Acerca de la intervención durante la sesión de clausura del Encuentro Mundial Contra el terrorismo, por la verdad y la justicia
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La idea de un tribunal permanente contra el terrorismo en nuestro hemisferio, donde se cometió tanta tortura y asesinatos aprendidos de la CIA, fue planteada por el Presidente Fidel Castro, durante la sesión de clausura del Encuentro Internacional Contra el terrorismo, por la verdad y la justicia.
Somos los dolientes, los que más sabemos de sufrimientos y de terrorismo, apuntó Fidel, y aseguró que el capítulo cubano que convocó a la reunión celebrada en La Habana del 2 al 4 de junio, puede adelantar en la idea de una instancia de este tipo en el hemisferio occidental. Aquí, expresó, se cometieron actos de sadismo, perversión y crueldad que llegaron al límite.
¿Dónde lo aprendieron?, se preguntó, y enumeró que las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron actos típicamente de terror, a los que siguió la fabricación de decenas de miles de esas bombas por parte de las administraciones norteamericanas, que además hicieron experimentos atómicos bélicos en su propio país con personas enfermas.
En Vietnam, apuntó, mataron a cuatro millones de vietnamitas, dejaron inválidos a otros cuatro millones, esparcieron productos químicos por las selvas e hicieron experimentos de torturas, pero no pudieron derrotar a ese pueblo.
Esa fue la escuela. Esos métodos sofisticados de tortura, aseguró Fidel, los sacaron de allí y los aplicaron en Argentina, en Chile, en Centroamérica, y sembraron la muerte en El Salvador con las armas suministradas por EE.UU. Y allí estuvo también, para adelantar esa guerra sucia, nada menos que Posada Carriles, denunció.
La consecución de ese tribunal requiere que los pueblos recojan todos los documentos y pruebas, porque lamentablemente la historia de barbarie revivida estos días en La Habana no se conoce lo suficiente, consideró.
“Esa es nuestra arma por excelencia para desenmascararlos: denunciarlos”, sentenció. “Esta reunión está llamando a unir las piezas del rompecabezas”.
El mandatario cubano recordó cómo la Operación Cóndor es la mezcla de todas las fechorías, de todos los actos de bandolerismo que han cometido los principales instigadores del horror en el Cono Sur de este hemisferio.
Puntualizó que aunque la reunión se concibió con el objetivo principal de ampliar el clamor mundial en torno a la extradición de Posada Carriles a Venezuela, los días de reflexión y debate fueron mucho más allá. “Este es solo el comienzo”, dijo.
Fidel vaticinó que el desprestigio de los Estados Unidos continuará creciendo, en la medida que continúen cometiendo imbecilidades.
HOMBRES SIN MORAL NO GANAN BATALLA
Ante un plenario que seguía con expectación sus palabras, el líder de la Revolución Cubana consideró que cuando la justicia empiece a aplicarse, cuando esas ansias comiencen a colmarse y cuando los sueños de un mundo mejor comiencen a concretarse ese será el destino de la humanidad.
También argumentó sobre los métodos de terror que aplica la administración estadounidense: tienen un “führercito”, apuntó, al referirse a la política guerrerista y de dominación mundial que aplica George W. Bush.
Condenó las torturas, las muertes y el derecho que se han arrogado de realizar ejecuciones extrajudiciales. “El emperador se siente autorizado a matar sin juicio y hay que denunciarlo en todas las tribunas internacionales, que se proscriba el derecho de mandar a matar a aquellos que consideran enemigos”, precisó.
“La guerra no es el camino y los hechos nos están dando la razón. Esto que está sucediendo aquí sí es el camino para anatematizar el terrorismo, anatematizar la muerte”, argumentó.
Tras calificar de terribles los testimonios escuchados en el Palacio de Convenciones, dijo que esos hechos no tienen nada que ver con algo que se llame civilización; con nada que se pueda llamar historia, porque hemos estado hablando de desaparecidos, de esas barbaridades increíbles que ocurrieron hasta hace unos días.
La Operación Cóndor, atentados terroristas, matanzas colectivas e invasiones contra los pueblos de este hemisferio, han dejado al desnudo al agresor imperial, opinó.
¿Dónde está el humanismo?, ¿dónde está la civilización?, ¿dónde está la historia?, preguntó.
Los hombres han cometido muchas barbaridades a lo largo de la historia, pero nunca fueron tan crueles. No recuerdo actos de crueldad como los que hemos escuchado aquí, señaló.
¿De dónde salió todo eso, y por qué salió todo eso?, interrogó luego de recordar testimonios aquí expresados de madres a las que les han matado a los hijos, niños torturados ante sus padres, desaparecidos...
Creo que nadie tiene la menor confusión sobre los autores, los responsables de todos esos actos de los cuales ya habíamos escuchado.
El líder de la Revolución Cubana calificó este encuentro como una prueba de la gravedad de la situación que vive el mundo, pues contó con altísima asistencia y sustanciosos intercambios, a pesar de haberse convocado en apenas seis días.
Este momento del mundo no se parece a ningún otro en ningún sentido; estamos ante problemas nuevos y muy serios, señaló, y destacó la comunidad de ideas apreciada entre los participantes: más de 600 delegados extranjeros procedentes de 67 naciones.
No veo hoy nada que nos diferencie a los que nacimos aquí y los que nacimos en otros nada oscuros rincones del mundo, aunque hay algunos que piensan que todos procedemos de oscuros rincones, y podemos ser atacados preventiva y sorpresivamente por el mero hecho de estar reunidos aquí. ¿Qué nos ha unido tanto?, se preguntó.
LA OEA DEBE APOYAR LA EXTRADICIÓN DEL TERRORISTA
Una gran ovación se escuchó en el Palacio de Convenciones cuando Fidel planteó una proposición a la Organización de Estados Americanos (OEA): “que unánimemente apoye la extradición de Posada Carriles a Venezuela”.
“Que no escabullan el bulto”, precisó, y añadió que tanto República Dominicana como la Comunidad del Caribe han dicho que EE.UU. tiene que extraditarlo a Venezuela.
“No a El Salvador, ni a Honduras ni a Guatemala, ni a la Conchichina, sino a Venezuela”, país con prestigio, por su conducta, por su política integracionista, señaló.
Allí tendría todas las garantías, y puede hacerse el juicio más libre que se haya dado nunca. Un país, aseguró, donde no pueden alegar que existe la pena capital, y donde alguien habló de que existen leyes tan benignas, que Posada no iría a una prisión a purgar sus crímenes, sino a una casa, habida cuenta de su edad y su “estado de salud”.
No importa, dijo Fidel, que tenga todas las comodidades del mundo, pero que sea juzgado. “Se busca la justicia, no la venganza. La venganza es demasiado miserable”.
Los crímenes de este terrorista y sus compinches, subrayó, no se compensan ni aunque sean fusilados diez veces. El objetivo es que no queden en la impunidad, “y hay que obligar al imperio a que entregue a sus esbirros, a que cumpla los tratados, los acuerdos con los países del Caribe, los de la ONU, y bilaterales. Que entregue a los criminales”, agregó.
Reiteró que el gobierno norteamericano está en una encrucijada con este caso, pero “hay que exigirles que hablen, que expliquen, que digan cómo lo entraron y entonces sabremos un montón de cosas”.
CASI MEDIO SIGLO DE AGRESIONES
El Jefe de la Revolución apuntó que hace 124 años, Simón Bolívar había expresado que Estados Unidos estaba predestinado a plagar de miserias la América en nombre de la libertad, criterio que, como explicó, coincide con lo que 70 años después señalara el Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, sobre la necesidad de impedir que el imperio se extendiera con esa fuerza más sobre nuestras tierras.
“Y no pudieron apoderarse de la islita de Cuba, porque teníamos las ideas, sembraron las semillas de la rebeldía y las ideas de Martí impidieron que pudieran apoderarse de este país”, precisó.
Comentó que en la aplicación de esa política hegemónica se quedaron con Puerto Rico por más de cien años, pero el pueblo boricua logró “expulsarlos de Vieques; ellos han mantenido su idioma, han mantenido su cultura, algún día Puerto Rico —no olvidarlo— Puerto Rico tendrá que formar parte de los pueblos de América Latina”.
También dijo que los gobiernos imperiales de Estados Unidos fueron dueños del canal de Panamá y al final no les quedó más remedio que reconocer el derecho de esa nación sobre ese pedazo de su territorio.
Reiteró la voluntad del pueblo cubano de seguir adelante por encima de amenazas, porque “no se crean que nos van a asustar, que nos van a intimidar”.
Mostrando un excelente buen humor, Fidel dijo que la Revolución ha demostrado que no tiene ni un pelito de idiota y “cuando tiene uno trata de arrancárselo”. Se refirió también a la “gritería barata” del imperio respecto a que Cuba está molestando a su gente de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana.
“Que se van, pues que se vayan. Como si los necesitáramos para algo, porque hemos aprendido a vivir sin ellos. Hace rato nos están provocando, lo que quieren es irse”, acotó.
Ratificó que la Oficina de Intereses de Washington en La Habana se ha prestado a un sinnúmero de provocaciones; puso como ejemplo que las valijas diplomáticas son utilizadas para el contrabando.
Afirmó que no podrán arañar la fortaleza de la Revolución en lo más mínimo y todos los intentos por lograrlo se estrellan y eso los desespera.
EL IMPERIALISMO ENVILECE EL ALMA
La exhortación a la cooperación y la solidaridad estuvo presente también en las palabras del líder de la Revolución, cuando abordó el fruto de la colaboración que desarrollan la Isla y Venezuela, en el marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Recordó a los 100 000 latinoamericanos que anualmente podrán recuperar la vista mediante operación gratuita, fruto de un propósito basado en los convenios de cooperación entre Cuba y Venezuela. Sin embargo, todavía 400 000 habitantes de América Latina quedarán ciegos cada año ante la imposibilidad de costearse una operación, mientras los poderosos no hacen nada.
Los invito a que les salven la vista a mil latinoamericanos: uno por cada cien a los que nosotros les podemos salvar la vista, expresó.
Antes, Fidel había remarcado la importancia de desarrollar el capital humano, como ha hecho Cuba durante estos años, y citó cifras que ejemplifican el desarrollo social de la Isla y sus esfuerzos por mejorar la lamentable situación sanitaria de muchos pueblos.
Por ejemplo, los cerca de 10 000 jóvenes de otros países que estudian en la Escuela Latinoamericana de Medicina radicada en La Habana, los más de 25 000 médicos cubanos que hoy prestan servicios en el exterior.
Por ese motivo Fidel adelantó el valor de que muy pronto se celebre otra reunión como esta. Pues también hay que hablar del terrorismo económico y del terrorismo social, en la seguridad de que el triunfo de las ideas y proyectos salidos de este encuentro está asegurado, porque le acompañan la verdad y la fuerza moral: “hombres sin moral no ganan ninguna batalla, no ganan ninguna guerra, no hacen triunfar ninguna buena causa”, subrayó.