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Un gran jugador de baloncesto

Con 16 años conocí a nuestro Comandante en Jefe, cuando iba con nosotros a jugar baloncesto a la Ciudad Deportiva, a altas horas de la noche. Tuve la responsabilidad en muchas oportunidades de defenderlo porque jugamos en equipos contrarios, y también el privilegio de protegerlo porque nunca le di un golpe aun cuando lo defendía como él quería, con agresividad. Me enseñó muchas cosas, fue un seguidor y un orientador de mi carrera deportiva y ese es un privilegio que tengo, y una motivación muy grande que ha marcado mi vida personal y mi vida como deportista.

Fonte: 

Revista Cultural Cubana, La Jiribilla
31/07/2008