Una Caravana que no deja caer sus banderas
En su marcha hacia la capital del país, la Caravana de la Libertad, reeditada por jóvenes destacados de la producción, los servicios y la defensa, entró a tierra agramontina –procedente de la provincia de Las Tunas– a las dos de la tarde de este 4 de enero, para cubrir el trayecto bajo jurisdicción de los municipios de Guáimaro, Sibanicú, Jimaguayú y Camagüey.
El destacamento simbólico recorrió, como hace 63 años, las principales arterias de la otrora villa principeña, hasta culminar en la misma plaza donde el Comandante en Jefe Fidel Castro se dirigiera al pueblo en emotivo y trascendental discurso.
Aquella noche, y hasta bien entrada la madrugada, expresó a los reunidos en la entonces Plaza de la Caridad: «La guerra se acabó ayer y ya estamos trabajando, trabajando más que cuando no había paz; la paz para nosotros es trabajo triplicado, es lucha triplicada…».
En ese espíritu de resistencia y entrega sin límites a la Revolución se educaron varias generaciones de patriotas, como mismo lo hacen hoy los jóvenes que enarbolan las banderas de la unidad y de la continuidad.