Las masas camagüeyanas, arraigadas en el prestigio adquirido por el Ejército Rebelde y su Comandante en Jefe, 53 años atrás vislumbraron lo que se avecinaba tras la victoria del Gran Enero de 1959. Mostraron su júbilo al cuarto día del triunfo contra la dictadura pro yanqui durante el tránsito por la provincia de la Caravana de la Libertad que recorría el territorio nacional. Rememorando el histórico acontecimiento, el compañero Fidel expresó:

[...] hay una cuestión de simpatía espontánea por parte del pueblo de Camagüey, porque eso se demostró a nuestra llegada cuando el triunfo de la Revolución, se demostró en el acto que se dio aquí. Camagüey no es de las provincias que tienen más habitantes […], sin embargo, el acto público que se dio en Camagüey fue un acto gigantesco […]

Aquel día, después de ultimar detalles con la Dirección Provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio acerca de la situación imperante, el máximo líder de la Revolución cubana se dirigió personalmente y en vivo a camagüeyanas y camagüeyanos.

Siete años de tiranía han enseñado mucho a nuestro pueblo, siete años de tiranía nos han enseñado sobre todo, que nuestras libertades no podemos nunca más perderlas de nuevo [...]. La libertad no es todo. La libertad es la primera parte, la libertad para empezar a tener el derecho a luchar [...]

Acto seguido, precisó: Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda hablar y caminar sin que lo maten. Patria es el lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente [...]. Patria es el lugar donde no se explotan a los ciudadanos, porque si se explota al ciudadano, si se le quita lo que le pertenece, si se roban lo que tiene, no es Patria.

De esta manera, Fidel Castro le dejaba a herederas y herederos de Ignacio Agramonte, uno de los padres fundadores de la nación cubana, la indicación de asumir los ulteriores cambios de la sociedad como el inicio de la coronación de la lucha comenzada el 10 de octubre de 1868, cuya evidencia tenía que transitar por convertir en sinónimo los conceptos de Libertad, de Patria y de no explotación.

En correspondencia, de manera natural y cada vez mayor ha sido nuestro respaldo al Líder Histórico de nuestra Revolución, desde el apoyo a las medidas y leyes que se implantaron a partir de 1959 hasta nuestros días.

Así, agramontinas y agramontinos hemos revitalizado la importancia de la histórica región camagüeyana en todo el archipiélago nacional, y le damos nueva vida a lo exclamado por El Generalísimo, Máximo Gómez, al calor de la Guerra de 1895: […] yo, sin el Camagüey me puedo sentir guerrero, pero no revolucionario.

De modo que escapa a la casualidad el hecho de que esta porción centro-oriental de la Isla reflejara el mayor por ciento de identificación con la Revolución Cubana (97,87) en febrero de 1959; que el 1ro. de Mayo siguiente, al participar en el acto por el Día Internacional de los Trabajadores, el Comandante Camilo Cienfuegos se sintió en la necesidad de aclarar el apoyo popular que recibió a su paso por estas tierras, y hablara del Camagüey que marchaba a la vanguardia revolucionaria; y que un mes después, fuera la provincia del país que mayor por ciento exhibía (85,20) de personas que estaban completamente de acuerdo con la Reforma Agraria.

Resultó coherente, pues, que el 21 de octubre del mismo 1959 camagüeyanas y camagüeyanos protagonizaron lo que quizás sea la Primera Marcha del Pueblo Combatiente en Cuba, encabezada por Fidel Castro para desarticular la traición de Hubert Matos, con lo que se sentaban las bases de lo distintivo del posterior quehacer revolucionario en ese territorio.

He aquí razones que me llevan a sostener: Fidel Castro llegó para siempre al Camagüey.