutar las campañas de calumnias de los grandes medios occidentales que cínicamente publicaban que en Cuba ocurría un baño de sangre, dado el quehacer de los tribunales revolucionarios que respondían a los reclamos de justicia del pueblo frente a representantes de los cuerpos represores de la tiranía batistiana.
Los centenares de periodistas que asistieron a La Habana, entre los cuales se hallaba Gabriel García Márquez, comprobaron la realidad de justicia. A los pocos meses, junto al Che, Fidel fundó la agencia latinoamericana de noticias Prensa Latina.
Antes, en la lucha insurreccional, oportunamente ofreció una entrevista al prestigioso reportero del diario The New York Times Herbert Mattews, para dar testimonio de que él y su plan de lucha armada revolucionaria estaban vivos.
Y si de acusaciones precisas hablamos, un suceso peculiar ocurrió muchos años después, en noviembre del año 2000, cuando al arribar al aeropuerto de Ciudad Panamá para asistir a la Cumbre Iberoamericana, convocó en breve tiempo a una conferencia de prensa para denunciar la presencia en aquella urbe de elementos contrarrevolucionarios, encabezados por el connotado terrorista Luis Posada Carriles, los cuales tenían el plan de hacer estallar el paraninfo de la Universidad cuando el Presidente cubano estuviera en un intercambio con profesores y estudiantes del centro, y otros invitados. La imputación pertinente posibilitó arrestar a los criminales.
La idea de fusionar importantes medios para dar lugar a Granma y Juventud Rebelde, diarios sobre los que además propuso los nombres, se inscribe en una nueva etapa del periodismo cubano iniciada en octubre de 1965.
Durante momentos singulares el órgano oficial del Comité Central del Partido fue su puesto de trabajo; desde la dirección del periódico, devenida centro de operaciones, escribió editoriales, trazó políticas, contactó con ministros, funcionarios y los pro- pios periodistas. ¿El horario preferido? Las noches y madrugadas .
Ese proceder lo había empleado en la redacción del periódico Revolución, donde redactó los cinco puntos de principios planteados por Cuba para resolver la crisis de Octubre, en 1962.
Fidel siempre impresiona, me han contado varios colegas que coincidieron con él en las noches de Granma, y lo he comprobado en lo personal. El Comandante en Jefe tiene hábitos propios de periodistas: mantenerse informado de cuanto ocurre en el mundo, leer cada texto, sobre todo informativo, que procura o le cae en las manos, hacer preguntas…
Soldado de las ideas
La nueva centuria llegó con sus retos y rigores. El afán del jefe de la Revolución revela el valor inestimable que siempre le ha otorgado al periodismo. No por casualidad en los primeros años del siglo XXI calificó a la prensa revolucionaria cubana como un baluarte para llevar adelante la Batalla de Ideas.
Fueron iniciativas suyas por esa fecha la creación de los programas televisivos Mesa Redonda y Universidad para Todos; de este último el curso inaugural tuvo por tema la enseñanza de las técnicas narrativas.
Hace casi un decenio, en medio de los avatares que la vida impone, el líder de la Revolución decidió por trinchera la letra impresa. Entonces apuntó desde el momento inicial: “Deseo solo combatir como un soldado de las ideas”.
Su incursión periodística destella con la publicación sistemática de artículos periodísticos sobre diversos temas.
En estos textos uno aprecia entre otros elementos de estilo el empleo de la síntesis, títulos certeros, mensajes comunicativos directos, el recurso de la reiteración para insistir en un propósito.
Y en ese camino más de una vez ha llamado la atención acerca de cuánto debemos prepararnos para responder eficazmente ante los avances tecnológicos del mundo de hoy.
En consecuencia, al abogar por el uso inteligente y colectivo de la red de redes en favor de las causas justas, ha dicho: “Internet es un instrumento revolucionario que permite recibir y transmitir ideas, en las dos direcciones, algo que debemos saber usar…” “Internet parece inventada para nosotros”.
Vuelvo a recordar aquella madrugada de septiembre de 1998. El huracán Georges estaba por pasar sobre nuestra región de Centroamérica y el Caribe. Probablemente en el pensamiento avezado del Jefe de la Revolución cubana ya se gestaba la idea, materializada breve tiempo después, de enviar brigadas médicas, y con ellas reporteros de prensa, a los lugares dañados. Oportunidad de solidaridad y de informar sobre el sueño posible de reducir indicadores negativos en la esfera de la salud, prevenir enfermedades, promover una vida más sana y duradera.