Discorsi

Palabras pronunciadas por el Comandante Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el Castillo de Moritzburg, Halle, el 15 de junio de 1972, "Año de la Emulación Socialista".

Data: 

15/06/1972

Querido compañero Honecker;
Querido compañero Comandante de la División soviética;
Querido compañero Primer Secretario de Halle;
Queridos amigos de Halle;
Queridos compañeros:

Si realmente alguien se hubiera propuesto establecer un recuerdo que no se borrara más, eso es lo que ha ocurrido hoy en la ciudad de Halle; si una comunidad se hubiera propuesto conquistar el corazón de una delegación no habría podido hacerse nada más perfecto que todo lo que ha ocurrido en el día de hoy para que nosotros nos hayamos sentido conquistados por este pueblo.  Ha sido un día intenso, un día vertiginoso, no un día fatigoso, nadie está fatigado aquí (Aplausos).  Ha sido un día de emociones, ha sido un día en que hemos vivido la historia de toda esta comunidad, ha sido un día de masas, un día de proletarios, un día de jóvenes, un día de niños, un día de alegría, un día de deportes, un día de música, un día de hermandad, un día de solidaridad:  ha sido un día de comunistas (Aplausos).

Solo en una época como esta, en un país como este, en un punto como este, en una frontera como esta, en una revolución como esta, se habría podido producir este encuentro y se habría podido producir este día.  Pero además, hemos tenido la enorme satisfacción de contar con la presencia del compañero soviético, que nos trajo el saludo de los soldados y oficiales de su división.

Ya nuestro país lleva unos cuantos años de contacto y de relaciones con los soldados soviéticos, porque después del triunfo de la Revolución en Cuba, cuando los imperialistas se preparaban a agredirnos y nosotros no teníamos armas, recibimos las primeras armas soviéticas (Aplausos):  tanques T-34, cañones 55, 75, 85, morteros de 82, morteros de 120, obuses de 122, y habíamos recibido además algunos fusiles, algunas ametralladoras, las primeras armas.  Con las primeras armas llegaron los primeros especialistas soviéticos, pero había muy poco tiempo, se acercaba la agresión de los imperialistas, entonces nosotros tuvimos que aplicarnos mucho, aprender rápidamente a manejar todo aquello.  Los imperialistas creían que no teníamos tiempo.  Pero estudiábamos por la mañana, por el mediodía, por la tarde y por la noche, y cuando llegaron los invasores de Girón, entonces tuvimos oportunidad de probar todas esas armas y ver su eficiencia.  En menos de 72 horas no quedó ningún mercenario en Playa Girón (Aplausos).

Después de eso llegaron más armas:  cohetes tierra-aire, samaleots (Risas), llegaron armas más modernas todavía, los T-55.  Yo no había mencionado los Sau-100 que estaban antes de Girón y que también combatieron en Girón y que son muy buenos.  Y llegaron muchos más equipos, muchas más armas.  Los vietnamitas saben qué buenos son los cañones del 130, porque con la artillería del 130 han hecho verdaderas proezas allí en Viet Nam.

Después se continuaron desarrollando las relaciones, el entrenamiento, muchos de nuestros compañeros oficiales estudiaron en la Unión Soviética.  Se desarrollaron nuestras fuerzas armadas modernas.  Hemos estado juntos en algunos momentos difíciles, juntos estuvimos en la Crisis de Octubre y nosotros no podemos olvidar el espíritu de los soldados soviéticos y los oficiales soviéticos en aquellos días críticos, en que los imperialistas apuntaban con muchas armas nucleares sobre Cuba.  Pero nadie estaba preocupado, todo el mundo estaba sereno, todo el mundo estaba preparado para cumplir su tarea. Recordamos el día en que nos cansamos ya de que los aviones estuvieran pasando por arriba y abrió fuego la artillería antiaérea cubana y abrieron fuego también los cohetes soviéticos y un avión espía desapareció (Aplausos).

Se puede decir sin exageración, que juntos los soldados soviéticos y los soldados cubanos vivimos los primeros tiros de una guerra nuclear. Lo cual demuestra una cosa, que los imperialistas no nos pueden intimidar con ningún arma, con ninguna amenaza.

Vinieron después las fórmulas y las soluciones, pero podemos decir que ni un solo soldado soviético, ni un solo soldado cubano, ni un solo ciudadano cubano vaciló en aquellos momentos difíciles y esos momentos no los podremos olvidar (Aplausos).

Desde entonces continuaron desarrollándose nuestras fuerzas armadas y hoy día los imperialistas miran con respeto a Cuba, porque saben que no es un paseo militar conquistar a Cuba.

De este modo en estos años, a pesar de que nuestra Revolución es nueva, se han ido desarrollando nuestros vínculos con el campo socialista, con la Unión Soviética, con la RDA, con los comunistas soviéticos, con los comunistas de la RDA, con los soldados soviéticos, con los soldados de la RDA, con los soldados del campo socialista.

Nosotros agradecemos mucho las palabras del compañero Jefe de la División, agradecemos mucho el obsequio.  Se produce aquí una escena más, culminante del día de hoy, una escena de internacionalismo, de amistad, de unidad, de fuerza, de conciencia y de sentimiento común del campo socialista, porque además se han reunido de tal manera los factores, que aquí están los soviéticos, aquí está la RDA, aquí están los vietnamitas y aquí está Cuba (Aplausos).

Y lo que la historia demuestra es que los comunistas siempre han sabido ser buenos soldados, buenos combatientes, verdaderos héroes, porque los comunistas no luchan por ellos mismos, luchan por los demás, luchan por sus hermanos, conocen y sienten la solidaridad, conocen y sienten el internacionalismo.

Recordemos desde los primeros tiempos, si se quiere desde la época de Roma, los primeros comunistas que fueron los esclavos dirigidos por Espartaco; recordemos a los obreros de la Comuna de París, el valor con que combatieron y lucharon; recordemos a los héroes de las brigadas internacionales que combatieron al fascismo en las trincheras de Madrid y en las trincheras de España; recordemos a los heroicos soldados soviéticos de Leningrado, de Odessa, de Sebastopol, de Stalingrado (Aplausos); recordemos a los heroicos combatientes de Viet Nam, cómo se han enfrentado a la tecnología y a los bombardeos de los imperialistas yankis; recordemos a los combatientes de todas las épocas; recordemos a los valerosos obreros de Leuna; recordemos a los que construyeron los primeros tanques (Aplausos) y a los que murieron en 1921.  Y recordemos también, humildemente, a los compatriotas cubanos que han caído defendiendo la primera revolución socialista de América.

Y les podemos decir a los compañeros soviéticos, a los compañeros de la RDA, a la comunidad socialista, que el pueblo cubano defiende firmemente su Revolución próxima a Estados Unidos, que el pueblo cubano no ha tenido una sola vacilación frente a los enemigos imperialistas, que el pueblo cubano se mantiene y se mantendrá con absoluta firmeza consolidando su Revolución (Aplausos), que Cuba con la cooperación de la URSS y del campo socialista saldrá adelante; que las ideas revolucionarias avanzan, avanzan en la América Latina, avanzan en los propios Estados Unidos, y que no estará muy lejana la época en que los sueños de Marx, de Engels, de Lenin, de Liebneck y de Thaelmann sean una realidad para todo el mundo, el día del triunfo de las ideas gloriosas e invencibles del socialismo y del comunismo en todo el mundo (Aplausos).

Brindamos por la comunidad socialista, por la Unión Soviética, por la RDA, por Viet Nam, por nuestra unidad, por nuestra amistad, por nuestra victoria (Aplausos).

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