Carta de Fidel Castro a Juan Pablo II
Su Santidad:
Deseo enviarle el más cálido saludo y mi gratitud por las palabras amistosas de su parte que me transmitió la Madre Tekla, y un bello obsequio de su parte.
Gran alegría experimento al apreciar cuánto y con cuánta energía ha recuperado usted su salud, a la vez que jamás se ha visto decaer su admirable espíritu de trabajo y de lucha.
Nuestro mundo convulso y sufrido necesita más que nunca su obra de paz, justicia y solidaridad, entre los seres humanos y los pueblos.
Admiro cada vez más su estoicismo y su férrea voluntad en el desempeño de su noble y humana tarea.
Le deseo prolongada salud que le permita continuar su prédica en favor de los pobres y desposeídos de la humanidad. En ella le acompañarán el número creciente de los que albergamos los mismos sentimientos y esperanzas.
Lo felicito por el magnífico contingente de excelentes personas de la Iglesia Católica que he tenido el privilegio de conocer después de su apreciada visita a nuestra Patria y le ruego me excuse de estas precipitadas e informales líneas que le escribo antes de despedir a la Madre Tekla y otras personas que le acompañan.
Ella le contará los intensos esfuerzos que se realizan para la pronta inauguración de la misión de la Orden de Santa Brígida en Cuba. Será un excelente paso en el desarrollo de nuestras relaciones a las que su visita a Cuba dieron un inolvidable y sólido impulso.
Espero que en medio de su continuo e incesante batallar intenso tenga la oportunidad propicia de volver a saludarlo.
Le deseo el mayor de los éxitos en su lucha por la paz y la globalizacíón de la solidaridad. Los hechos que ocurren cada día demuestran la urgencia de alcanzar estos ineludibles objetivos.
Fidel Castro Ruz
Nov. 10 del 2002