El 11 de febrero de 1952, volvió Fidel a arremeter contra la corrupción y la desvergüenza de Carlos Prío Socarrás y sus compinches. Para ello, publicó el artículo «Yo acuso al presidente Prío de llevar al país hacia la ruina» en el periódico Alerta, el mismo medio de prensa que ya le había servido de tribuna en otras ocasiones.
 
Sin dejar de fustigar a los que se apropiaban de las riquezas del pueblo, recordó al líder de la Ortodoxia, recientemente fallecido: «Con la mente fija en el recuerdo de los últimos días de Eduardo Chibás, en que una banda de malversadores impúdicos […] ultrajaban en su lecho de muerte al más valeroso y digno de los cubanos […].1De igual modo, se refirió al silencio cobarde de Prío ante las acusaciones que le hiciera el 28 de enero:2«[…] permanece mudo el Presidente de la República ante la denuncia irrebatible […]».
 
Anuncia que, al igual que en la ocasión anterior, trae las pruebas en la mano para denunciar la existencia de «[…] varias cadenas [de fincas] adquiridas, con el producto de la rapiña, por personajes prominentes del régimen, entre ellos, los hermanos Prío, en una sola zona de la provincia de Pinar del Río […]». Expresa que cuenta con todos los datos relativos a la escritura de adquisición y añade burlón: «[…] Si los lectores se aburren, porque la lista resulta casi interminable, les pido, que me perdonen. Yo no tengo la culpa; más paciencia hace falta para ver cómo las han ido comprando ellos una a una, con el dinero que le roban al pueblo. De todos modos, recomiendo su lectura completa para que vayan haciendo conclusiones por el camino, que al final yo haré las mías […]». Y comienza la larguísima enumeración, precisando en cada caso pelos y señales.
 
En sus conclusiones refería Fidel: «Un caso insólito y sin precedentes: los Príos adquirieron en un solo año, en una sola provincia, en un solo término municipal, quince fincas. En total, los aprovechados del régimen han adquirido en tres años, en tres términos municipales, en solo una provincia, la asombrosa cantidad de treinta y cuatro fincas […] Esto sin contar las que aparecen ocultas en sociedades anónimas o de cualquier testaferro desconocido».
 
Aunque mucho, eso no era todo. Fidel demostróque «[…] Han burlado de la manera más descarada los derechos fiscales [es decir, los impuestos] en cada compra». Por ello, con valentía, emplazó al ministro de Hacienda a que corroborara la información y «[…] ordene una tasación de esas tierras para conocer la cuantía de la defraudación y les cobre con recargo que aún está dentro del plazo legal, todo lo que dejaron de pagar […]». Señaló, además, que las tierras adquiridas suelen estar cerca de algún proyecto gubernamental que las beneficiaría y relacionó las compras con la inversión de fondos en la campaña electoral. «¡Qué tiene de particular, pues, que se hayan ido a comprar edificios de apartamentos en Nueva York, y a  fomentar repartos residenciales e imperios madereros en Guatemala, si ya la Isla de Cuba resulta chiquita para sus cuantiosos negocios!», denunció.
 
Una vez más fustigó al mandatario corrupto: «YO ACUSO al Presidente Prío de haber utilizado la jefatura del Estado para enriquecimiento propio, el de sus hermanos y su camarilla, en forma tan desenfrenada e indisimulada como no lo había hecho nunca antes ningún presidente cubano.  YO ACUSO al Presidente Prío de comandar la peor tribu de geófagos y malversadores que se haya organizado para practicar en gran escala el robo, el pillaje, el negocio turbio y el saqueo. YO ACUSO al Presidente Prío de llevar al país hacia la ruina […]». Por último, Fidel desafió al mandatario ladrón a dar una respuesta ante la opinión pública nacional.
 
En toda esta campaña, Fidel daría muestras de su raigal honestidad y de su vocación de servicio en favor de los humildes, cualidades de las que después haría gala durante sus años al frente la nación.
 
 
 
Referencias:
 
1 Fidel Castro: Antología Documentos y discursos, t.1, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2016, pp. 32-40 (todas las citas han sido tomadas de este texto). Véase, además, Ana Núñez Machín (Comp.): Fidel periodista, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2016, p. 62.
 
2 Véanse en esta página web, de la autora de este trabajo: «Abanderado en la lucha contra la corrupción y el desgobierno (1 y 2)».