DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL ACTO EFECTUADO EN LA SECUNDARIA BASICA XIII CONGRESO OBRERO, EN AGUACATE, LA HABANA, EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 1972, "AÑO DE LA EMULACION SOCIALISTA"
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Señores invitados;
Compañeros trabajadores, profesores, alumnos, familiares y vecinos:
El 20 de septiembre del pasado año, cuando se inauguraba la sexta escuela de este tipo de construcción, sexta escuela secundaria básica en el campo, en Guane, explicábamos cómo una enorme masa de estudiantes incrementaba el número de los alumnos de secundaria básica; que aun cuando aquel año se habían terminado varias escuelas, era prácticamente nada en comparación con el número de nuevos alumnos que ingresaban en las secundarias básicas. Explicábamos que por esas y otras razones, en el plan de 25 escuelas, que inicialmente se había considerado para el año 1972, se iba a realizar un esfuerzo grande para tratar de elevarlo a 40; y que aun con 40 nuevas escuelas secundarias no era suficiente para asimilar toda la masa de nuevos estudiantes.
Desde esa fecha el sector de la construcción quedó comprometido a construir 40 escuelas de este tipo.
No ha sido una tarea fácil. Estas escuelas, ustedes las ven: no es solo su dimensión; llevan gran cantidad de materiales de todo tipo, y de materiales sobre todo para la terminación, que va desde la pintura hasta el tendido eléctrico. Además, el año que acaba de transcurrir ha sido un año lluvioso, fuertemente lluvioso, que puso a prueba la voluntad y el tesón de los constructores.
Pero el esfuerzo dio como resultado el cumplimiento del plan y más aún el sobrecumplimiento del plan de secundarias básicas. Porque, en realidad, el plan era de 40, pero en estos instantes se están inaugurando 44 escuelas secundarias (APLAUSOS). Es decir, son 44 nuevas escuelas terminadas después del 20 de septiembre del año pasado; se fueron terminando en el transcurso de ese período, pero la inmensa mayoría se construyeron ya en los meses próximos a septiembre de este año.
El número de escuelas terminadas por provincias son: 2 en Pinar del Río, 17 en La Habana, 4 en Isla de Pinos, 4 en Matanzas, 8 en Las Villas, 2 en Camagüey y 7 en Oriente.
Pero las brigadas de construcción no se han limitado solo a terminar estas escuelas, sino que ya hay decenas y decenas de nuevas escuelas en distintas fases de construcción, puesto que cada brigada sigue una secuencia: termina el movimiento de tierra de una de las escuelas y va para otra; y las brigadas de izaje van detrás. De modo que cuando se han terminado 40 y tantas, hay un número mayor en proceso de construcción.
A pesar de estas 44 escuelas, el número de alumnos que ingresa en secundaria básica este año, el incremento en las secundarias básicas es superior a los alumnos que pueden ingresar en esas 44 escuelas. Aparte de los alumnos que van a estudiar para maestros y para distintas ramas, solo al nivel de secundaria básica han arribado aproximadamente 30 000 nuevos alumnos.
Es decir que a pesar de nuestro esfuerzo, la demanda todavía está por encima de las capacidades.
También en aquella ocasión hablábamos de las ideas con relación a 1973, 1974 y 1975. Se hablaba de que para 1975, el país podría disponer de un total aproximado de 300 escuelas; y se hablaba también de alcanzar una capacidad de construcción de 100 por año, en 1975.
Posteriormente analizándose más y más todas nuestras posibilidades, y a medida que se ponían a plena producción la fábrica de cabillas, se terminaban y se ponían en producción fábricas de cemento, y se hacían nuevas instalaciones de materiales se vio que aún era posible hacer un plan más ambicioso. Desde luego, esto sin dejar de tener en cuenta el incremento en la construcción de viviendas, el incremento en la construcción de lecherías, el incremento en construcciones industriales, el gasto de materiales en los mantenimientos, etcétera. Se decidió pues incrementar el plan de construcciones escolares que no comprende solo secundarias, sino también escuelas politécnicas, institutos tecnológicos, escuelas de maestros, y otras.
Cuando hablamos de capacidades, nos referimos a la capacidad que tiene una de estas escuelas; cuando se dice que se han creado capacidades para 22 000 estudiantes, son las equivalentes a 44 de estas escuelas.
También se están construyendo los otros tipos de escuelas a que nos referíamos, y que constituyen capacidades para estudiantes de nivel medio.
Alcanzaremos en el año 1973 una cifra superior a la que inicialmente se había concebido para el año 1975. En 1975 se consideró la posibilidad de llegar a construir capacidades para 50 000 estudiantes, pero ya el próximo año realmente se construirán capacidades para alrededor de 80 000 estudiantes de nivel medio (APLAUSOS).
Hay en este momento más de 100 brigadas de construcciones escolares constituidas, y la mayor parte ya están trabajando en la construcción de Secundarias Básicas, escuelas politécnicas, escuelas de maestros, institutos tecnológicos y escuelas de otro tipo, como es la escuela vocacional que se construye a ritmo rápido en la provincia de La Habana.
y calculamos que, manteniendo el esfuerzo de este año y teniendo en cuenta la mayor experiencia de los constructores, el desarrollo de la industria de materiales, el aumento de la productividad de las brigadas, será posible crear en todos esos tipos de escuelas capacidades para un número de estudiantes como el referido; es decir, casi cuatro veces la capacidad que se ha creado este año.
Debe añadirse, en mérito de los constructores, que se hizo un esfuerzo adicional, puesto que se analizaba lo que se construía en un año, y un año siempre termina en diciembre. Aquí se hizo un esfuerzo adicional y el año terminó en septiembre, y cuando se planteó el compromiso fue para septiembre. Es decir, ahora vamos de septiembre en septiembre. Si contamos este año entero se terminan unas cuantas escuelas de aquí a diciembre; pero esas no las contamos, esas las contamos en las capacidades de 1973, es decir las nuevas capacidades que entran entre septiembre de 1972 y septiembre de 1973.
Y cuando ya el próximo año se hayan creado esas capacidades, por primera vez las construcciones escolares para estudiantes de nivel medio se irán por delante de los incrementos de estudiantes en ese nivel. Es decir que si el año próximo ingresaran 35 000, 40 000 o el incremento total fuera de 50 000, nosotros nos vamos unos 30 000 por encima del incremento total.
Y no hay duda de que si se tiene en cuenta el enorme avance de la educación en Cuba, y los tremendos incrementos de las matrículas en el nivel medio, el lograr marchar por delante del número total de ingresos es sin duda un éxito notable.
Claro está que esto significará que un mayor número de estudiantes podrá incorporarse a este sistema. Es decir que si ingresan 30 000 nuevos, se pueden absorber los 30 000 nuevos y pasar decenas de miles de los que actualmente estudian en el viejo sistema a este sistema de estudio y de trabajo. Y por otro lado, los locales que ellos usan actualmente en las ciudades pasarán a engrosar las capacidades de las escuelas primarias.
Quiere esto decir que al construir secundarias básicas en el campo, estamos creando capacidades para incorporar a los jóvenes a este óptimo sistema de educación y, a la vez, estamos liberando capacidades para las escuelas primarias en las ciudades.
Es conocido que no todos los estudiantes de primaria ni mucho menos realizan sus estudios hoy día en óptimas condiciones. Son conocidos igualmente los casos en que solo se puede dar una sola sesión, por falta de locales. De modo que el programa de construcción de secundarias politécnicas, etcétera, tiene la ventaja no solo de combinar el estudio y el trabajo en los estudiantes de nivel medio, sino la posibilidad de crear capacidades también en la enseñanza primaria.
y así, el año próximo por esta vía se incrementarán notablemente los locales para la primaria, puesto que un número de estudiantes de los que irían a matricular en las escuelas medias de la ciudad irán a matricular en escuelas como esta.
A raíz del Congreso de nuestra Juventud, se habló extensamente acerca de las perspectivas de la aplicación de estos programas desde ahora hasta 1980, y se consideró la posibilidad, gracias precisamente a estos incrementos de productividad y de capacidad constructiva, de incorporar al sistema de estudio y trabajo, de ahora a 1980, un total aproximado de un millón de jóvenes.
Para lograr eso era necesario cumplir este plan, para lograr eso es necesario alcanzar el ritmo propuesto para el próximo año.
Infortunadamente en 1974 y 1975 todavía no podremos incrementar mucho más las construcciones escolares con relación a 1973, porque estaremos en el tope de nuestras producciones de materiales. Y están los programas de construcciones de lecherías, de viviendas y las demás construcciones. Pero también se están realizando las gestiones para ampliar la industria de materiales, se están realizando las contrataciones para adquirir nuevas plantas de cemento que nos permitan en el próximo quinquenio elevar nuestra producción de cemento, aproximadamente 5 millones de toneladas por año. Ya en 1973 estaremos en los 2 millones y un poquitico más; son las capacidades establecidas. Pero, claro, ya llegamos al tope.
En 1975 y sobre todo entre 1976 y 1977 tendremos grandes disponibilidades adicionales de cemento, con lo cual podremos impulsar el programa de viviendas mucho más, el programa de construcciones económicas y también nuestro programa de construcciones escolares.
Los 5 millones de toneladas de cemento, la experiencia, el crecimiento de las capacidades constructivas y de materiales de construcción en general nos permitirán virtualmente hacer lo que queramos.
Se está incrementando también ya la capacidad instalada de acero corrugado, para duplicar nuestra actual producción en Antillana de Acero; se están negociando nuevas plantas para la producción de muebles sanitarios y otros materiales necesarios. Se han adquirido numerosas plantas de producción de baldosas, plantas muy modernas en que un grupo muy reducido de obreros realiza la producción.
En muchas de estas escuelas ha habido que hacer el piso con el método tradicional, pero ya hay una nueva fábrica de baldosas en producción y cinco más construyéndose, que tendrán capacidad de producir unos 400 000 metros cuadrados cada una.
Los que estuvieron presente en la Plenaria de la Construcción recordarán el análisis que se hizo de que haciendo el piso de mosaico, para producir los mosaicos que se necesitaban, digamos, en 1975, harían falta unos 4 000 obreros, y que alrededor de 400 podían tener la misma producción en metros cuadrados si se trataba de baldosas.
De modo que al producir baldosas y emplear las baldosas en vez del mosaico ganamos, en primer lugar, un piso de más calidad, una productividad diez veces mayor en la industria y una productividad mucho más alta en los que colocan las baldosas en vez del mosaico.
De este modo sin renunciar a los mosaicos que producimos, porque nosotros —como hemos dicho otras veces— no podemos renunciar a nada, ni a un ladrillo, ni a un bloque, ni a un mosaico, porque ese mosaico lo necesitamos. Mientras haya un chinchal, aunque sea viejo, ese está produciendo mosaico por mosaico, ladrillo por ladrillo. La introducción de nuevas tecnologías no significa la renuncia ni mucho menos de cualquier vieja tecnología de construcción; porque no nos podemos permitir hoy por hoy el lujo de renunciar a un ladrillo ni a un mosaico, aunque la productividad sea mucho más baja. De este modo, repito, el sistema para la construcción de pisos que se desarrollará en la producción industrial que se va incrementando, es en base a baldosas de granito.
Cinco plantas se han adquirido. Y otras serán adquiridas en el futuro.
Para llegar a los programas de construcción de viviendas capaces de satisfacer nuestras necesidades, que son alrededor de 100 000 o más por año, toda la industria de producción de materiales tiene que ser incrementada.
Es cierto que con lo que se construye una de estas escuelas se pueden construir unas 150 viviendas. No podemos dedicarlo todo a construir escuelas, ni todo a construir viviendas.
Las construcciones de viviendas se han incrementado mucho, y en el año 1973 estaremos construyendo seis o siete veces por encima de lo que se construía de viviendas en 1970. El programa de construcción de lecherías también está incomparablemente por encima de las que se construían en 1970. En 1973 se construirán ya alrededor de 600 lecherías.
Comprendemos que 40 000 viviendas todavía es muy poco. Aunque se vean levantar muchos edificios, las necesidades acumuladas son muy grandes.
Pero en general, con la base material que se está creando, las técnicas de construcción nuevas, la elevación de la productividad, tan pronto esa base se haya desarrollado, en el próximo quinquenio podremos hacer en materia de escuelas y de viviendas y de lecherías y de construcciones de cualquier tipo, virtualmente lo que queramos.
Es por eso que, alcanzando una capacidad en construcciones escolares ya en 1973 para alrededor de 80 000 nuevos estudiantes, con los incrementos programados que tendremos en la industria de materiales, llegaremos perfectamente bien al cumplimiento del programa para un millón de estudiantes en 1980.
Cuando esto se haya logrado, también estamos conscientes de que habremos realizado la más grande revolución educacional que haya conocido ningún país (APLAUSOS) y la aplicación masiva de un óptimo sistema de educación con la participación en el desarrollo económico de nuestra juventud.
Porque hay un principio evidente: un país pobre no podría darle educación a todos, excepto que todos participen en las actividades productivas. Porque si no, tendría que condenarse a unos a no estudiar y solo unos pocos podrían estudiar. La participación de la juventud en los programas de desarrollo y en los programas productivos, permitirá igualmente al país hacer lo que quiera en el campo de la educación.
Hoy el costo de la educación se aproxima a los 500 millones de pesos. En 1980 el valor de la producción del millón de jóvenes estará por encima de todo el costo de la educación, aunque el costo de la educación sobrepase los 1 000 millones de pesos.
Esto es en el orden cuantitativo. Pero está el orden cualitativo: ¡en qué condiciones materiales va a estudiar esa juventud! Pero hay un aspecto cualitativo no solo material, sino también una cuestión cualitativa en lo pedagógico. Cada escuela de estas será un vivero de experiencias y de nuevos conocimientos, un vivero de nuevos cuadros y nuevos dirigentes para la educación.
Cuáles serán las condiciones de nuestro país cuando tengamos, no solo para una fecha como 1980, 1 000 000 de jóvenes incorporados a este sistema, sino también decenas de miles de profesores y cuadros educacionales cuya edad promedio estará por debajo de los 25 años. Creo que el país que logre eso, habrá creado posibilidades infinitas en el campo del desarrollo social, del desarrollo técnico, del desarrollo educacional.
Como no era solo una cuestión de escuelas, porque lo único que teníamos eran los muchachos, que han crecido en número, que con motivo del desarrollo de la enseñanza primaria llegan masivamente a sexto grado todos los años. Y en algunos lugares más que en otros. Nosotros recientemente, de visita por la zona de Pilón, en Oriente, íbamos por un camino rural: casas y más casas a cada lado. Y allí lo que había era un enjambre de muchachos. No se puede calificar de otra forma sino de enjambre de muchachos. ¡lncreíble! Y el país en cierto sentido, y en muchos lugares, ha podido ver ese fenómeno del crecimiento de la población. Pero las escuelas no las teníamos —esa es la realidad— y los profesores no los teníamos.
Resuelta en perspectiva la cuestión de construir las escuelas —y no cualquier escuela—, ¿cómo resolveríamos la de los profesores? Los que se habían matriculado en el Pedagógico y en las universidades no daban abasto ni para cubrir una parte pequeña de las necesidades. Por eso, también a raíz del Congreso de la Juventud, se hizo el llamamiento a los estudiantes de décimo grado a inscribirse como aspirantes a profesores, y la respuesta fue grande: cerca de 4 000 respondieron. Claro está, no siempre que un número de 4 000 da respuesta significa que esté asegurado ese número. Después vienen los que pasan de curso, y los que ratifican. Pero de todas formas, en total, ingresan como consecuencia de ese movimiento más de 2 000 a la actividad profesoral o a la carrera profesoral.
Hay que continuar haciendo ese movimiento, no se puede permitir que pierda fuerza, porque ese es el otro pilar del programa, que es el desarrollo de los cuadros profesorales.
Es decir, que lo de los profesores al parecer estará resuelto. Luego, ya tenemos las tres cosas: los jóvenes —que estaban de antemano—, las escuelas y los profesores.
Hay otro aspecto, que es la actividad productiva asociada al desarrollo de los planes agrícolas. Ahora, dado el número de escuelas, tenemos que ser muy cuidadosos en la ubicación de cada escuela, de manera que su ubicación represente un incremento de las actividades productivas; no ir a realizar una tarea que ya estaba realizándose por trabajadores habituales. Hay que ser muy cuidadosos en la ubicación y en la selección de los lugares donde se construyen las escuelas.
Ya no se construyen solo las secundarias básicas en el campo, sino también las escuelas politécnicas en las fábricas y en los centrales azucareros. Ese es otro programa muy importante. Pero irán a las escuelas politécnicas estudiantes de otro nivel —es decir, nivel medio superior— o de otras edades.
En las secundarias estarán entre 12 y 16 años aproximadamente; puede ser 17 —según—, si hay algún año o dos años de retraso escolar. En los politécnicos tendrán que tener un mínimo de 16 años: pueden ser alumnos que estén en ese nivel medio superior o pueden ser atrasados escolares de secundaria.
Digamos un muchacho de 16 años y sexto grado aprobado: no es razonable enviarlo a una secundaria; ya tiene más edad, más crecimiento. Es lógico enviarlo a una escuela de otro tipo —un instituto o una escuela politécnica—, donde estudiando tres años y a la vez participando en la producción pueda hacerse un obrero bien calificado para los trabajos industriales. Después puede seguir haciendo los estudios superiores en programas de estudios dirigidos.
Es decir que cualquier joven tiene posibilidad de realizar cualquier tipo de estudio.
Llegará un momento también en que un joven, por ejemplo, con 13 años ó 14 años en cuarto grado, no debe estar en una escuela primaria corriente, debe estar en una escuela como esta, que sería una escuela primaria en el campo con alumnos que tienen un alto atraso escolar.
Hay también otras escuelas como la Escuela Vocacional de Vento para la cual se están haciendo las correspondientes construcciones, que tendrán producciones de tipo industrial; pero serán industrias instaladas en las proximidades de las escuelas con tareas que puedan ser desarrolladas por esos estudiantes.
En general la escuela irá a la fábrica, y por excepción las fábricas irán a algunas escuelas.
Es necesario analizarlo todo, bien cuidadosamente en el Ministerio, en los organismos económicos, para que este programa no se distorsione, para que las ideas concebidas y en desarrollo se apliquen de una manera consecuente.
La posibilidad de cumplir este programa de 44 escuelas que hoy se inauguran se debió al esfuerzo de los obreros de la construcción y a la cooperación de los diversos organismos, y en ocasiones a la participación masiva de los vecinos.
Han participado jóvenes Seguidores de Camilo y Che; han participado cuadros del movimiento obrero; han participado compañeros del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior, una de cuyas fuerzas construyó en tiempo récord una magnífica escuela en el plan 19 de Abril. Han participado obreros de las microbrigadas; y ha participado el pueblo en general. Creo que aquí hay muchos vecinos que de una forma o de otra pusieron su granito de arena en esta escuela.
Esta escuela, como ven, ya cambia en su diseño con relación a las primarias, con ahorro de material y ahorro de trabajo, puesto que ya no tiene dos edificaciones como aquellas, es decir, no tiene tres edificios como aquel de tres plantas.
Tiene un edificio como aquel, pero los otros dos se sintetizan en una construcción de más longitud y altura, que se comunica con el otro no solo ya por el pasillo de abajo, sino que se comunican también por un pasillo superior, aumentando las facilidades de movimiento de los estudiantes.
Esto es un avance tecnológico de los compañeros diseñadores y proyectistas de estas escuelas, que ha permitido ahorrar materiales y ahorrar trabajo. Y la escuela no ha perdido ni mucho menos en belleza, al contrario, ha adquirido más altura. Por lo menos se ve desde más lejos y es de suponer que en el cuarto piso haya más fresco.
Por lo demás, las instalaciones son iguales: campos deportivos, áreas verdes. Como esta escuela está tan recién terminada el área verde está en desarrollo, y alguna yerbita falta por sembrar.
Se hizo la inauguración simbólica de las 44 en esta escuela como homenaje y en reconocimiento a los compañeros del movimiento sindical que participaron en su construcción.
Queremos señalar que esta escuela se empezó a construir en marzo, en el mes de marzo de este año. En el mes de marzo llegaron aquí los cuadros obreros con los picos y las palas, si acaso; porque en aquellos primeros días no había excavadoras, no había algunos de los equipos que ya ellos tienen ahora.
Recordamos sus dificultades iniciales, su angustia, su ansiosa búsqueda de una excavadora por los alrededores; la falta de camiones, la falta de todo. Y esta escuela no estaba priorizada. Estaban priorizadas las otras dentro del programa de las 40, y ellos se empeñaron en terminar de todas maneras esta escuela para septiembre, y al final se les pudo dar ya con más amplitud los materiales.
De modo que esta escuela se ha construido en menos de seis meses (APLAUSOS), cuando era la primera vez que muchos de ellos construían. Aquí demostraron el espíritu de nuestro movimiento obrero: venciendo las dificultades, la inexperiencia, los obstáculos iniciales, la falta de priorización y la falta de equipos. Porque como esta era una brigada improvisada por un año, no había asignación de equipos para esa brigada, porque nadie pensó al principio que ellos iban a seguir siendo constructores.
Por otro lado, nosotros éramos opuestos a presionar para que siguieran en la construcción. ¿Por qué? Por una cuestión de confianza: si el movimiento obrero cooperó, organizó la brigada, nosotros no queríamos de ninguna manera que se diera la impresión de que se faltaba a la palabra, y que la cooperación que estaban prestando por un año sus cuadros se iba a traducir en una cooperación permanente.
En una visita nuestra a esta escuela pudimos captar el interés enorme de esos compañeros obreros, su decisión, su deseo, su voluntad de seguir constituyendo una brigada de construcciones escolares.
Ya lo que se planteaba era otro tipo de problema: si se rechazaba terminantemente aquello, o se aceptaba. Pero entonces nosotros dijimos que había que tener en cuenta cada caso. En primer lugar, que ninguno se fuera a incorporar por cuestiones de presión moral o se sintiera moralmente comprometido. En segundo lugar, que había que tener en cuenta el centro de trabajo del que procedía cada uno de ellos. Primero, como cuadro del movimiento sindical, si resultaba insustituible; o como cuadro de la industria en cuestión, si por la tarea que desempeñaba allí no iba a resultar en detrimento de la economía que pasara al frente de las construcciones. Y una vez analizado todo eso, y discutido con la CTC se permitiera efectivamente crear una brigada con esa fuerza de los cuadros.
Pero también, para aprovechar el carácter selectivo —puesto que son dirigentes del movimiento obrero, compañeros que han tenido la confianza de sus compañeros— que se convirtiera esta brigada en una especie de brigada-escuela, donde también se mandaran algunos jóvenes que quisieran aprender la construcción, para que aprendieran las técnicas, para que se empaparan del espíritu de la brigada; y a la vez se siguiera un programa de estudio y de superación de los compañeros que formaban parte de la brigada, dadas las circunstancias de la necesidad de promover cuadros que tiene también la construcción, y de esa forma esta brigada permaneciera construyendo escuelas politécnicas.
Y efectivamente una vez que terminen su próxima obra —que es una especie de facultad agropecuaria en esta agrupación genética— pasarán a construir un instituto politécnico para 1 000 jóvenes en la industria "Enrique José Varona", que es la industria de pailería de aceros inoxidables.
Allí entre las metas de ellos está la construcción de esa escuela en este próximo año, en una industria que tendrá también estudio y trabajo, formando obreros calificados que además participarán en la producción. Quiere decir que por cada escuela de esas que ellos hagan incorporan 500 obreros a tiempo completo a la producción, porque serán 1 000 estudiantes trabajando cuatro horas. Y está demostrado que los estudiantes en general de los distintos niveles en su período de tiempo de trabajo cumplen y sobrecumplen las normas de producción. Si se tiene en cuenta los conocimientos, la edad, no tiene nada de extraño que en cuatro horas sobrecumplan fácilmente las tareas correspondientes a esa media jornada.
De manera que ellos van a quedar construyendo escuelas politécnicas, es decir creando centros de educación, aportando estudiantes trabajadores a las industrias. Ellos pasan de dirigentes obreros a forjadores de masas de obreros.
Y en reconocimiento al movimiento obrero, se le va a poner a esta escuela el nombre de XIII Congreso (APLAUSOS).
En este mismo instante en 44 lugares del país los estudiantes, formados y organizados, están participando en la inauguración de sus escuelas. ¡No hay otra forma de hacer ya las inauguraciones! Porque cuando eran unas poquitas escuelas, un acto en Ceiba Uno y otro en Ceiba Tres y otro en Guane y otro en Isla de Pinos y otro en Jagüey (APLAUSOS).
Pero ya estas escuelas se levantan por todas partes, se yerguen por todas partes, se ven por todas partes en los llanos y en las montañas, transformando el panorama social y transformando hasta el panorama físico. Imposible inaugurar escuela por escuela, porque habría que estar inaugurando una escuela cada dos días y medio por lo menos, todo lo más cada tres días, y no habría quién resistiera tantas inauguraciones. Ya aquí hay que hacer inauguraciones en masa una fecha al año.
Ahora viene la cuestión del funcionamiento de estas escuelas, que necesita la cooperación de las autoridades educacionales y de las autoridades económicas, las autoridades productivas; en este caso, de la agricultura.
Esta escuela está ubicada en un plan de viandas y vegetales, que es el plan de viandas y vegetales de la Agrupación de Granjas Genéticas del Este de La Habana. Pero los obreros y las familias de esta región tendrán por misión producir leche, y la están produciendo ya a un ritmo creciente.
Este año solo en esta región se están construyendo alrededor de 100 lecherías. Hay animales de gran calidad. Y avanza la ganadería por estos lugares. En muchos terrenos que eran pedregosos se ha recogido la piedra, se han sembrado los pastos, se están haciendo las instalaciones de ordeño, los caminos, los trabajos hidráulicos, el desbroce del terreno. ¡Una verdadera revolución en todo esto!
Este plan de viandas y vegetales ha permitido que las familias que vivían antes en esta región con sus minifundios, hoy incorporadas a este plan, consuman más leche y consuman más viandas y vegetales y de mejor calidad del que consumieron nunca antes.
Y a esta escuela vendrán en general alumnos de esta región, hijos de familias que viven trabajando en la ganadería o en la caña o en otras actividades. Para el próximo año habrá una escuela similar en un plan de viandas y vegetales, similar para el abastecimiento de los obreros del Plan Cañero del Valle de Bainoa (APLAUSOS). Así que en esta dirección tendremos esta escuela y en el Valle de Bainoa otra escuela, donde también irán preferentemente los hijos de las familias, de los obreros que trabajan en ese plan de caña.
Esta es una sólida garantía para el abastecimiento de viandas y vegetales para los trabajadores de la región.
Y en cada uno de los pueblecitos que se están haciendo existe también la escuela primaria con estudio y trabajo. Ellos tienen un huerto de 20 a 25 hectáreas. Allí al lado del pueblecito donde los ayudan también los retirados. Todos allí ponen su mano y su granito de arena en los huertos de vegetales de la escuela primaria. Cerca de aquí tenemos ya dos escuelas primarias, en Aguacate, a las que se les incorporó su huertecito.
Así que el sistema vendrá desde la primaria. En cada pueblecito tendrán el huerto escolar, producirán para el comedor de la escuela y producirán para el pueblecito. Y después, cuando pasen a esta escuela, estarán produciendo para todo el plan, hasta que pasen a una escuela politécnica o a un instituto tecnológico.
Es decir que todo el sistema se va integrando, y el principio de estudio y trabajo se va a ir llevando también progresivamente a la enseñanza primaria. Calculen ustedes todas las ventajas que implica para la sociedad del futuro que desde la primaria ya los muchachos participen en actividades productivas, pero no como un entretenimiento, sino como una formación, y además una actividad productiva, útil y valiosa.
El próximo año en el programa de construcciones escolares la provincia que tendrá que realizar el mayor esfuerzo es la de Oriente. En Oriente se edificarán en este próximo año casi tantas, entre secundarias, politécnicos, escuelas de maestros, etcétera, como todas las que se han construido nacionalmente en 1972. Hay que tener en cuenta que Oriente es grande, y los mayores enjambres están allá y las mayores potencialidades agrícolas también.
Este programa se empezó a desarrollar en la región de Occidente, y ya se extiende por todo el país.
Tendrán importantes programas la provincia de Oriente, la provincia de Camagüey, la provincia de La Habana. Pero en general los programas son intensos en todo el país.
Creemos sinceramente que nuestro país se puede sentir satisfecho de la marcha de este programa de construcciones escolares. Y muchos de los visitantes se llenan de admiración ante esta concepción educacional. Muchos organismos educacionales internacionales, entre ellos organismos de la UNESCO, están prestando atención y siguiendo con el mayor interés este sistema, y cada vez son más las instituciones en diversas partes del mundo interesadas en conocer su desarrollo.
Ya, como ustedes saben, virtualmente las tres universidades están incorporadas a los planes de estudio y de trabajo; decenas de miles de estudiantes universitarios participan en actividades productivas en las industrias, en los hospitales, en las escuelas; decenas de miles, la totalidad de los estudiantes universitarios del país prácticamente (APLAUSOS). Eso se ha ido logrando en el transcurso del último año.
A la vez, miles y miles de obreros han tenido la oportunidad —mediante los mecanismos que se han creado para poder aplicar este sistema, que en muchos casos consiste en llevar la universidad a la fábrica— de matricularse en las universidades.
Por otro lado, los resultados desde el punto de vista pedagógico son muy buenos. La escuela de más alta promoción en todo el país fue una escuela secundaria en el campo, que fue la escuela de Ceiba 1 (APLAUSOS), con 94% de promoción antes de los extraordinarios, es decir, sin contar los exámenes extraordinarios. Hay otra escuela también en Ceiba, Ceiba 3, que obtuvo también el 94%, aunque ellos no tenían alumnos de décimo grado —es la diferencia que permitió a Ceiba 1 alcanzar el primer lugar. Pero de todas formas fue un notable esfuerzo el de esa escuela para alcanzar sin los extraordinarios el 94%. Claro que esas escuelas con el extraordinario alcanzaron un porcentaje más alto.
En La Habana había un grupo de escuelas secundarias en el campo.
El promedio de promoción de las escuelas en La Habana con el extraordinario, fue del 94% (APLAUSOS); el de las escuelas externas tradicionales fue de 82%. Doce puntos por encima de las escuelas tradicionales, es decir 14,6% más de promoción.
Se está demostrando incuestionablemente la superior calidad de estas escuelas, no obstante ser algo nuevo. Será necesario ir ahora reuniendo las experiencias.
Ya no son dos, ni tres, ni cuatro escuelas: ya tenemos 51 escuelas secundarias en el campo. Y ya serán cientos funcionando en los próximos años. Esto permitirá ir acumulando experiencias y hay que sistematizar ese proceso de acumular experiencias. Hay que reunir todos los años de alguna forma esas experiencias, hay que reunir de alguna forma a los directores de las escuelas —no voy a decir una reunión muy larga, pues tienen bastante trabajo y tendrán también que refrescar un poco en el verano los profesores, pero reunirse todos los años de alguna forma, aunque sea breve— para intercambiar las opiniones y las experiencias de todas estas escuelas. ¡lmagínense qué enciclopedia pedagógica puede salir de esto y qué posibilidades de perfeccionamiento! Confrontar las experiencias: las de las escuelas que lograron más alta promoción y por qué, las que se quedaron más rezagadas y por qué.
Es preciso establecer desde ya el principio de que ninguna escuela secundaria en el campo con esta base material, estas instalaciones, se quede por debajo del 90% en promoción. No quiero decir que nos conformemos con el 90%. Nosotros creemos que en la medida en que los alumnos han hecho su problema la cuestión de la promoción, en la medida en que ellos participan en esa batalla es que se están logrando los mayores resultados.
Claro que habrá que lograr la promoción y a la vez el óptimo cumplimiento de los programas productivos también. En otros sitios hemos señalado la importancia que tiene que los directores de las escuelas, los profesores, traten de participar de algún modo y preocuparse por los problemas de la región, por los problemas de los planes, que ellos sean también conciencia vigilante y exhortante para la mejor marcha, para la mejor calidad del trabajo. El hecho de ser cuadros de la escuela no les da derecho a ser ajenos o a ser indiferentes a la situación que los rodea, a la forma en que se desarrolla el trabajo productivo y el trabajo revolucionario en las áreas que rodean la escuela. Y deben aportar su intelecto, sus conocimientos, sus capacidades organizativas.
No se olviden que el campo es lo más atrasado, no se olviden que el campo no es una industria moderna, no se puede dejar de tener en cuenta los niveles de escolaridad incluso de muchos cuadros que están en los planes y de los hombres que operan los equipos y que tienen responsabilidades. Hay que tener en cuenta eso, no imaginarse un paraíso, un edén, que todo marcha idílicamente. ¡No! Hay muchos hombres trabajando en el campo que tienen muy bajo nivel, y ese bajo nivel muchas veces les lleva a cometer errores, a no ser conscientes, los lleva a imperfecciones, a descuidos, a negligencias.
¡Falta la exigencia de la calidad! Y la exigencia de la calidad debe ser un principio de un cuadro educacional, porque por algo se les da la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones. Y la conciencia de la calidad tiene que prevalecer y esa conciencia no solo aplicarla en el ámbito de la escuela, sino tratar de trasmitirla al ámbito que rodea la escuela; es decir, ejercer su influencia cultural y su influencia en el ambiente que rodea la escuela. Esta no solo debe ser un centro de enseñanza y un centro productivo: tiene que ser un ejemplo, tiene que irradiar conciencia política, conciencia revolucionaria, exigencia de la calidad y exigencia del deber.
Son muchas las esperanzas que tenemos en esa generación nueva de profesores que sale de las propias secundarias y que cada vez más saldrá de las secundarias en el campo. Y llegará el día en que tengamos profesores que empezaron a trabajar en la primaria, en el huerto, estudiaron luego en una secundaria, y se hicieron profesores más tarde enseñando y estudiando.
A todas luces, son magníficas perspectivas estas que tenemos en nuestras manos. Y solo nosotros podemos aprovecharlas óptimamente, o solo nosotros seremos responsables de no aprovecharlas óptimamente. Estando —como está— ese magnífico futuro en nuestras manos, tenemos que estar conscientes de nuestro deber de llevarlo a cabo.
Creemos que posibilidades y facilidades como esta no ha tenido nunca nadie, ningún colectivo de profesores, ningún colectivo de jóvenes.
Como estas escuelas se hacen en serie y se hacen en planes y son conocidas como Jagüey 1, Jagüey 2, Ceiba 1, Ceiba 2, Ceiba 3. Pero no nos conformamos con eso. Se ha decidido también ponerles nombre a las escuelas. Y así, se está siguiendo un criterio: nombre de países amigos; nombres de destacados combatientes internacionales; nombres de hombres que han dado su vida por la ciencia, por la técnica; nombres de compatriotas nuestros, de combatientes de todas las épocas, desde la lucha de independencia hasta hoy; nombres de cubanos que se han destacado especialmente, como el de la compañera enfermera que murió mientras prestaba su servicio en Viet Nam (APLAUSOS).
Estas escuelas honrarán con sus nombres la amistad, la fraternidad, el internacionalismo, el heroísmo, el cumplimiento del deber. Y cada colectivo de profesores y de estudiantes deberá luchar y trabajar para que cada escuela constituya un verdadero homenaje al héroe cuyo nombre lleva.
Nosotros tenemos grandes esperanzas. Nosotros tenemos la convicción de que marcharán, y marcharán bien. Nosotros tenemos la convicción de que nuestros obreros continuarán construyendo, cada vez con mayor eficacia, cada vez con mayor calidad, cada vez con mayor productividad, cada vez con mayor entusiasmo. Nosotros tenemos la convicción de que nuestros profesores cada vez serán también más eficientes y más entusiastas, la convicción de que el Ministerio trabajará cada vez mejor, y la convicción de que nuestros jóvenes serán cada vez más ejemplares.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)