La Cumbre secreta
Ni representados ni excomulgados en la Cumbre de Puerto España pudimos conocer hasta hoy lo que allí se discutió. Nos hicieron concebir a todos las esperanzas de que la reunión no sería secreta, pero los dueños del espectáculo nos privaron de tan interesante ejercicio intelectual. Conoceremos la esencia, pero no el tono de voz, ni los ojos, ni los rostros que tanto reflejan las ideas, la ética y el carácter de las personas. Una Cumbre Secreta es peor que el cine mudo. Durante unos breves minutos la televisión sacó algunas imágenes. A la izquierda de Obama estaba un señor al que no pude identificar bien, cuando ponía la mano sobre la espalda de Obama, como un colegial de ocho años a un compañero de la primera fila. A su lado, de pie, otro del séquito lo interrumpía para dialogar con el presidente de Estados Unidos; vi en los que lo importunaban la estampa de una oligarquía que jamás conoció el hambre y en la poderosa nación de Obama esperan tener el escudo que protegerá el sistema contra los temidos cambios sociales.
En la Cumbre prevalecía, hasta ese momento, una extraña atmósfera.
El espectáculo artístico del anfitrión brilló realmente. Pocas veces, tal vez nunca, vi algo parecido. Un buen locutor, al parecer trinitario, había dicho con orgullo que era algo único.
Fue un verdadero derroche de cultura y a la vez lujo. Medité un poco. Calculé cuánto costaría todo aquello y de repente me di cuenta que ningún otro país del Caribe podía darse el lujo de presentar un espectáculo semejante, que la sede de la Cumbre es inmensamente rica, una especie de Estados Unidos rodeado de pequeños países pobres. ¿Podrían los haitianos con su riquísima cultura o Jamaica, Granada, Dominica, Guyana, Belice u otra, ser sede de una Cumbre tan lujosa? Sus playas pueden ser maravillosas, pero no estarían rodeadas de las torres que caracterizan el paisaje trinitario y acumulan con esa materia prima, no renovable, los cuantiosos recursos que hoy sustentan las riquezas de ese país. Casi todas las restantes islas que integran la comunidad del Caribe, situadas más al norte, son directamente batidas por los huracanes de creciente intensidad que todos los años azotan a nuestras hermanas islas del Caribe.
¿Alguien habrá recordado en esa reunión que Obama prometió invertir cuanto dinero se requiriese para autoabastecer a Estados Unidos de combustible? Tal política afectaría directamente a muchos de los Estados allí reunidos que no podrán disponer de las tecnologías y las enormes inversiones requeridas para un esfuerzo en esa u otra dirección.
Algo realmente me impactó en la etapa de la Cumbre transcurrida hasta hoy sábado 18 de abril, 11 y 47 minutos, en que escribo estas líneas: el discurso de Daniel Ortega. Me prometí a mí mismo no publicar nada hasta el próximo lunes 20 de abril para observar lo que ocurría en la famosa Cumbre.
No habló el economista, el científico, el intelectual o el poeta. Daniel no seleccionó palabras rebuscadas para impresionar a sus oyentes. Habló el Presidente de uno de los cinco países más pobres del hemisferio, el combatiente revolucionario, en nombre de un grupo de países centroamericanos y la República Dominicana que está asociada al SICA.
Bastaría ser alguno de los cientos de miles de nicaragüenses que aprendieron a leer y escribir en la primera etapa de la Revolución Sandinista, en que el índice de analfabetismo se redujo de 60% a 12%, o cuando de nuevo Daniel recibió el poder en el 2007, que había alcanzado el 35% de analfabetismo.
Su discurso duró aproximadamente 50 minutos, con voz pausada y serena, pero si lo reprodujera completo haría demasiado extensa esta reflexión.
Sintetizaré su singular pronunciamiento utilizando sus propias palabras textuales en cada una de las ideas básicas que transmitió. No utilizaré puntos suspensivos y lo haré con las comillas sólo cuando Daniel se refiere a las palabras textuales de otra persona o instituciones:
Nicaragua recurrió a la Corte Internacional de Justicia de La Haya: presentó su demanda en contra de la política de guerra, de la política terrorista que venía desarrollando el presidente Ronald Reagan en nombre de Estados Unidos.
Nuestro delito: habernos liberado de la tiranía de Anastasio Somoza, impuesta por la intervención de las tropas yankis en Nicaragua.
Centroamérica se ha visto sacudida desde el siglo antepasado por lo que han sido las políticas expansionistas, políticas de guerra que nos llevaron a unirnos los centroamericanos para derrotarla.
Luego fueron las intervenciones que se prolongaron desde el año 1912 hasta el año 1932 y dejaron como resultado la imposición de la tiranía de los Somoza, armada, financiada y defendida por los gobernantes norteamericanos.
Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Reagan en plena guerra, nos dimos la mano y le pedí que cesara la guerra contra Nicaragua.
Tuve la oportunidad de encontrarme con el presidente Carter y cuando me decía que “ahora que había salido la tiranía de los Somoza, el pueblo nicaragüense era hora de que Nicaragua cambie”. Le dije: No, Nicaragua no tiene que cambiar, los que tienen que cambiar son ustedes, Nicaragua nunca ha invadido a Estados Unidos; Nicaragua nunca ha minado los puertos de Estados Unidos; Nicaragua no ha lanzado una sola piedra en contra de la nación norteamericana; Nicaragua no ha impuesto gobiernos en Estados Unidos; son ustedes los que tienen que cambiar, no los nicaragüenses.
En plena guerra todavía, tuve la oportunidad de encontrarme con quien recién había asumido la presidencia de Estados Unidos, George Bush, padre. En un encuentro en Costa Rica, el año 1989, cuando nos sentamos quedamos frente a frente el presidente Bush y yo, él lo comentó: “Aquí ha venido la prensa porque quieren vernos pelear al Presidente de Estados Unidos y al Presidente de Nicaragua e hicimos el esfuerzo de no darle gusto a la prensa”, dijo Bush.
Nicaragua seguía sometida todavía a la guerra impuesta por Estados Unidos; ante la demanda que Nicaragua presentó ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la Corte falló y dictó sentencia, dijo con toda claridad que “Estados Unidos debía detener todas sus acciones militares, minado de los puertos, financiamiento de la guerra; que debía indicar en qué lugar estaban las minas que habían colocado y se negaban a dar esa información”, mandaba además al gobierno de Estados Unidos a indemnizar a Nicaragua, también por el bloqueo económico-comercial que le había impuesto.
Las luchas que estamos librando en Nicaragua, en Centroamérica y en América Latina para liberar a nuestros pueblos del analfabetismo, son luchas que las estamos librando con la solidaridad incondicional, generosa, del hermano pueblo de Cuba, de Fidel, que fue el que promovió esos procesos solidarios de alfabetización, y su presidente Raúl Castro, que les ha dado continuidad a estos programas, abiertos para todos los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Luego se ha incorporado con un espíritu generoso el pueblo bolivariano, el pueblo de Venezuela, con su presidente Hugo Chávez Frías.
Aquí estamos presentes una gran mayoría de los Presidentes y Jefes de Gobierno de América Latina y el Caribe; están participando el Presidente de Estados Unidos, el Primer Ministro de Canadá; pero aquí hay dos grandes ausentes: uno, Cuba, cuyo delito ha sido luchar por la independencia, por la soberanía de los pueblos; prestar solidaridad, sin condiciones, a nuestros pueblos, y por eso se le sanciona, por eso se le castiga, por eso se le excluye. Por eso yo no me siento cómodo en esta Cumbre, no puedo sentirme cómodo en esta Cumbre, siento vergüenza de estar participando en esta Cumbre con la ausencia de Cuba.
Otro pueblo no está aquí presente, porque, a diferencia de Cuba, una nación independiente, solidaria, ese otro pueblo está sometido todavía a las políticas colonialistas: me refiero al hermano pueblo de Puerto Rico.
Estamos trabajando para construir una gran alianza, una gran unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Llegará el día en que ahí también, en esa gran alianza, estará el pueblo de Puerto Rico.
En la década de los cincuenta la discriminación racial estaba institucionalizada, era parte del modo de vida norteamericano, parte de la democracia norteamericana: los negros no podían entrar en los restaurantes de los blancos, ni en los bares de los blancos; los niños, hijos de familias negras, no podían ir a las escuelas donde estudiaban niños blancos. Para romper el muro de la discriminación racial fue necesario —y eso lo sabe mejor que nosotros mismos el presidente Obama— Martin Luther King, decía: “Yo tengo un sueño”. El sueño se hizo realidad y el muro de la discriminación racial se desplomó en Estados Unidos de América, gracias a la lucha de ese pueblo.
Esta reunión, este encuentro se inicia, precisamente, el día en que se inició la invasión a Cuba el año 1961. Conversando con el presidente de Cuba, Raúl Castro, me daba algunos datos Raúl: “Daniel, el presidente Obama nació el 4 de agosto de 1961, tenía tres meses y medio cuando se logra la victoria en Playa Girón el 19 de abril de ese año; evidentemente, no tiene responsabilidad en ese hecho histórico. El 15 de abril, los bombardeos; el 16 se proclama el socialismo, por Fidel, en el entierro de las víctimas; el 17 comienza la invasión; el 18 continúan los combates y el 19, la victoria, antes de las 72 horas. Raúl.” (Me contó Raúl, a su regreso de Cumaná, que al escribir una nota para Daniel, hizo un cálculo rápido y cometió un error al afirmar que la invasión de Playa Girón se produjo cuando Obama tenía tres meses y medio, cuando debió decir que nació tres meses y medio después; que él era el único responsable del error.)
Eso es historia. En el año 2002, también en el mes de abril, el 11 de abril, se produce un golpe de Estado con la intención de asesinar a un presidente electo en la República Bolivariana de Venezuela; el presidente Hugo Chávez fue capturado, y estaba la orden de asesinarlo. Cuando surge el gobierno fantoche, el gobierno norteamericano, a través de su vocero, reconoce a los golpistas y les da la razón a los golpistas. Razón tenemos para decir que eso no es historia; hace apenas siete años se produjeron esos hechos violentos en contra de la institucionalidad de un pueblo, de una nación progresista, solidaria, revolucionaria.
Pienso que el tiempo que me estoy tomando es mucho menor que el que me tuve que tomar, tres horas, esperando en el aeropuerto dentro del avión.
La libertad de expresión tiene que ser para el grande y para el pequeño: Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, El Salvador y República Dominicana como asociado. El área territorial es de 568 988 kilómetros cuadrados. La población suma un poco más de 41,7 millones de habitantes.
Planteamos que se les entreguen los TPS (Estatus de Protección Temporal) a todos los inmigrantes que están en Estados Unidos, pero las causas de la emigración están en el subdesarrollo, en la pobreza que viven los pueblos centroamericanos.
La única manera de detener ese flujo de emigrantes hacia Estados Unidos no es levantando muros, no es reforzando la vigilancia militar en las fronteras la única manera.
Estados Unidos necesita la mano de obra centroamericana, como necesita mano de obra mexicana; cuando ya esa mano de obra va más allá de las demandas de la economía norteamericana, entonces vienen las políticas represivas, es aportando fondos sin condiciones políticas, sin las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional.
Tenemos la ingrata tarea de estarle cuidando las fronteras a Estados Unidos por el consumo de la droga.
Solo en Nicaragua, el año pasado, la policía nacional incautó más de 360 toneladas de coca. Eso, a precio de mercado en Estados Unidos, seguramente suma más de 1 000 millones de dólares.
¿Cuánto le aporta Estados Unidos a Nicaragua por cuidar de sus fronteras? Le aporta un millón 200 mil dólares.
No es justo, no es equitativo, no es ético, no es moral que sea el G 20 el que siga tomando las grandes decisiones; llegó la hora de que sea el G 192, es decir, todos, en Naciones Unidas.
Los que han tenido negociaciones con el Fondo (FMI) saben perfectamente lo que ha significado el Fondo, cómo han sacrificado programas sociales, programas agrícolas, programas productivos, para sacar los recursos y pagar la deuda, la deuda impuesta por las normas establecidas por el capitalismo global.
No ha sido más que un instrumento para establecer y desarrollar, desde las metrópolis, políticas colonialistas, neocolonialistas e imperialistas.
Mahatma Gandhi en aquella lucha heroica que libró por la independencia de la India frente a Inglaterra decía: “Inglaterra ha utilizado un cuarto de los recursos del planeta para llegar a su actual estado de desarrollo.
¿Cuántos recursos necesitará la India para llegar al mismo desarrollo?” Ya en este siglo XXI y desde finales del siglo XX, no era solo Inglaterra, sino todos los países capitalistas desarrollados estableciendo su hegemonía a costa de la destrucción del planeta y de la especie humana, imponiendo los valores consumistas de su modelo.
La única manera de salvar al planeta, y con ello el desarrollo sostenible de la humanidad, será que se establezcan las bases de un nuevo orden económico internacional, de un nuevo modelo económico social, político, que sea verdaderamente justo, solidario y democrático.
En el proyecto que se conoce como Petrocaribe y el ALBA —en Petrocaribe están casi todos los países del Caribe; pero también estamos algunos países centroamericanos. Hay países del SICA que estamos en Petrocaribe: Belice, Guatemala, Honduras, República Dominicana, Nicaragua, Panamá.
“Los Jefes de Estado y de Gobierno de Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela, países miembros del ALBA, consideramos que el proyecto de Declaración de la V Cumbre de las Américas es insuficiente e inaceptable por las siguientes razones:
(Lee de inmediato la declaración del ALBA sobre el documento propuesto para la Cumbre de las Américas.)
“No da respuesta al tema de la Crisis Económica Global, a pesar de que esta constituye el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas.
“Excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han sido incesantemente objeto, de manera criminal.
“Lo que estamos viviendo es una crisis económica global de carácter sistémico y estructural y no una crisis cíclica más.
“El capitalismo ha provocado la crisis ecológica por someter las condiciones necesarias para la vida en el planeta al predominio del mercado y la ganancia.”
Para evitar este desenlace es necesario desarrollar un modelo alternativo al sistema capitalista. Un sistema de armonía con nuestra madre tierra y no de saqueo de los recursos naturales; un sistema de diversidad cultural y no de aplastamiento de culturas e imposición de valores culturales y estilos de vida ajenos a las realidades de nuestros países; un sistema de paz basado en la justicia social y no en políticas y guerras imperialistas; un sistema que no los reduzca a ser simples consumidores o mercancías.
Respecto al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y la exclusión de este país de la Cumbre de las Américas, los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América reiteramos la Declaración que todos los países de América Latina y el Caribe adoptaron el pasado 16 de diciembre de 2008 sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos de América a Cuba, incluida la aplicación de la llamada Ley Helms-Burton, de todos ampliamente conocidos.
En mi país, Nicaragua, los gobiernos que me antecedieron cumplieron al pie de la letra con la política neoliberal. Desde el año 1990, cuando el Frente Sandinista deja el gobierno, hasta el 10 de enero del año 2007, cuando el Frente Sandinista retorna al gobierno; la aplicaron durante 16 años.
Cuando triunfó la revolución en Nicaragua en 1979, las tiranías y gobiernos que habían sido impuestos y sostenidos por los gobernantes norteamericanos en Nicaragua, los demócratas que se autodenominaban demócratas dejaron a Nicaragua con un 60% de analfabetismo.
Nuestra primera gran batalla fue acabar con el analfabetismo, y nos fuimos a esa gran batalla y logramos reducir el analfabetismo al 11,5%, 12%. No pudimos ir más allá porque se nos impuso una política de guerra por parte de la administración Reagan.
Entregamos el gobierno en 1990 con 12,5% de analfabetismo en el país y recibimos el país, en el mes de enero del año 2007, con el 35% de analfabetismo.
Estos no son datos que inventa el gobierno, son datos trabajados por los organismos especializados en temas de educación y cultura.
Ese es el resultado del neoliberalismo que se le aplicó a Nicaragua, de las privatizaciones que se le aplicaron a Nicaragua, porque se privatizó la salud, se privatizó la educación, se excluyó a los pobres; para otros el cambio fue bueno porque se enriquecieron, el modelo ha demostrado que es muy exitoso para acumular riquezas, exitoso para expandir la pobreza. Es gran concentrador de la riqueza y gran multiplicador de la miseria y de la pobreza.
Es un problema de orden ético, un problema de orden moral en el que descansa el futuro, no solamente de los países más empobrecidos, como los cinco países que he mencionado aquí en América Latina y el Caribe, que no tenemos mucho que perder más que las cadenas, si no hay un cambio de ética, si no hay un cambio de moral, si no hay un cambio de valores, que nos permita ser realmente sostenibles.
Ya no es un asunto de ideología, no es un asunto político; es un asunto de sobrevivencia. Y ahí nos vamos todos, desde los G 20 hasta los G 5, que somos los más empobrecidos de América Latina y el Caribe.
Pienso que esta crisis que hoy está afectando al mundo y que está llevando a discusiones, a debates, a búsqueda de soluciones, debemos asumirla tomando en cuenta que ya no es posible, ya no es sostenible el actual modelo de desarrollo.
La única forma de salvarnos todos es cambiar el modelo.
Muchas gracias.
Las frases de Daniel en la inauguración de la Cumbre parecían los tañidos de una campana doblando por una política de siglos, que hasta meses recientes se aplicó a los pueblos de América Latina y el Caribe.
Son las 19 y 58 horas. Acabo de escuchar las palabras del presidente Hugo Chávez. Venezolana de Televisión, al parecer, introdujo una cámara en la “Cumbre Secreta” y transmitió unas palabras suyas. Ayer lo vimos devolver amablemente el gesto de Obama cuando fue a donde estaba él y lo saludó, un gesto del Presidente de Estados Unidos sin duda inteligente.
Esta vez Chávez se levantó de su silla, fue hasta el asiento de Obama en la cabeza de un salón rectangular junto a Michelle Bachelet y le entregó el conocido libro de Galeano, “La venas abiertas de América Latina”, actualizado sistemáticamente por el autor. No sé en qué momento del día ocurrió. Mencioné simplemente la hora en que lo escuché.
Se anuncia que la Cumbre concluirá mañana al mediodía.
El Presidente de Estados Unidos ha estado muy activo. Según noticias se ha reunido no sólo con el pleno de la Cumbre, sino también con todos los subgrupos de la región.
Su predecesor se acostaba temprano y dormía muchas horas. Obama, al parecer, trabaja mucho y duerme poco.
Hoy día 19 a las 11 y 57 horas, no veo nada nuevo. El canal de la CNN está sin noticias frescas. Escucho las 12 campanadas del reloj, en ese instante ocupó la tribuna de la Cumbre el Primer Ministro de Trinidad y Tobago. Me dedico a escucharlo, y percibo algunas cosas extrañas. El rostro de Manning está tenso. Un rato después habla Obama y luego responde preguntas de la prensa; lo veo más áspero aunque calmado. Lo que más me llamó la atención es que se organizó una conferencia de prensa integrada por varios líderes en la que ninguno de los discrepantes del documento habló.
Manning había dicho antes que el mismo se preparó hace dos años cuando no había una profunda crisis económica y por tanto los problemas actuales no estaban abordados con toda claridad. Indudablemente, pensé, faltaba McCain. Con seguridad la OEA, Leonel y la República Dominicana recordaban el apellido del jefe militar de los invasores de 1965 y los 50 mil soldados que la ocuparon para impedir el regreso de Juan Bosch, que no era marxista leninista.
Los de la conferencia eran el Primer Ministro de Canadá, hombre francamente derechista y el único que había sido grosero con Cuba; el presidente de México, Felipe Calderón; Martín Torrijos de Panamá, y como era lógico Patrick Manning. El caribeño y los dos latinoamericanos fueron respetuosos con Cuba. Ninguno la atacó y habían expresado su oposición al bloqueo.
Obama habló del poder militar de Estados Unidos con el cual podría ayudar en la lucha contra el crimen organizado y la importancia del mercado norteamericano. Reconoció también que los programas que lleva adelante el Gobierno de Cuba, como el envío de contingentes médicos a países de América Latina y el Caribe, pueden ser más efectivos que el poder militar de Washington a la hora de ganar influencia en la región.
No lo hacemos los cubanos por ganar influencia; es una tradición que se inició en Argelia en 1963, cuando luchaba contra el colonialismo francés, y lo hemos hecho en decenas de países del Tercer Mundo.
Fue áspero y evasivo con relación al bloqueo en su entrevista con la prensa; pero ya nació y cumplirá 48 años el 4 de agosto.
Ese mismo mes, nueve días más tarde, yo cumpliré 83 años, casi el doble de su edad, pero ahora dispongo de mucho más tiempo para pensar. Deseo recordarle un principio ético elemental relacionado con Cuba: cualquier injusticia, cualquier crimen, en cualquier época no tiene excusa alguna para perdurar; el cruel bloqueo contra el pueblo cubano cuesta vidas, cuesta sufrimientos; también afecta la economía de la cual se sustenta una nación y limita sus posibilidades de cooperar con los servicios de salud, educación, deporte, ahorro energético y protección del medio ambiente con muchos países pobres del mundo.
Fidel Castro Ruz
Abril 19 de 2009
2 y 32 p.m.